Totalitarismo en la obra 'El Rinoceronte' | El Nuevo Siglo
Miércoles, 29 de Febrero de 2012

 

Con un humor feroz, mucho ingenio y poesía, además de las actuaciones de 3 actores y más de 20 muñecos de distintos tamaños, el Teatro Nacional y la compañía suiza Des Hélices presentarán El Rinoceronte, basado en la obra homónima de Eugene Ionesco, en el marco del Festival Iberoamericano de Teatro.

Una historia en tres actos y mucha gracia para reflexionar sobre el totalitarismo y la uniformidad. Un domingo común y corriente en una pequeña ciudad cualquiera, un rinoceronte atraviesa la plaza y aplasta a un gato. La ciudad es rápidamente invadida por la “rinocerontitis”, una enfermedad que contagia progresivamente a sus habitantes, volviéndolos conformistas y uniformando sus pensamientos hasta convertirlos en rinocerontes. En medio de todo el fanatismo que se desata, Berenger, un hombre común y sencillo, criticado por su adicción al alcohol, resulta ser el único humano que se resiste a sufrir tal metamorfosis.

En una escenografía de madera, llena de cajas, cartones, escaleras, tablas y archivos donde se conservan los últimos vestigios de la humanidad, los actores Fabiana Medina, Héctor Loboguerrero y Jorge Rico le dan vida a la obra más reconocida de Eugène Ionesco, ayudados de títeres cuyo tamaño va aumentando a medida que nos vamos acercando a su intimidad. Como si fueran seres humanos, estos personajes adquieren personalidades definidas, bostezan, se enamoran, discuten, se asombran, sueñan y se emborrachan. Y en este juego de personificaciones entre actores y títeres, propuesto por la reconocida titiritera suiza Isabelle Matter, el montaje se convierte en un fantástico universo de juegos donde la escenografía se construye y se destruye, los actores adquieren cierta plasticidad de mimos y su dinámica va entre los juegos de equilibrio, los juegos de perspectivas y otros de fuerzas y tensiones.

La Directora

Socióloga de la Universidad de Ginebra, Isabelle Matter estudió artes teatrales con Philippe Gaulier (Londres) y con Lilo Baur y Stefan Mertz, del Théâtre de Complicité (Londres), entre otros.

Es experta en la construcción de marionetas y máscaras para distintas compañías, como el Teatro Malandro y el Teatro Due Punti, entre otros. Junto a su esposo, el escenógrafo colombiano Freddy Porras, fundó en el año 2000 la Compañía des Hélices, donde actúa y construye las marionetas. Entre sus montajes más conocidos están “Cétacolik”, “Lady Lili”, “La ville qui n’existait pas”, “Amarillo City” y “Tranche express” (De este espectáculo se hizo una versión colombiana llamada “FeroZcarril” en coproducción con el Festival de Manizales y la Universidad de Caldas, en 2007).