COMO UN susurro del alma que se convierte en grito, así describe la diseñadora y empresaria colombiana Carmen Belissa Martínez a “La Mestiza”, su nueva colección primavera-verano 2024, que trae muchas sorpresas en materiales y diseño para las mujeres que aman la moda y proyectar su personalidad en prendas versátiles, funcionales y atemporales.
“Antes me identificaba solo con trajes de baño, salidas o vestidos vaporosos largos, pero ya no. En mi nueva colección pienso en todas las mujeres, colores y etnias, asegura la empresaria colombiana. Por eso verán desde pantalones cargo, hasta chaquetas en denim con puños de seda y pantalones con diseños más urbanos, pero siempre con ese toque femenino. Esta es una propuesta que va desde el luxury de verano y pasa por el urban chic”, destacó.
Así como a la mujer la caracteriza la mezcla de identidades, culturas y razas, en esta colección reina la diversidad, de ahí que haya estampados hasta juego de texturas que resaltan la piel, sin dejar de lado la exclusiva joyería en los diseños, que se convirtió en el sello distintivo de Carmen Belissa Martínez.
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“La Mestiza” marca una evolución en el diseño de la creadora colombiana. “Veo a una Carmen Belissa más segura, que le apuesta a la igualdad, que ya no sigue un solo patrón, sino lo que le nace del corazón”, dice.
Su intención es transmitir un mensaje de seguridad, feminidad y de unión entre las mujeres: “juntas, realmente brillamos más; es hacer un llamado a la igualdad femenina, a motivarnos entre nosotras mismas, destaca. Somos diosas de todos los tiempos, con dones y tesoros inimaginables, majestuosas, únicas e irrepetibles sin importar nuestro color de piel, estatura, peso, creencias, nacionalidad. Así es La Mestiza 2024”, enfatiza Belissa.
De esa inspiración surgen siluetas tipo columna, cortes irregulares y prendas en telas fluidas. Hay estampados tenues, un poco difusos, que reflejan la temática de la tierra, por eso predominan colores terrosos como amarillo, terracota, amarillo pistacho que plasman la intención de la colección: expresar la unión de las razas, la unión de las almas. No faltan los rosados mezclados con azul, dorado, fucsia, hueso, negro y rojo.
“Sé que Dios me puso en este mundo por una misión, porque quiero enviar alegría a través de mis manos y, con el don que me dio, para mí lo más importante es hacer una fusión de almas, culturas, etnias. Por eso la llamé así, porque quiero que nos apoyemos, que se acaben todos esos ‘no’ que nos enseñaron desde pequeñas para que seamos libres, porque cuando lo somos nos expresamos desde el corazón y aportamos; eso es lo que este mundo necesita”, resalta.
Esta colección la componen vestidos, enterizos, pantalones, set de dos piezas, kimonos con flecos, bodis, crop tops, chaquetas bomper y pantalones cargo que vienen con fuerza este año, junto con las faldas, vestidos midi y lentejuelas. No faltan las transparencias y el delicado trabajo en encaje, que mandará la parada en el 2024, con el regreso de la tendencia romántica. Otros materiales como tules, tules bordados, incluso dipiur, pana, terciopelo y lentejuelas también están presentes.
Y, como ya es costumbre, Carmen Belissa incluye el trabajo de comunidades de orfebres y artesanos, evidenciado en tejidos de croché en los apliques de las chaquetas, en los flecos de los vestidos, hechos por artesanas de Cartagena (Bolívar), y en la joyería de orfebres de Cali (Valle del Cauca), que participan con piezas únicas, de exquisito diseño. “Para mí es importante que los artesanos colombianos estén presentes en mis colecciones porque, como siempre lo he dicho, ‘Colombia en una sola prenda’ y quiero destacar eso, explica Belissa. Yo no voy a buscarme un orfebre en Italia, si tenemos artesanos y orfebres maravillosos, además debemos apoyar a nuestro país”.
En su propuesta swimwear, se destacan los diseños con cortes asimétricos en la gama de grisáceos, corales y turquesas con finos detalles bordados a mano y la exquisita joyería de la marca. Vestidos de baño de dos piezas, enteros y transparencias hacen parte de su propuesta, que rinde homenaje al mar y al cuerpo femenino.
Las fotos del lookbook se realizaron en el desierto de La Tatacoita en Nemocón (Cundinamarca) y su hija, Valerie, quien seguirá con el legado de su madre y se gradúa en Diseño de Modas este año, produjo la sesión fotográfica, estuvo a cargo del styling y fue una de las modelos de la nueva colección.