La Vorágine: Un siglo encantando a los colombianos | El Nuevo Siglo
LA NOVELA fue publicada en 1924; es un clásico de la literatura colombiana y latinoamericana que denuncia la violencia y la explotación en la selva amazónica. /Fotos: Penguin Random House / Biblioteca Nacional de Colombia
Miércoles, 10 de Enero de 2024
Redacción Cultura

LA GRAN novela de Colombia es La Vorágine”, afirmaba Antonio Caballero, al referirse a la obra literaria de José Eustasio Rivera, una de las más representativas de Latinoamérica, la cual este año cumplirá un siglo desde su aparición y sigue siendo una novela que no pierde su actualidad ni su relevancia.

La Vorágine es una de las novelas que más han marcado la literatura colombiana y una de las más representativas de Latinoamérica. La obra: un extraordinario recorrido por la selva, una denuncia, una epopeya, una mirada a la vida de los habitantes de tierras alejadas del centro del país.

La Vorágine es la gran precursora e influencia de novelas posteriores que trataron las problemáticas históricas de Colombia como “La casa grande”, de Álvaro Cepeda Samudio “El coronel no tiene quien le escriba” y “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez; “Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón”, de Albalucía Ángel, entre muchas otras.

Edición centenaria

Desde el año pasado diversas entidades literarias y educativas se han ocupado de celebrar este centenario. Fue así que la Universidad de Los Andes y Penguin Random House la publicaron en un solo volumen y en su sello Penguin Clásicos La Vorágine junto al célebre poemario Tierra de promisión, que encarna la relación lírica del autor con el paisaje selvático.

Asimismo, la Universidad realizó el “Ciclo Nación Vorágine”, donde se habló de la obra literaria y los temas que persisten en el debate público con destacados expertos que participaron en conversaciones sobre cómo La Vorágine arroja luz sobre situaciones contemporáneas como la desconexión entre la cultura occidental y las comunidades indígenas, la centralización estatal en la capital bogotana y el descuido o abandono de otros territorios, así como la explotación devastadora de los recursos naturales.

“A cien años de su publicación, La Vorágine de José Eustasio Rivera es uno de los grandes clásicos de la literatura latinoamericana. Como buen clásico, es una obra que apenas si hace falta su lectura para conocer la historia y tener una imagen de lo que representa. La novela ha pasado del ámbito de la literatura al de la cultura como un referente que prescinde, casi, del texto mismo y se eleva un poco por encima de él para multiplicarse como referente en diversos ámbitos”, afirman Erna von der Walde y Margarita Serje en la introducción del volumen.

Las dos expertas manifiestan también que “La novela de Rivera no es un canto a un idilio que ha de perderse ante los avances de la modernización, sino un retrato del proceso mismo, situado geográficamente en una zona marginal de la nación, que puede, igualmente leerse como metáfora del margen que constituye la modernidad en la periferia. El mundo violento de la acumulación primitiva que la novela relata es una especie de máscara macabra de la modernidad. Ante la asunción generalizada de que modernidad es un equivalente de civilización, el rostro bárbaro de la modernidad va a ser consignado a la premodernidad y la barbarie. Que esto haya sido pasado por alto durante tanto tiempo en la historia de la crítica de esta novela obedece en parte al lente distorsionador de la clasificación: lo estudiosos de La Vorágine en su gran mayoría no logran salir de la restricción que impone su pertenencia a la novela de la tierra. Pero, ciertamente, tiene también que ver con la fuerza del discurso moderno como discurso civilizatorio que no permite ver, parafraseando a Walter Benjamín, el ‘documento de barbarie’ que constituye el ‘documento de civilización’”.

Los juicios críticos que aparecieron tras su lanzamiento en 1924 no estuvieron a la altura de la profundidad de la novela y los temas que como el propio Rivera decía tenían una “trascendencia sociológica” se pasaron por alto. Pero con los años y las relecturas se ha podido descubrir dónde el autor quería poner las banderas rojas.

La Vorágine es la historia de Arturo Cova, un poeta que huye con su amante Alicia hacia la región del Casanare, pero que termina enfrentando las atrocidades del caucho amazónico. Es también la historia de Colombia, de sus fronteras, de sus conflictos, de sus contradicciones.

Historia

La novela es una de las más representativas de la llamada generación del Centenario, que surgió en el contexto de la celebración de los cien años de la independencia de Colombia en 1910 y que se caracterizó por su espíritu crítico, su interés por la realidad nacional y su búsqueda de una identidad cultural. José Eustasio Rivera, quien fue abogado, periodista, diplomático y político, además de escritor, plasmó en su obra su conocimiento de primera mano de la selva y de los problemas sociales que la aquejaban.

La Vorágine es una obra de denuncia, que expone las condiciones de explotación, tortura y genocidio que sufrieron los trabajadores de caucho, así como la depredación de las tierras y los recursos naturales por parte de empresarios inescrupulosos. La novela muestra el contraste entre la civilización y la barbarie, entre el centro y la periferia, entre la cultura y la naturaleza. Es una obra que cuestiona el modelo de desarrollo y de modernización que se impuso en Colombia y en América Latina a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX.

Es una novela a la cual no le pasan los años. Con algunas influencias del romanticismo y el modernismo, formando parte de las obras del realismo social latinoamericano, con abundantes regionalismos en el lenguaje, el relato cambia de narradores.

Es también una obra de arte, que combina la prosa y la poesía, que crea personajes memorables, que describe con maestría el paisaje selvático, que recrea el lenguaje popular y que explora las dimensiones psicológicas y existenciales de sus protagonistas. Es una obra que dialoga con otras tradiciones literarias, como el romanticismo, el naturalismo, el modernismo y el realismo mágico. Es una obra que ha sido objeto de múltiples estudios, interpretaciones y adaptaciones, que ha trascendido las fronteras nacionales y que ha influido en generaciones de escritores.

La Vorágine es una novela que merece ser leída y releída, que invita a reflexionar sobre el pasado y el presente de Colombia y de América Latina, que deslumbra por su calidad literaria y que conmueve por su fuerza dramática.