Una vez terminado el Mundial de Rusia ara Colombia y tras el apoteósico recibimiento a la Selección, la página se dobló y todo el entusiasmo y fervor se trasladó a las carreteras galas, en donde se esperan varias victorias parciales con Fernando Gaviria y el título del Tour de Francia, bien sea con Nairo Quintana, Rigoberto Urán y, ¿por qué no? con el juvenil Egan Bernal.
Tan solo el arranque de la competencia hoy en Vendée, con una etapa de 201 kilómetros sobre terreno completamente llano y propicia para los embaladores, abre la puerta de las ilusiones colombianas con el velocista Fernando Gaviria.
En la meta estarán varios connotados rivales, quienes también tienen la esperanza de destronar al cuestionado británico Chris Froome, entre ellos los compañeros de Quintana en el Movistar, Alejandro Valverde y Mikel Landa.
La edición 105ª de la consideraba la carrera ciclística más importante del mundo y por ende una de las más duras, tiene un recorrido prometedor hasta la llegada a París el 29 de julio.
“El caso está zanjado”, resumió Romain Bardet, quien acapara las esperanzas francesas en la salida de Noirmoutier-en-l'Île. “Es -Froome- el favorito número uno para su propia sucesión, viene para ganar su quinto Tour. Ahora, las cosas están claras”.
Absuelto por las autoridades internacionales de su control anormal en la Vuelta a España, Froome carga todavía con el pesado asunto que centró la atención del ciclismo en los últimos meses. Para calmar los ánimos, presentó su defensa este viernes por la mañana en un periódico francés (Le Monde). El día anterior, había sido recibido con pitos durante la presentación de equipos.
Al británico le queda convencer, más que seducir, al público a lo largo de los 3.351 kilómetros de la ruta del Tour para justificar un -¿eventual, posible o probable?- quinto éxito, que le permitiría igualar a los cuatro poseedores del récord de victorias (Anquetil, Merckx, Hinault, Indurain).
Dominador absoluto durante sus dos primeras victorias (2013 y 2015), Froome debió hilar más fino en las otras dos (2016 y 2017). Tuvo que apelar a otro registro y apoyarse todavía más en su equipo Sky, el más fuerte y el más dotado del pelotón. Sin sorprender, todo lo contrario que con su escapada de 80 kilómetros con la que dio un vuelco a la clasificación del último Giro de Italia.
En la salida de Vendée, la presión afecta a las 22 formaciones, en consonancia a lo que hay en juego en la carrera más grande del mundo.
Hace falta controlar la tensión, tanto para optar a la victoria en alguna de las 21 etapas como para hacerse con alguno de los cuatros maillots distintivos que se entregarán en los Campos Elíseos. “Sin estrés”, ha venido repitiendo a sus compañeros de equipo el colombiano Rigoberto Urán, segundo el año pasado. El Tour se gana sobre la bicicleta, pero también en los intervalos de recuperación.
En un ciclismo cada vez más global, Urán espera convertirse en el primer colombiano en figurar en el palmarés de la prueba. La misma ambición anima a Nairo Quintana. A pesar de que ha decepcionado en los últimos años y a la presencia a su lado del español Mikel Landa, que se puede considerar un activo o un hándicap.
El partido Colombia-Inglaterra (Quintana-Froome), ¿acabará con el mismo resultado que en la Copa del Mundo de fútbol (1-1)?. El equivalente a una tanda de penales consistiría en que la carrera se decidiese en la contrarreloj individual de Espelette, la única en el programa del Tour, en la penúltima etapa. Pero, previamente, la carrera está “plagada de emboscadas”, siguiendo el discurso repetido por la totalidad de los candidatos al maillot amarillo.
Todos señalan el 15 de julio, la etapa que comparte una veintena de kilómetros sobre adoquines con la París-Roubaix, como una fecha clave. A partir de esa etapa, las ambiciones quedarán legitimadas antes de un denso bloque de tres etapas en los Alpes y más tarde su equivalente pirenaico.
Sobrevivir al llano
Para los diferentes candidatos, resultará necesario salir sin demasiados problemas de la primera secuencia de nueve etapas llanas. Vendée, Bretaña, Normandía, Picardía... los especialistas en el llano, tanto los esprinters como los finalizadores, están de fiesta. El primer maillot amarillo, hoy en Fontenay-le-Comte, está reservado para el más rápido (Gaviria, Demare, Sagan, Kittel, Groenewegen, Greipel).
Es el momento de la operación supervivencia para los escaladores. La parte más hermosa para ellos llegará a continuación, con las ascensiones ligadas a la historia (Glières) y a la leyenda del ciclismo (Alpe d'Huez, Tourmalet, Aubisque) o llamadas a forjarla (Portet). Incluso así, apunta con razón Bardet a propósito de las llegadas más duras: “Las diferencias entre los mejores son reducidas”.
Las últimas ediciones así lo demuestran, y las sorpresas se pueden esperar en otros terrenos. Un repaso a la nómina de inscritos da una idea de los muchos desafíos que esperan al último ganador: situados en primera línea (Nibali, Dumoulin, Porte, Bardet, Quintana, Landa) o preparados para subir un peldaño (Adam Yates, Fuglsang, Daniel Martin, Roglic, Kruijswijk).
Froome, que encabeza un equipo que presenta a su sustituto (Thomas) y a su posible sucesor (Bernal), es el favorito lógico. Sin ofender a su antiguo lugarteniente ahora emancipado, el australiano Richie Porte, quien confía en la fatiga del Giro para derrocar al británico.
Si Porte tiene razón, Froome pagaría sobre todo la acumulación de esfuerzos en la última semana. Sería un elemento extra, y la confirmación de que el doblete Giro-Tour pertenece ahora a lo inaccesible.
¿Y los colombianos?
Todas las miradas, y las ilusiones de los aficionados colombianos están centradas en lo que puedan hacer Niro Quintana y Rigoberto Urán en la disputa del título y las victorias en etapas, que despiertan pasión ente los amantes del ciclismo en el país.
Nairo suma dos segundos lugares y un tercer puesto en sus incursiones en la ronda gala. Su objetivo es vestirse de amarillo y llegar a los Campos Elíseos con la camiseta.
Urán, segundo el año pasado, tiene el mismo objetivo y se preparó para dar la pelea, falta ver si su equipo le responde y lo ayuda.
En cuando a las posibilidades de que Gaviria despierte las pasiones de los colombianos, son muchas porque el velocista antioqueño fue llevado para eso, para que se imponga en etapas y el equipo le va a trabajar para que lo consiga.
Pero además, propios y extraños coinciden: si nada falla, en los próximos años Egan Bernal escribirá su nombre en oro. Pero su primer peldaño hacia la gloria del ciclismo empezará hoy, cuando el pedalista colombiano debute en el Tour de Francia.
Será el de menor edad en tomar la salida en la Grand Boucle. Y aunque muchos anticipan que va a ser la revelación, el bogotano de 21 años postergará, en principio, su sueño de vestirse de amarillo para que su compañero de equipo, el británico Christopher Froome, levante su quinto título en las carreteras francesas.