Olés reciben a toreros ante una plaza cerrada | El Nuevo Siglo
Jueves, 13 de Noviembre de 2014

Pasodobles y olés volvieron a sonar en la plaza de Santa María de Bogotá pero lejos de la arena: cientos de aficionados recibieron a toreros internacionales como si estuvieran en faena, a las puertas de una plaza que sigue cerrada, pese a una orden judicial.

Como en mejores épocas, unos trescientos amantes de la tauromaquia acudieron, con botas de vino, papel y bolígrafos para buscar autógrafos, a la cita convocada afuera de la plaza por el exmatador colombiano César Rincón, pidiendo el retorno de las corridas, suspendidas hace dos años.

Acompañado por los diestros españoles El Juli y José María Manzanares, el francés Sebastian Castella y el colombiano Luis Bolívar, Rincón --quien tras una aplaudida carrera en España se retiró en 2007-- dio su discurso con voz quebrada.

Bogotá "ha sido mi universidad pero antes de mi universidad, aquí nací, me formé, me doctoré y me despedí como torero", recordó antes de secarse las lágrimas.

También escoltado por los españoles Manuel Escribano, Alejandro Talavante, Miguel Abellán, Miguel Ángel Perera e Iván Fandiño, por el mexicano Octavio García "El Payo" y otros antiguos colegas, Rincón continuó: "Nos pertenece nuestra libertad, nuestra libre determinación, el desarrollo de nuestra propia identidad".

Con las arengas "¡prohibido prohibir!" y "¡libertad!" frente al coso capitalino, los amantes de la tauromaquia presionaron una vez más por el cumplimiento de un fallo de la Corte Constitucional que en septiembre ordenó restituir el uso de la Santamaría para espectáculos taurinos.

La decisión de la Corte fue fruto una demanda de la Corporación Taurina de Bogotá a la que el alcalde de izquierda Gustavo Petro revocó unilateralmente un contrato de arrendamiento de la plaza, que vencía en 2015.

En su momento, el burgomaestre aseguró que destinaría el lugar a actividades culturales que se alejaran de "espectáculos alrededor de la muerte", lo que despertó a la vez la ira de los fanáticos de la fiesta brava y el apoyo de los defensores de los animales.

 

-"Tenía que estar aquí"-

 

Aparte de Rincón, Manzanares tampoco pudo contener el llanto cuando sus aficionados pidieron un minuto de silencio por su padre José María Manzanares también torero -cuyo verdadero nombre era José María Dolls Abellán-, que falleció en España el 28 de octubre, a los 61 años.

"Me resultaba bastante duro salir de casa por la pérdida del que me lo ha enseñado todo pero yo tenía que estar aquí, mi padre se pasó varios inviernos entrenando aquí para la temporada en España", relató a la prensa, después del encuentro.

La lluvia no impidió que nostálgicos con banderas de Colombia selladas por corpulentas sombras de toros, otros vestidos de banderilleros y algunos mas con retratos de los diestros en traje de luces, se abalanzaran sobre ellos para tomarse fotos.

Después del fallo de la Corte, los taurinos -una pequeña minoría en una ciudad de casi ocho millones de habitantes- siguen en el ruedo: La Santamaría no ha abierto sus puertas pues, según el alcalde, requiere obras de mantenimiento aún pendientes.

Un grupo de novilleros, aprendices de torero, mantiene un platón hace meses para pedir se reabra la plaza.

Entre tanto, carteles con el lema "Bogotá antitaurina" y "vamos a referendo" han aparecido en las calles del tradicional barrio de Chapinero (nororiente) y el centro, promoviendo que se prohiba el toreo por medio del voto popular.

 

Colombia alberga varias ganaderías y plazas con tradición taurina en ciudades como Cali (oeste), Medellín (noroeste) y Manizales (centro-oeste), que matienen sus tradicionales temporadas de fin de año, aunque aquejadas por la merma de asistentes.