Michael Douglas se reinventó con ‘Liberace’ | El Nuevo Siglo
Sábado, 25 de Mayo de 2013

Tras sobrevivir a un cáncer en fase cuatro, ayudar a su esposa a sobrellevar un trastorno bipolar y lidiar con el encarcelamiento de su hijo, Michael Douglas recibe un aliento de aire fresco con el premio al mejor actor en el Festival de Cannes por su papel de Liberace.

Douglas, célebre por su codicioso financista Gordon Gekko en "Wall Street", dio un vuelco inusitado en su carrera al encarnar alegremente a un estrambótico pianista y vocalista homosexual en la cinta "Mi vida con Liberace", dirigida por Steven Soderbergh y coprotagonizada por Matt Damon.

El estadounidense de 68 años, a quien se le diagnosticó en agosto del 2010 un cáncer de garganta en fase cuatro, contó en Cannes que el rodaje de la película debió esperar hasta que terminó su lucha contra esa enfermedad. "Me siento muy agradecido de que esperaran por mí. Fue un regalo", comentó, visiblemente emocionado, a lo que la sala de prensa le correspondió con aplausos.

Es un alivio para un hombre que ha debido lidiar en los últimos años con problemas nada menores, además del cáncer: mientras promovía el film en Cannes, su esposa, la actriz de 43 años Catherine Zeta-Jones, completaba un tratamiento en Estados Unidos por trastorno bipolar.

Además, su hijo Cameron, de 34 años, fue sentenciado a cinco años de prisión en 2010 por conspirar para vender metanfetamina y por posesión de heroína. Un año después, el problemático hijo de Douglas fue sentenciado a 54 meses adicionales por haber sido hallado con drogas en la cárcel.

Poco antes de ser diagnosticado, Douglas había rodado "Solitary man", un drama independiente sobre la vejez, y la secuela de "Wall Street" (Wall Street 2: “El dinero nunca duerme”), cuya promoción coincidió con el inicio de su tratamiento.

En 2011 terminó con éxito la terapia de radiación y quimioterapia y viajó a Los Ángeles para presentar un premio en los Globos de Oro, donde fue recibido con ovaciones. El actor, que lucía delgado y consumido por el tratamiento, dijo al público: "Debe haber una manera más fácil de recibir una ovación de pie".

Hijo de la leyenda de Hollywood Kirk Douglas y su esposa Diana, Michael decidió muy temprano dedicarse a la actuación pese a la oposición de su padre, quien esperaba mantener lejos del espectáculo a sus cuatro hijos.

Pero Michael, cuyos padres se divorciaron cuando él tenía seis años, fue persistente y debutó en el cine con "La sombra de un gigante" (1966), aunque saltó a la fama como el inspector Keller de la serie televisiva de los años 1970 "Las calles de San Francisco".

En ese período produjo "Atrapado sin salida", ahora un clásico del cine que le valió a Douglas el Óscar a mejor película y a Jack Nicholson la primera de sus tres estatuillas. En los años 1980 exploró las comedias, entre ellas "Dos bribones tras la esmeralda perdida", su secuela "La joya del Nilo" (1985) y "Guerra de los Rosas" (1989).

Pero su reputación se cimentó a partir de "Wall Street" (1987), una crítica a la avaricia coprotagonizada por Charlie Sheen que le mereció a Douglas su Óscar a mejor actor. Ese mismo año se estrenó la explosiva película de sexo y violencia "Atracción fatal", con Glenn Close, seguida en 1992 por "Bajos instintos", donde el actor volvió a ser victimizado por una mujer, esta vez encarnada por Sharon Stone.

Luego de "Disclosure" (1994), que iba en el mismo tono, Douglas buscó papeles más aptos para todo público, como la comedia romántica "The american president" en 1995 y la más reciente "The in-laws", de 2003. En 1977 se casó con Diandra Kuker, con quien tuvo a Cameron antes de separarse en 1995. Cinco años después se casó con Zeta-Jones, 25 años menor que él y con quien tuvo dos hijos, ahora de 12 y 10 años./AFP