ANTE LOS elevados precios que los colombianos han tenido que afrontar en los últimos meses por servicios públicos, arrendamientos, gasolina, peajes y educación, no se espera que el indicador de inflación para julio, que será dado a conocer hoy por el DANE, baje significativamente, sino que se mantenga ligeramente por debajo del 7%.
Los expertos del mercado consultados por Citibank aseguraron en la nueva edición de la encuesta mensual de expectativas para julio de 2024, conocida por EL NUEVO SIGLO, prevén que la inflación del mes sea de 0,36% y con un promedio de 6,95%, en un rango mínimo entre 6,76% y un dato máximo de 7,13%.
Sin duda el impacto de los bienes y servicios que están indexados a la inflación, como los que se mencionaron inicialmente, cobran mayor importancia porque no se esperan que bajen en el corto plazo.
Andrés Langebaek, director de Estudios Económicos de Grupo Bolívar, aseguró que desde la entidad prevén que “estamos esperando un dato de 0,36% de variación mensual y 7,03% en la variación anual”.
Servicios públicos
Para el analista, la división de arriendos y servicios públicos, junto con restaurantes y hoteles impulsarían el dato mensual. Mientras que, por el contrario, “los alimentos podrían sorprender con una variación negativa debido a la disminución de las frutas y las legumbres”.
Por otra parte, un estudio presentado por el grupo de investigaciones de Bancolombia establece que, a partir de la fecha, el proceso de desinflación será más lento y estará mayormente ligado a cómo se comporte la indexación de precios.
El informe plantea que los motores que permitieron una rápida corrección del IPC entre marzo de 2023 y abril de 2024 ya se habrían agotado. “Ese rápido descenso del indicador ha estado mediado por una corrección del exceso de demanda, la moderación en los choques de oferta y el buen comportamiento de las expectativas”.
El grupo de investigaciones económicas de Bancolombia asegura que, con los motores de la desinflación apagados, “la evolución del indicador depende casi exclusivamente de la indexación a la inflación ya causada”.
Vale apuntar que este proceso se refiere al fenómeno donde los precios se ajustan a partir de la inflación pasada o actual, “tal que le da una persistencia en el tiempo a la inflación en ciertos rubros, en particular al de servicios”.
Para los investigadores de la entidad financiera, la inflación anual se ubicaría en 6,97%, retomando el proceso desinflacionario interrumpido en el segundo trimestre.
Diésel y peajes
Por otra parte, los ajustes en el precio del diésel anunciados por el Gobierno nacional serán un riesgo para el proceso desinflacionario. Sin embargo, mientras el ajuste se limite a los grandes consumidores, el efecto sobre la inflación no será significativo.
No obstante, el aumento en las tarifas de los peajes, que ya completan dos alzas, una en enero y otra en julio, si están afectando la inflación porque ese costo se está trasladando a los usuarios por parte de los transportadores, tanto de carga como de alimentos, que a la larga inciden en el comprador final.
Por otro lado, la baja inflación mensual de los alimentos perecederos confirma el agotamiento de los efectos adversos del Fenómeno del Niño sobre este componente. Sin embargo, la variación mensual casi nula en el precio de los vehículos y de otros artículos importados como las prendas de vestir y los equipos de telefonía móvil, advierten sobre las presiones inflacionarias que pueden recaer sobre el grupo de bienes durante el segundo semestre ante la reciente depreciación del peso.
También, la menor apreciación anual del peso comenzará a generar presiones inflacionarias sobre los bienes importados como los vehículos y equipos de telefonía móvil, intensificándose durante este tercer trimestre y con ello la inflación anual en este rubro aumentaría por primera vez en un año hasta 1,54%.