Pavarotti, el inmortal, viaje por la majestuosidad de "la voz" | El Nuevo Siglo
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Martes, 3 de Septiembre de 2019

La vida y obra de uno de los maestros célebres de la ópera en el mundo se condensa en Pavarotti, el inmortal. Este documental que revive su leyenda y recuerda su impresionante legado musical llega a las pantallas de las principales ciudades del país para conmemorar los 12 años de su muerte.

La cinta Pavarotti, el inmortal se une a la celebración de la mano del director ganador del Óscar, Ron Howard, quien creó un documental sobre la vida del tenor italiano, dividida en tres actos, al estilo de las óperas. La proyección de esta producción cinematográfica se presentará desde este 16 hasta el 22 de septiembre con preventa ya disponible. Una oportunidad única para acercarse al mito y al hombre.

Cuando Luciano Pavarotti murió, en la noche del 6 de septiembre de 2007, en su ciudad natal de Módena, Italia, aún “brillaban las estrellas” (‘Lucevan le stelle’, de la ópera Tosca). El aria que repite esta frase, y lo llevó al estrellato, sonó en todo el país para despedirlo.

El país lo lloró a la par que acompañaba su adiós con otra de las arias que lo acompañó a la fama: ‘Nessun dorma’ (‘Nadie duerma’) de Turandot. No parecía ser coincidencia que el tenor murió a las 5 a.m., víctima de un cáncer de páncreas, en una noche sin tregua, pero como dice la canción en su estribillo final, venció al alba para convertirse en un inmortal.

Doce años después de su muerte, Pavarotti es un mito. Su fama, en vez de aminorar, sigue creciendo.

Es más, el tenor más popular del último siglo sigue recibiendo homenajes. En Italia se han organizado conciertos para rendirle tributo en 2019. Un holograma con su figura y su voz participará en un musical que prepara el director Michael Gracey (El gran showman, 2017) que se estrenará en 2021.  En la villa de Módena donde murió, se acaba de anunciar la creación de una Casa Museo en su honor.

La obra que desvela al hombre

El dinamismo, risa, corazón, capacidad vocal y grandeza que lo caracterizaron siempre quedan evidenciados en Pavarotti, de Ron Howard. “Una de las metas más ambiciosas de Pavarotti era expandir el alcance de su arte para que más gente se enamorara de la ópera. Tengo la esperanza de que nuestro documental ayude a continuar ese trabajo de llevar la belleza a la mayor cantidad de gente posible en el mundo”, asegura Howard.

La película une la tecnología multidimensional de sonido Dolby Atmos con la genialidad vocal de Pavarotti en los legendarios estudios Abbey Road. La estructura del director estadounidense divide la historia en tres actos, siguiendo la estructura de la ópera, para narrar su vida, excesos y filantropía.

La superestrella lírica

Pavarotti partió en dos el mundo de la música, a pesar de un principio poco auspicioso. Sus primeros años no fueron sencillos: cantó en un coro, luchó por competir en escenarios y durante muchos años no consiguió destacarse. Obtuvo buenas críticas en Europa, pero siguió siendo solo un buen cantante entre los cientos que recorrían el mundo.

Su humanidad voluminosa, su timbre de voz único, su risa sonora, su pañuelo blanco y su capacidad pulmonar lo lanzaron a la estratosfera del mundo del canto lírico. Las grabaciones que realizó de sus roles como Rodolfo en La Bohéme de Giacomo Puccini, Nemorino en la ópera L’Elixir D’Amor de Donizetti, los papeles de Ricardo, Ernani y Manrico en las óperas Baile de Máscaras, Ernani y El Trovador de Verdi, entre otros, le ganaron un espacio exclusivo en el universo operático. Los críticos de Pavarotti señalan que su repertorio operístico era escaso, casi siempre centrado en las mismas obras, porque no se arriesgaba con aquello que podía hacerlo quedar mal. Pero no fue necesario más para consagrarlo. En su vida personal era un amante de la cocina, en particular de la gastronomía de su país, y aparecía siempre sonriente ante el público.