A pesar de que ya pasó un largo tiempo tras la eliminación de Alemania, uno de los favoritos a ganar el Mundial, la prensa de dicho país continúa sacando noticias sobre las posibles causas que afectaron a sus jugadores, que regresaron a casa con las manos vacías.

Precisamente, hoy en día es habitual ver que  los hoteles donde se concentran los deportistas cuenten con consolas como Play Station, X Box o Nintendo Wii. En el espacio donde estaban los teutones, los cuartos, en efecto, estaban colmados de videojuegos. El elemento de entretención más común en este tipo de herramientas es el popular FIFA, pasatiempo que abarca la mayoría de Ligas Europeas, junto con competencias que son un factor de recreo común.

En Alemania, se dice que los jugadores se desvelaban jugando FIFA entre ellos, por lo cual no alcanzaron a descansar lo suficiente antes de cada encuentro. Ahora, lo anterior es una cuestión  normal en el mundo del deporte. Por ejemplo, un día antes de la final del Mundial de 2006, entre Italia y Francia, el centrocampista Andrea Pirlo, que en ese entonces vestía la camiseta del A.C Milán, pasó la noche de largo divirtiéndose con Play Station, cuando estaba a pocas horas de disputar el partido más importante de su vida.

Asimismo, Zlatan Ibrahimovic tuvo problemas en su paso por el Inter, pues el entrenador lo regañó por no dormir bien a causa de los videojuegos. No obstante, el sueco no jugaba solo FIFA, también pasa largas horas en manos de Call of Dutty, que es un juego de guerra.

El hecho es que los europeos no han logrado levantarse del fuerte golpe que ocasionó salir del Mundial en la fase de grupos, cuando el objetivo era la defensa del título. Mientras los jugadores intentan concentrarse y pasar rápido la página, los medios continúan buscando un culpable del fracaso en Rusia, en este oportunidad el acusado fue el FIFA 18.