Cinco lecciones que dejaron los campeonato rentados | El Nuevo Siglo
HAROLD PRECIADO terminó como goleador de la liga, seguido de los también colombianos Fernando Uribe y Jefferson Duque.
/Cali
Domingo, 26 de Diciembre de 2021
Redacción Nacional

Con los acordes del “Pachito eche” todavía retumbando en los oídos de los seguidores del Deportivo Cali, que celebraron a rabiar la conquista de la décima estrella, empiezan los análisis de lo bueno, lo regular y lo malo que tuvo el torneo rentado.

Son múltiples las lecciones que dejaron los dos torneos y que acaparan la atención de los directivos, pensando en la próxima temporada, con el inicio de trabajos a partir de la primera semana de enero.

Y pese a que en el fútbol, como en la vida en general, el dinero no lo es todo, ya hay equipos echando la casa por la ventana, con la esperanza de ser amos y señores en el torneo local, pero ante todo cumplir el anhelo de ser protagonistas de primer orden en torneo internacionales.

Justamente, esa es una de las asignaturas pendientes que tiene el fútbol profesional colombiano: volver a ser actor de primer orden en las copas Libertadores y Suramericana. Hace cinco años que los clubes colombianos pasaron de codearse con los grandes del continente, a ‘cenicientas’.

También, así como hay factores que preocupan, hay otros que ilusionan, como es el caso de tener goleadores criollos, el surgimiento de algunas nuevas figuras, la aparición de porteros de gran nivel o la regularidad de un club como el Tolima, que para muchos fue el mejor del año.

Ahora bien, no puede dejarse de lado la vergüenza generada por lo ocurrido en la final del torneo de ascenso y cuyo desenlace todavía está por escribirse, porque apenas va en “etapa de investigación”.

Pero cuáles son esas cinco lecciones principales que dejó el campeonato colombiano que finalizó el miércoles con la corona para un Deportivo Cali que tres meses atrás estaba desahuciado y cuya afición pedía la cabeza al presidente Marco Caicedo.

1. No todo es dinero. La sabiduría popular acuñó la frase “en la vida no todo es plata” y en el caso del fútbol profesional colombiano, en el torneo que acaba de terminar, sí que refleja la realidad. Los equipos que invirtieron la mayor cantidad de dinero para armarse e ir por el título, no lo lograron. Ese es el caso de Atlético Nacional y Junior. El primero ilusionó con la campañota que hizo en la fase de todos contra todos, pero defraudó en el cuadrangular A, en el que quedó lejos del Cali.

También demuestra que no hay que gastar mucho sino saber gastar, lo que hace el Tolima. Su propietario, Gabriel Camargo, no se desborda en gastos sino que va mirando jugadores que le pueden servir y los une al plantel, manteniendo de paso una estructura en la que si sale uno, llega otro de condiciones similares. Otro equipo que no está malgastando es Millonarios, que optó por sacarle provecho a la inversión que hace en las divisiones menores y el técnico Gamero se la juega sin miedo. Ahora solo falta que ese trabajo lo complemente con un título.

2. El mejor del año. Justamente su regularidad en los dos torneos del año, convierten al Tolima en el mejor club del año. Fue campeón en la Liga I y segundo en el campeonato que finalizó el miércoles. Los ‘Pijaos’ no serían uno de los grandes del fútbol profesional colombiano de no ser por Gabriel Camargo, quien hace algunos años dejó de quejarse, de amenazar con que se iba porque no tenía respaldo y empezó a manejarlo como una empresa. Hoy el onceno ibaguereño da resultados, enamora a sus seguidores, quienes de paso, con un sonoro aplauso le expresaron su gratitud al directivo por lo que hace año tras año para mantener en los primeros lugares al Vinotinto y oro.


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3. Goleadores locales. En momentos en que a la Selección Colombia le gusta tanto hacer goles, es reconfortante que los máximos artilleros de la liga sean nacionales. Harold Preciado, repatriado por el Cali, cumplió la tarea y terminó como el máximo realizador con 13 dianas, seguido por Fernando Uribe, ex-Millonarios y ahora juniorista con 12 tantos, Jefferson Duque del Nacional con 10. El cuarto fue Bayron Garcés con 9. El primer extranjero fue Luis ‘Cariaco’, González con siete anotaciones. Preciado, además todavía puede soñar con un llamado de parte del técnico Reinaldo Rueda porque, a sus 27 años y un paso por Europa y China, acumula experiencia y ha dado muestras de madurez. Uribe y Duque, en cambio, ya son ‘veteranos’ y no parecen tener cuerda para pelearle el cupo a Duván Zapata, Luis Fernando Muriel, Miguel Borja o Falcao García. Otro factor a tener en cuenta es que realmente no hay un artillero juvenil. Los cuatro primeros ya están arriba de los 27 años.

4. Inestabilidad. Un factor que llama la atención es la inestabilidad de los técnicos. En Bogotá se sostuvieron Alberto Gamero (de gran trabajo con Millonarios así no haya ganado títulos todavía) y Alexis García con La Equidad, pero en Santa Fe sí hubo cambio. Se fue Harold Rivera, quedó Grigori Méndez, quien ya cedió su lugar a Martín Cardetti. El Cali, que quiso darle continuidad a Alfredo Arias, finalmente lo removió del cargo y Rafael Dudamel fue el encargo de guiarlo al título. Otro que cambió fue el Junior, que sacó a Amaranto Perea, llevó a Arturo Reyes y ahora los reemplaza por Juan Cruz Real. Medellín salió de Hernán Darío ‘Bolillo’ Gómez y contrató a Julio Comesaña, mientras que Eduardo Lara salió del Once Caldas, a donde llegó Diego Corredor, quien dejó la dirección de Pasto…

5. En deuda. El torneo colombiano puede ser muy emocionante, como lo demostró la definición de los clasificados a los cuadrangulares o la del Tolima a la final, pero está muy lejos de ser competitivo a nivel internacional. En las copas Suramericana y Libertadores son apenas convidados de piedra, desde 2016 no se tiene una presentación digna. Tan pobre es el nivel que el técnico Rueda a duras penas lleva dos o tres jugadores del torneo local a la Selección. Tanto la Dimayor como los directivos de los clubes deben buscar fórmulas que permitan recuperar el protagonismo que se tuvo y que le permitió a Nacional ganar su segundo título. No se pueden seguir consolando con obtener algunos dólares por ir a la primera ronda o por mucho a la fase de grupos, sino que hay que ir por el premio mayor. Por ahora, Junior da muestras de querer armarse para lograr un objetivo que le ha sido esquivo, pero además lo deben hacer Cali, Millonarios y todos los que van a los dos torneos continentales. Hay que rescatar el prestigio que en algún momento se tuvo y buscar ir más allá de la primera ronda o de la fase de grupos. Y a los que no les alcance para seguir en la Libertadores y pasen a la Suramericana, que sea para pelearla,  para buscar el título.