Ida Vitale, un siglo de la alquimista de las palabras | El Nuevo Siglo
IDA VITALE es el último referente de la legendaria "Generación del 45" de las letras uruguayas. /AFP
Jueves, 2 de Noviembre de 2023

Este jueves la laureada poeta Ida Vitale llegó a la centena. El mundo celebra el natalicio del Premio Cervantes con homenajes y réplicas de sus obras literarias.

Escritora uruguaya multipremiada, ganadora del Premio Cervantes y del último Gran Premio Nacional a la Labor Intelectual, máxima distinción que entrega el Estado a un artista por su contribución a la cultura. Poeta, traductora, ensayista, profesora y crítica literaria. Ida ha construido su personal universo poético a través de la reflexión sobre el lenguaje desde la propia poesía.

En su país natal, Uruguay se realizaron varias actividades conmemorativas, entre ellas se proyectó el documental que protagoniza la escritora. Asimismo, se hizo el lanzamiento de “Palabra por palabra, el mundo se hace mundo: Ida Vitale en su centenario”, un libro que recoge textos de muy diversos orígenes publicados por la autora y una antología de poemas, además de documentos fotográficos, así como el disco Banda sonora de Ida Vitale, con composiciones de Silvia Meyer y editado por Little Butterfly Records.

“Mi devoción cervantina carece de todo misterio. Mis lecturas del Quijote fueron libres y tardías”, arrancó la escritora en su discurso en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. “Muchas veces lo que llamamos locura del Quijote, podría ser visto como irrupción de un frenesí poético”, comentó.

Su primera publicación "La luz de esta memoria" (1949) fue con la editorial artesanal La Galatea, de José Pedro Díaz y Amanda Berenguer, una pareja de amigos. Se reunían los domingos para hacer lo que Ida llama "la experiencia de Gutenberg" porque "hacer una página nos llevaba una tarde entera, incluyendo el té".

Con Díaz y Berenguer formaron parte de la Generación del 45 o "crítica", integrada, además por escritores uruguayos de la talla de Idea Vilariño, Emir Rodríguez Monegal, Carlos Maggi o Mario Benedetti. También fue amiga cercana y colega de otros anteriores, como Felisberto Hernández y Juan Carlos Onetti.

Después de ese primer libro "estuve 10 años sin escribir, sentía que estaba lejos de lo que quería hacer", relata la autora, sobre el lapso que tardó para publicar "Palabra dada" (1953).

Vitale, que estudió la carrera de Humanidades, trabajó en diversos medios impresos de su país y México, incluso como editora de secciones culturales, una actividad que la llevó a conocer a Jorge Luis Borges y a Julio Cortázar.

Vida, ética y verbo

La poesía de Ida Vitale se ha destacado por contar con tres elementos esenciales: vida, ética y verbo. Su escritura poética es vital, no tanto en el sentido biográfico, como lo es en general la Generación del 45, a la que ella pertenece, sino en el esencial: es un canto a la vida misma, en su presente, que se vuelve imagen vívida y eterna. Lo que tiene de ética es aquello que la mueve a mirar al otro y darle su espacio, su ser, su dignidad. Y al fin, el verbo le brinda la clave, el puente, para aproximarse al acontecimiento poético.

Poeta, traductora, ensayista, profesora y crítica literaria, se publica ahora en España un libro de relatos que salió en Uruguay en 1996. Donde vuela el camaleón es un libro de fábulas que introduce al lector en el espacio de la imaginación que, sin embargo, no está completamente separado de lo terrenal. Vitale establece el diálogo entre ambas dimensiones, algo recurrente en su obra y que, además, permite unir este con otros libros de relatos, como “De plantas y animales” y “El ABC de Byobu”. Respeto a la escritura en prosa, se sincera: “No me gusta mucho, aunque la respeto..., especialmente la ajena”.

"Amanecí con la vida cambiada", dijo a la AFP esta mujer de pelo blanco y baja estatura, cuya vitalidad hace honor a su nombre. Aún trabaja frente a su computadora rodeada de notas y acude a todo tipo de eventos literarios en Uruguay.

Hace unas semanas sorprendió a un pequeño grupo de poetas que la esperaban para una cena a la que había sido invitada. De pronto la vieron aparecer caminando en medio de la noche en las solitarias calles de Ciudad Vieja. "Había llegado sola, en autobús", narró uno de ellos, maravillado.

Considerada por algunos una "esencialista", Vitale "tiene la capacidad de unir un discurso sencillo y accesible con un discurso cargado, muy poético. No es una poesía difícil, pero tampoco tan sencilla ni sumamente popular como fue la de Mario Benedetti", explicó el escritor uruguayo Horacio Cavallo.

Vitale, inicialmente docente, exiliada en México entre los años 1974 y 1984 por sus ideas políticas y más tarde afincada en Austin (Texas), ha dedicado toda su vida a la escritura. Desde 2018, cuando enviudó de su segundo marido, el también poeta Enrique Fierro, decidió residir de nuevo en Montevideo.

En el apartado de los premios la poeta tiene los más prestigiosos: el Octavio Paz, concedido en 2009, el Alfonso Reyes en 2014, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2015, el Internacional de Poesía Federico García Lorca en 2016, el Max Jacob en 2017 y el Cervantes en 2018, año en el que también consiguió el FIL de la Literatura en Lenguas.

“Cerca de cien”

La creación poética de Vitale se ha publicado en antologías y recopilaciones desde 1949, entre ellas “Cada uno en su noche”, “Paso a paso”, “Elegías de otoño”, “Entresaca”, “Sueños de la constancia” o “Reducción de lo infinito”. En 2015 lanzó una colección de título profético: “Cerca de cien”, los años que cumple ahora, en el que la escritora incluyó cien poemas para celebrar su siglo. Otra de sus obras insignia es “Poesía reunida”, de 2017.