Lesionados de gravedad el jueves en una caída en la Vuelta al País Vasco, Jonas Vingegaard y Remco Evenepoel inician una carrera contrarreloj para estar preparados para el Tour de Francia. Si su presencia en la 'Grande Boucle' no está descartada, su preparación se verá sin duda perturbada.
En menos de tres meses, el 29 de junio, la Grande Boucle partirá desde Florencia para una 111ª edición muy esperada, la que todo el mundo considera la de los "cuatro fantásticos" en lucha por el maillot amarillo.
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Sin embargo, a día de hoy, dos de esos candidatos no podrían pedalear, y Primoz Roglic, el menos afectado por la caída, sufre rasguños superficiales después de sendas caídas en el País Vasco esta semana.
Vingegaard y Evenepoel presentan múltiples fracturas. En la clavícula y en las costillas en el caso del danés, además de un neumotórax y de una contusión pulmonar. Y en la clavícula y el omóplato el belga.
Sólo Tadej Pogacar, que descartó participar en la 'Itzulia' para centrarse en los entrenamientos, se halla en plena forma física. El esloveno envió sus mejores deseos de recuperación a sus "camaradas del pelotón" el jueves después del aparatoso accidente en el País Vasco.
Hace un año fue el propio Pogacar el que afrontó el Tour de Francia recién recuperado de una fractura en la mano producida en una caída en la Lieja-Bastoña-Lieja a finales de abril. Entre los mejores durante dos semanas, Pogacar se derrumbó en la tercera lastrado por la falta de preparación específica.
¿Qué ocurrirá con Vingegaard y Evenepoel?
"Es demasiado pronto para decirlo, habrá que esperar días o incluso semanas antes de decir algo sobre el Tour", declaró el viernes Frans Maassen, director deportivo del danés en el Visma-Lease a bike.
"Por supuesto que está sufriendo pero las piernas y la cabeza están bien. Nos atrevemos a mirar adelante", añadió, considerando que pudo haber sido "mucho peor".
¿De vuelta para el Dauphiné?
Las sensaciones son parecidas en el entorno de Evenepoel, que este viernes regresaba a Bélgica por carretera para someterse a nuevos exámenes. "Vistas las circunstancias ni tan mal. Su participación en principio no está en peligro", indicó su director deportivo en el equipo Soudal-Quick Step, Klaas Lodewyck.
"Por supuesto, mis planes a corto plazo van a cambiar, pero espero y creo que mis objetivos a largo plazo no cambiarán", comentó Evenepeol el jueves en un video dirigido a sus aficionados.
Lo que parece claro es que el corredor flamenco deberá prescindir de las clásicas de las Ardenas en abril. "Él está triste. La Amstel Gold Race y la Lieja-Bastoña-Lieja representaban dos grandes objetivos para él", lamentó Lodewyck.
En ambos casos, el plazo de recuperación y de puesta en forma se estima generalmente entre ocho y diez semanas, sabiendo que los plazos pueden variar en función de los corredores.
Vingegaard y Evenepoel podrían así regresar a tiempo para el Critérium del Dauphiné a comienzos de junio, una prueba de una semana que sirve tradicionalmente de preparación para el Tour, donde se espera la presencia de Roglic este año, si bien las consecuencias de sus caídas sólo se conocerán con el paso de las semanas.
También habrá que vigilar cómo se recuperarán en el plano psicológico después del susto del jueves. "Cuando uno se cae están las lesiones físicas pero también hay sobre todo cicatrices mentales. No me avergüenza decir que después de mi última gran caída en el Tour de Francia en 2016, el resto de mi carrera fue sinónimo de aprensión y ansiedad", escribió el antiguo corredor galo Pierre Rolland el viernes en la red social X.
Hace una semana, Julian Alaphilippe había confesado que tenía "mucho más miedo que antes" de su grave caída en la Lieja-Bastoña-Lieja de 2022. "Es un deporte cruel, que demanda muchos sacrificios y donde todo puede derrumbarse de golpe".