Pintura, una excusa para desnudar el alma | El Nuevo Siglo
Martes, 31 de Enero de 2012

Las obras van más allá de lo comercial que puedan ser; el objetivo de éstas no es vender, es proyectar momentos inigualables.

Cuando los colores, la ciudad y las emociones se entrelazan se construye arte; ya sea figurativo, abstracto o impresionista cuenta con la esencia del artista, con un instante de vida, con un relato o una vivencia.
Y así es la obra del colombiano Carlos Alberto Hernández, un Arquitecto de profesión, pero todo un artista de corazón, quien a través de sus pinturas plasma momentos que son únicos e irrepetibles, pues considera que el arte es para disfrutarlo no para entenderlo y para ello se inspira en los colores y en las vivencias para sus obras.
Hernández habló con EL NUEVO SIGLO sobre su técnica, su visión sobre el arte y sobre su experiencia como artista que se abre camino sólo con la calidad de su trabajo.
EL NUEVO SIGLO: Cuéntenos sobre sus inicios…
CARLOS HERNÁNDEZ: Soy Arquitecto de la Universidad Javeriana, pero desde el año 98 comencé a trabajar con la pintura. Los dos últimos años estuve en Buenos Aires, en donde empecé yo solo a abrirme en el campo del arte, envolví mis telas y las mostré. Mis obras fueron aceptadas y fue allí donde me di cuenta que el arte es universal y que eso que me pasó a mí es lo que le debería pasar a todo artista, abrirse camino a través de su trabajo, no tanto por una hoja de vida, por un apellido o por una palanca…eso es lo que verdaderamente llena un artista.
ENS: ¿Qué cree que les gustó a los argentinos de su obra?
CH: Lo que les gustó fue el color de mis obras, les impactó mucho porque los colores de Argentina se ven diferentes que en Colombia, ya que nosotros vivimos sobre el trópico, entonces son muy alegres y exóticos. Cuando yo empecé a pintar en Argentina mis colores cambiaron un poco, se vieron influenciados por las estaciones; sin embargo en mi sangre llevo el trópico y eso se plasma en las pinturas…y eso gusta porque el argentino es muy clásico en el arte, usan colores muy sobrios, muy nostálgicos, muy grises, hasta ahora se están arriesgando a usar otras tonalidades.
ENS: ¿Qué opina sobre los artistas de ahora?
CH: Los artistas actuales desechan el trabajo, no se preocupan por realizar cosas nuevas, porque se dedican a llenar una hoja de vida. El artista de hoy en día quiere empezar en la farándula, por esta razón el arte se convirtió en una moda. Desde que aparecieron esas revistas de moda, de tendencias de decoración, hasta ahí llegó el arte. La gente cuando va a comprar un cuadro lo quiere combinar con el sofá, el cuadro lo ven como un objeto de decoración y ya. El valor del arte se perdió y por eso los medios de comunicación hacen que los artistas especulen con sus obras, no que trabajen; a ese arte lo he llamado arte calendario.
ENS: ¿Cuál es la forma de apreciar el arte?, ¿hay que tener un conocimiento previo?
CH: Cuando una persona adquiere algo de arte lo que está haciendo en primer lugar es llevarse la esencia de alguien y eso debe uno apreciarlo. Uno de artista engaña a la persona visualmente, con el hecho de que una persona contemple mi obra en una galería significa que hice bien mi trabajo, con todo lo que ello implica; si sigue de largo, no hice nada. Entonces la persona no tiene que saber de arte, sino que si es hermoso es hermoso.
ENS: ¿Pero eso no es lo que generó que el arte se convirtiera en un elemento decorativo, porque sólo se aprecia por lo “bonito” pero no entienden el concepto?
CH: Eso se lo dejamos a los historiadores y a los críticos, porque a veces uno como artista no sabe cómo produjo esa obra; cuando tú pintas no piensas en lo que vas a producir, es lo que te pasa en el momento, como estés anímicamente, cada obra es como una cámara del tiempo, en cada obra queda plasmado un suceso, es un momento único e irrepetible. Para las personas del común el arte es para disfrutarlo.