El boxeo colombiano ha tenido varias épocas de gloria, pero nunca había tenido un campeón mundial de una categoría ‘pesada’ hasta ahora que Eléider Álvarez, emergió para llevarse el cinturón de los semipesados y ya con él en su poder ha dicho que está dispuesto a “pelear con el que sea”.
El país había tenido grandes exponentes, como Antonio ‘Mochila’ Herrera, o Bernardo Caraballo; incluso medallistas olímpicos, más una serie de campeones que inscribieron sus nombres entre los más grandes de sus categorías.
Sin embargo, los más recordados son de categorías menores, como Fidel Bassa, en los mini mosca, o Miguel ‘Happy’ Lora, en los gallo; Rodrigo ‘Rocky’ Valdez, en los medianos, o Tomar Molinares, en los welter y nada menos que Antonio Cervantes, ‘Kib Pambelé’.
Pero no son los únicos. Hay otro grupo de pegadores que pusieron en alto el nombre de Colombia, como el antioqueño Álvarez, quien también fuera campeón mundial.
En las categorías superiores se trabajó con ‘Pulgarcito’ González, quien incursionó en los pesados, pero antes de que lograra brillar se le descubrió un problema de salud que lo obligó a retirarse de los tinglados.
Luego sobrevino una etapa en la que se ganaron algunos títulos pero fueron efímeros y muchos pegadores quedaron ‘huérfanos’ ante la muerte del empresario William Chams y así lo reconoció ayer el antioqueño.
“Desde que murió don Willie no ha habido un promotor que trabaje tanto por el boxeo como lo hacía él”, dijo algo nostálgico el pegador de 33 años y orgulloso monarca de los semipesados, tras derrotar al ruso Sergey Kovalev.
“Gracias a Dios sacamos una victoria, sabíamos que iba a ser un combate difícil, todas las apuestas estaban a favor de Kovalev porque su mérito era ser campeón, pero llevábamos cinco años buscando la oportunidad y había que aprovecharla”, dijo Álvarez a la FM.
Comentó que nació en el corregimiento de Puerto Girón, comprensión municipal de Apartadó, Antioquia, a sus 10 años pasó a vivir en el municipio de Turbo, donde inició su carrera en el boxeo. Para el 2005 formó parte de la selección Colombia, allí fue campeón de los juegos Suramericanos y Panamericanos, después de los Juegos Olímpicos de 2016, se radicó en Canadá y allí se enfocó en su carrera como boxeador profesional.
También relató que su primer vínculo con el boxeo se produjo por decisión de su madre, quien cansada de ver que su hijo se la pasaba en la calle cuando salía del colegio tomó la determinación de pedirle a su vecino, quien era entrenador en ese deporte, que lo entrenara.
“A mí no me gustaba entrenar, me buscaban a la casa a las 5 de la mañana y por eso dejé de entrenar. Pero cuando mi madre murió, a mis 14 años, yo volví a entrenar como un homenaje a ella. Posteriormente en el centro de desarrollo deportivo indicaron que yo era un prospecto, a pesar de eso yo le decía a mi papá que me quería ir de ahí, pero él me dijo que si salía me ponía a trabajar y como yo era flojo para el trabajo, me quedé”, comentó Álvarez.
También se refirió a las ocasiones en las que los campeones no aceptaban un reto con él. Álvarez indicó que por casi 3 años estuvo aspirando por la pelea del título pero recibió muchas excusas y en algún momento le comunicó a su mánager que dejaba su aspiración y que buscaría “otro cinturón”.
“Para Semana Santa de este año, le repetí esas palabras pero días después salió la oportunidad de pelear con Sergey Kovalev, yo le dije de una vez que había que aprovechar la oportunidad porque se dan una sola vez, entonces la tomamos y empezamos el entrenamiento”, contó el boxeador en diferentes medios.
“Creo que desde hace varios años estaba esperando una oportunidad como esta y supe aprovecharla muy bien”, insistió.
Recordó que cuando “llegué a Montreal fue que yo aprendí a ver boxeo profesional, yo en Colombia no conocía boxeadores profesionales”.
A los que aspiran a convertirse en pegadores, Álvarez les recomendó que “tienen aguantar porque este deporte tiene sus altas y bajas. Hay que aguantar y no se debe dejar llevar por la depresión, ni tomar decisiones con la cabeza caliente porque la depresión lo quiere llevar a uno, lo más importante es aguantar”.
Álvarez marcha invicto, con 24 combates, con 12 definidos por la vía del sueño.
“Quiero disfrutar de esta gran victoria y dedicársela, repito al pueblo colombiano -a Puerto Girón, a Apartadó- y a Montreal, el país que me adoptó”, aseguró en Caracol.
Ahora, mientras descansa unos días tras la pelea del sábado, en la que envió en tres ocasiones a la lona al ruso, dice con firmeza que está dispuesto a pelear con quien sea y se alegra porque sabe que ya puede poner las condiciones para cada combate que dispute como campeón mundial de los semipesados, en especial las económicas.
“Hay que aprovechar el cuarto de hora”, dijo el antioqueño, quien asegura, en Canadá aprendió, entre otras cosas, a ver boxeo profesional.
Recordó que debido a que provenía de una familia que le gustaba la música, en su juventud tenía el deseo de ser cantante, “pero a veces uno no sabe para qué va a ser bueno”, aunque reconoce que ahora solo canta en el baño o con los amigos.