Después de superar la incredulidad de sus profesores, de sus compañeros y algunas críticas a través de las redes sociales, Angie Blanco junto a su equipo (un grupo de estudiantes) demostraron la fuerza y el valor de las tradiciones y ancestralidad latina que hay detrás de un peinado a través de Trenzas de Libertad, un cortometraje que triunfa hoy en grandes festivales del exterior.

La historia que cuenta el trasfondo de cada trenza y estilo del cabello que caracteriza a la comunidad afrodescendiente desde la colonización, conquistó el lente de esta joven directora de 26 años, egresada de Cine y Televisión de la Universidad Manuela Beltrán.

Todo un reto

Impulsada por documentar la historia cultural del país y buscando un enfoque para realizar su proyecto de grado, Blanco empezó a planear su trabajo inspirada en un informe que recibió de la Asociación Colombiana de Mujeres Afrodescendientes.

“El cortometraje nace desde una información que recibí de la Asociación Colombiana de Mujeres Afrodescendientes sobre el origen del trenzado de la cultura afrodescendiente. A mí en particular siempre me ha gustado la cultura, entonces me pareció que era un buen proyecto para terminar mi carrera”, le dijo a EL NUEVO SIGLO Angie Blanco, directora del filme.

Así arrancó su proyecto, pero el primer reto que tuvo que afrontar fue la negativa que recibió de sus profesores y compañeros de clase, ya que al ser un corto histórico implica un costo alto. Sin embargo, al final Maroha Ríos, Brenda Rodríguez y Juan Andrade, se unieron.

La presentación de lo que sería el corto ante su clase tuvo un impacto alto, por lo que Angie así fue obteniendo aún más apoyo de otros estudiantes que se interesaron por el proyecto, entre ellos Johan Erira, Camila Meza, Sebastián Chocontá, Alejandra Luna y Maicol Gómez. Una cinta que sin pensarlo conquistó incluso los proyectores en la India.

Con locaciones en el Museo Quinta de Bolívar y la gran mayoría en fincas ubicadas en el municipio de Mesitas del Colegio, la cinta se grabó durante siete días y con un presupuesto de 16 o 18 millones de pesos.

“Fue un rodaje bastante agotador porque fueron casi 20 horas al día y descansábamos muy poco. Pero la verdad es que fue una experiencia única porque somos un equipo muy unido por el proyecto. Había casi 40 personas en la producción, entonces enviábamos a los actores a hoteles de Mesitas del Colegio, los recogíamos muy temprano y los bajábamos en la noche para que pudieran descansar bien, pero el resto del equipo sí se quedaban en las casas de los vecinos que fueron muy amables con nosotros o en carpas. Tuvimos mucho apoyo de la comunidad”, señaló Blanco.

Con un ritmo continuo y jornadas tediosas, el cortometraje se grabó con un elenco en su mayoría empírico. Entre esta nómina de actores, que incluye a Fausto Garrido, está María José Cortés, quien se robó el corazón de la joven cineasta por su personalidad y talento con el que se desenvolvía en las grabaciones.

Otras noticias: Grammy: los más sonados para el gramófono dorado

De la academia al exterior

Así esta idea que comenzó como un proyecto de grado se convirtió en Trenzas de libertad: la historia de tres mujeres y una niña, esclavas en una hacienda en el siglo XVI. Estas, cansadas de ser castigadas por hablar en su lengua materna, comienzan a planear su escape hacia un palenque.

Una de las mujeres, la mayor de todas, se convierte en la clave de esta fuga, ya que por salir más que las otras, se encarga de plasmar los caminos de huida en la cabeza de la más pequeña con sus trenzados.

Aunque el corto culminó sus grabaciones hace dos años, en el 2020 fue parte de la selección oficial de la novena edición de Kolkata Shorts International Film Festival, un evento que resultaría trascendental para la cinta algunos meses más tarde.

Por esta participación, el evento recomendó a la cinta colombiana en el Indian World Film Festival, que para la edición de este año fue escogida como Mejor cortometraje, un título que le abre las puertas no solo a otros eventos importantes de la industria cinematográfica, sino a la producción de un largometraje.

“Esto nos abre más puertas para poder presentar nuestro proyecto de largometraje. Que el corto haya ganado en el festival muestra que el largometraje puede tener potencial para las personas con las que estamos buscando financiación. Es una cinta que nos aporta en el conocimiento de la historia”.

Directora innata

Para Angie no fue muy difícil descubrir su talento para el mundo audiovisual, ya que desde que estaba en el colegio tomaba la cámara y documentaba los proyectos que sus compañeros presentaban en las ferias empresariales.

De allí su primera opción para una carrera profesional fue cine y televisión, un camino por el que recorrerá con historias de culturas antiguas e incluso, con proyectos de arqueología.

“El cine cultural e histórico, esa va a ser mi línea, no solamente para mis largos de ficción, sino también para documentales. En Colombia también están haciendo muchos descubrimientos arqueológicos que se están pasando por alto y mi plan es unirme con arqueólogos para documentar todas esas investigaciones”.

Trenzas de libertad es su primera cinta con la que resalta las tradiciones de toda una cultura, pero así como ha sido un éxito en otros países, en Colombia fue el centro de comentarios negativos en las redes sociales.

“Cuando publicamos mi foto, con la que se anunció que yo había sido la directora, recibí muchos comentarios negativos porque me había tomado una apropiación cultural, pero la intensión realmente era mostrar lo bello y lo hermoso de esta expresión cultural que tienen ellos. A estas alturas de la vida es importante que podamos ser un poco más unidos en cuanto a las cosas que contamos y no denegar y seguir con ese sesgo de que ‘esto nos pertenece a nosotros’, sino que podamos apoyarnos”.