Colombia, Moscú te espera | El Nuevo Siglo
AFP
Jueves, 28 de Junio de 2018
Oscar Munévar Forero

 

Enviado Especial de El Nuevo Siglo 

SAMARA, RUSIA

El parietal izquierdo de Mina aún le debe estar doliendo a Yerry Mina por la fuerza que le imprimió a ese balón, que con violencia entró en el área del arquero Ndiaye e infló la red al minuto 74 para el 1-0 suficiente para pasar a la segunda ronda y meternos como hace cuatro años entre los 16 mejores equipos del mundo.

Tal y como lo  presagiábamos, Colombia superó una gran dificultad parecida a la que tuvo en el primer partido ante Japón. Se repuso, puso a los hombres que saben que es jugar  bien, con fina estampa, buen toque, delicadeza a la hora del enfrentar a los rivales y conseguir  algo que, a pesar de que se podía, parecía muy difícil.

Los Leones salieron a comerse a Colombia en el  primer periodo. El árbitro tuvo que recurrir a la tecnología para no cometer una injusticia en contra de  la Selección porque en el minuto 16 el juez pitó penal, reclamó Falcao, el  central consultó el VAR y se dio cuenta que Davision no había  tocado a Nane. el creador  africano.

Senegal nos atacó por derecha, por el centro, por izquierda y hasta perdimos a James Rodríguez, quien tuvo que ser relevado para darle paso  a Luis Muriel, para que este tirado por la izquierda  tratara  de  contener la arremetida de los senegaleses, que querían ratificar con una victoria su clasificación. Pero a Colombia lo acompañaba  la buena vibra, supo aguantar en la mitad con  Mateus Uribe y Carlos Sánchez, Juan Guillermo Cuadrado y Juan Fernando Quintero que ponían balones en el área para que el Tigre Falcao se peleara como  una fiera ante los defensores del conjunto  que dirige el ex jugador  Aliou Cisse.

El primer tiempo para Colombia fue para olvidar. Al parecer  habíamos olvidado los papeles  para que la orquesta funcionara, cada uno de los jugadores sabía  que el instrumento para que afinara la composición era un gol pero no se lograba. Quintero puso dos balones en los primeros 45 minutos  que fueron a parar a las manos del guardameta.

Los “Leones” rugían en el área  pero no pudieron tampoco  obtener nada, ahí estaban  Mina, Davison y Carlos Sánchez que llegaba al relevo y David Ospina, porque para eso lo trajeron para  que los remates que llegaran a su marco los detuviera. Los casi 10 mil aficionados de los 41.790 que se dieron cita en el Arena de Samara gritaban a todo pulmón: sí se puede, sí se puede.

El juez central Milorad Mazic, permitió que los jugadores tanto de Colombia como de Senegal tuvieran mucha fricción  y esto hacia que el juego se cortara, pero el primer tiempo para bien de Colombia se fue en ceros.

Más ganas

En la segunda parte salió con una Colombia con más ganas, Senegal se paró atrás y de  contra golpe respondía ataques furiosos de los Leones, que no perdían oportunidad de  enfrentar a una defensa mal parada, pero en esta ocasión no fue así.  La historia cuenta que Colombia tiene medido a los africanos y que  le ha ganado  en dos oportunidades y no podía  pasar nuevamente lo que le ocurrió con Japón.

Aquí los  dirigidos por Pekerman  conservaron la calma, tocaban el balón, desgastaban al contrario llevándolos y recogiéndolos en su campo y estos a su vez nuevamente de  sorpresa intentaban llegar, pero en una de esa jugadas en la que Colombia tenía el dominio, en el estadio se escuchó un grito de gol, gol, gol; pero era de Polonia que ponía a Colombia en el segundo lugar.

Los jugadores fueron llamados uno a uno y advertidos de lo que estaba pasando en el partido Polonia-Japón, donde ganaban los polacos. Los colombianos tomaron un segundo aire, empujaron con más ganas y en un balón que fue rechazado por la defensa de los africanos  Quintero fue a la esquina, el reloj marcaba el minuto 74 y el hombre que le ha dado 6 puntos a Colombia y que en el Barcelona no parece tener lugar se alzó y la acomodó donde el arquero jamás hubiera llegado.

El estadio enloqueció al igual que los Leones, que enfurecidos se fueron encima de Colombia, se expusieron en la parte de atrás pero al ataque  volaban por encima de los  jugadores nacionales y a los empujones querían empatara. El técnico  de Senegal mandó a toda su artillería para que atacara desde todos los flancos, pero Colombia aguantó, ese cuatro posterior  supo pararse, conservó la calma, aunque en oportunidades mando el balón a los costados y en ocasiones salió jugando hasta el final. 

Colombia  seguirá en Rusia para conseguir  mejorar lo hecho hace cuatro años en Brasil 2014. Aquí en el Arena Samara, que es un lindo estadio,  enclavado en una fortaleza natural llena de árboles, será recordado no por la dificultad para llegar a él, sino por la victoria obtenida ANTE SENEGAL.

Este nuevo aire  sirve a quienes vinieron a acompañar al conjunto nacional, pero pareciera que de aquí en adelante fuera otro torneo, porque no habrá que perder  el tiempo, hay que preparar el siguiente  compromiso como lo dijo Yerri Mina, quien fue elegido la figura de la cancha por  parte de los oficiales de la Fifa “ahora estamos mentalizados para enfrentar al que venga, dejaremos todo  en el  terreno de juego y lo único que me queda manifestar es que  Colombia siga creyendo en nosotros”.

PEKERMAN saltaba de felicidad, su cuerpo técnico se abrazó al igual que los jugadores  que en el centro del campo levantaron los brazos saludando a los  hinchas que desde todas las partes del mundo  llegaron para seguir  este equipo que por ahora solo ha brindado satisfacciones.

Los dioses del Olimpo están de este lado y esperemos que sigan acompañándonos, ojalá  que el Divino Niño que  estuvo en el estadio  y fue traído por un periodista  puesto con una lámpara que alumbró durante los 90 minutos, sigan haciendo Milagros.

Por ahora disfruten como los que tenemos el  privilegio de seguir a este equipo, no importándonos  cuantos kilómetros hemos tenido que recorrer, lo hemos hecho con gusto y vale la pena seguir  padeciendo las incomodidades propias de un país que la verdad no está del todo preparado para este tipo de certámenes, pero que viva Colombia y que siga viva en este Mundial.