ENTENDER un país que “ha menospreciado la vida de los más humildes” y también resaltar cómo a pesar del sufrimiento y las vicisitudes la esperanza de un nuevo amanecer nunca se apaga, fueron las razones que llevaron al periodista gráfico Jesús Abad Colorado a dedicarse a seguir, muy de cerca, el día a día del conflicto armado y la violencia en el país.
Testigo de excepción como ningún otro, y de allí el nombre que da a su exposición fotográfica, Abad Colorado presenta en todas y cada una de las 500 fotografías, historias de vida marcadas por los horrores de la guerra pero también por la esperanza de la reconciliación y un volver a empezar. Son ejemplos de real perdón, más no de olvido, porque sólo de allí, del pasado, se puede generar el compromiso real para una no repetición.
En breve diálogo con EL NUEVO SIGLO, el periodista gráfico, que lleva 26 años dedicado a captar con su lente las huellas de la guerra, el desplazamiento y la reconstrucción del tejido social en el país, indicó que con esta exhibición quiere rendir un homenaje a todas aquellas personas humildes y vulneradas como “los campesinos, quienes han sido los perdedores en Colombia, ya que han puesto desde sus hijos al servicio de todos los ‘ejércitos’, hasta perder sus tierras, bien porque forzosamente tuvieron que desplazarse para conservar sus vidas o simplemente fueron despojados”.
Rostros, pisadas, paisajes enmarcados en caseríos y resguardos, todos con el signo común de las heridas de la violencia, pero también de la esperanza de reconciliación, se pueden apreciar (desde esta semana y hasta el 17 de diciembre) en la muestra de 500 fotografías de Jesús Abad Colorado en el Claustro de San Agustín, el museo de la Universidad Nacional, ubicado en pleno corazón de Bogotá.
El periodista logró captar con su lente la dura realidad de cientos de comunidades que debieron asumir su existencia como un acto de resistencia.
Abad construye una memoria desde la particularidad a partir los fragmentos de una parte del país que él ha logrado documentar, desmarcando a las víctimas de la identidad colectiva que ha fomentado su invisibilidad, para identificarlos como personas únicas.
“La verdad que se le quiere contar al país es siempre la de los vencedores, no la de los perdedores, población vulnerada en toda su dignidad humana. La verdad desde la que yo trato de acercarme es la de las víctimas, esas personas que han estado perdiendo constantemente y que están cansadas, pero que en muchos casos buscan regresar a su tierra para reconstruir sus vidas y vuelven a sembrar en lugares donde muchas veces recogieron sus muertos”, explicó Abad Colorado.
En la breve charla con este diario, el periodista y fotógrafo comentó que en sus años de trabajo, mostrando el rostro de la guerra y la violencia, vivió numerosas situaciones críticas. Sin embargo exaltó que “también hubo muchos momentos en los que encontré solidaridad, en los que encontré la protección de la misma gente…Es por eso uno tiene que trabajar con mucha prudencia, respeto y que demostrar que el objetivo no era mostrar el ángulo más perverso de la guerra, sino el lado más humano”.
La exposición “El testigo” detalla cada fotografía con la descripción de su respectiva historia y además está apoyada por recursos multimedia y proyecciones de algunas de sus imágenes a tamaños que alcanzan los 2.25 x 5 metros. Adicionalmente presenta mapas que explican el proceso histórico de la distribución de tierras y que develan la urgencia de una actualización catastral.
Se complementa la muestra fotográfica con cifras, estadísticas y resúmenes de estudios realizados por el Centro Nacional de Memoria Histórica y la Unidad de Víctimas sobre la noción del conflicto como aparato de odio, con sus causas, procesos y consecuencias.
Según la curadora María Belén Sáenz de Ibarra “La exposición mantiene el tono ético de Jesús Abad Colorado, donde no acusa ni toma partido, sino que invita a la responsabilidad colectiva de una historia dolorosa que ha atravesado al país y a una reconciliación para fomentar la esperanza y la reconstrucción. La muestra se presenta con el rigor científico de este periodista pero al mismo tiempo con el afecto y el sentimiento que lo caracterizan: un retrato amoroso que apuesta por la esperanza y la dignidad humana evocando la reconciliación como una invitación a ponernos en la piel del otro”.
Este proyecto fotográfico tiene como objetivo principal preservar el testimonio de estos fragmentos del conflicto armado para compartirlos y socializarlos desde varias estrategias como lo es, en primer lugar, la exposición, que fue pensada de manera orgánica como una obra en proceso cambiante, que irá creciendo y transformándose en el tiempo, buscando siempre la mayor resonancia de esas voces que nos hablan desde la profundidad de sus territorios y que además pueda itinerar y visitar otras salas dentro y fuera del país.
La segunda es una publicación que acoja estos testimonios gráficos y escritos, desde sus memorias narradas en primera persona.
El documental de “Chucho”
Además de la muestra gráfica en el Claustro de San Agustín, el trabajo del fotógrafo Jesús Abad Colorado es el protagonista del documental que realizó la británica Kate Horne. La cinta, una coproducción del Reino Unido, Perú y Colombia con Caracol Televisión se exhibe hoy y el fin de semana en las principales salas de cine del país.
“Su mensaje es más que una mirada de país. El suyo es un mensaje universal de la necesidad de perdonar como individuo y como sociedad. Se trata de la historia de Colombia, pero puede ser el conflicto de cualquier país del mundo porque el recorrido emocional intenso de su obra emociona a cualquier audiencia” aseguró Kate Horne sobre el filme y el trabajo que realizó durante décadas Abad Colorado.
Kate le apuesta al documental, ya que en la vida del fotógrafo también hay una historia del país que él se empeña en contar a través de otro, pues el periodista había perdido a su abuelo y a su tío en un asesinato despiadado; su tía había sufrido el ultraje en la violencia y sus padres fueron víctimas del desplazamiento, y aun así siempre hablaba de esperanza, de perdón y de paz luego de caminar por el centro del país con su cámara como única arma.
Jesús Abad Colorado
El periodista ganador del Premio Nacional de Fotografía 2018 del Ministerio de Cultura es egresado de Comunicación Social de la Universidad de Antioquia, con un diplomado en periodismo responsable. Empezó como reportero gráfico en el diario El Colombiano, donde laboró de 1992 a 2001.
Este antioqueño ha sido galardonado con el Premio Simón Bolívar en tres ocasiones y así mismo ha obtenido premios internacionales como Caritas, en Suiza por su trabajo comprometido en la búsqueda de la verdad y la justicia social; y el CPJ International Press Freedom Awards, en Estados Unidos, otorgado por el Comité para la Protección de Periodistas, candidato al prestigioso Prix Pictet.
Sus fotografías han hecho parte de exposiciones en Colombia y en el exterior, además de los libros, relatos e imágenes como El Desplazamiento Forzado en Colombia, Desde La Prisión, Realidades de las Cárceles en Colombia y Mirar de la vida profunda.
Abad es el reportero que más ha documentado el conflicto armado en Colombia, siendo investigador entre el 2008 y 2013.