Pocos son los que salvaron el semestre, entre ellos el portero Wuilker Faríñez y los volantes Jhon Duque y Felipe Jaramillo

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Luego del ‘romance’ que vivieron los hinchas de Millonarios con el equipo y la ilusión de conquistar la estrella 16, la ruptura que produjo la eliminación llama a la reflexión y a que se tomen medidas de fondo.

Los directivos, encabezados por Gustavo Serpa y el presidente Enrique Camacho, con cabeza fría deben analizar qué es lo mejor para el club y cómo lograr los objetivos que no deben pasar únicamente por la recuperación económica, sino por los resultados deportivos.

Es claro que la decisión, como ya había sucedido con Miguel Ángel Russo y ahora con Jorge Luis Pinto, es tener un técnico de prestigio, que genere confianza en la hinchada y estimule a los jugadores.

El título logrado con Russo y la campaña con Pinto en la ronda de todos contra todos y algunos partidos del cuadrangular, les dan la razón.

El estratega santandereano logró, con un plantel que no es el mejor del torneo, cabalgar y cumplir la meta de estar por los 40 puntos al final de esa fase de la Liga Águila, lo que prolongó la ‘luna de miel’, solo que el despertar fue abrupto.

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Sí. Con un gran técnico se pueden obtener títulos o poner a soñar a la afición, pero también se requieren jugadores con jerarquía, de nivel, que respondan a la historia de Millonarios y se acerquen a ese pasado que hizo conocer al equipo con el mote del ‘Ballet Azul”.

Es posible que con Pinto no se llegue a tener un plantel que interprete una sinfonía futbolera porque el santandereano es muy táctico. Sin embargo, si dispone de jugadores virtuosos, que les guste el balón, que le den buen trato, se estructure un plantel que juegue bien y dé resultados.

Es inexplicable lo sucedido frente al América porque no se le puede indilgar a la falta de experiencia el mal partido que se hizo. Tampoco a que los jugadores hayan sentido la presión, entonces habría que preguntarse si faltó compromiso, si no hubo la entrega que requería un duelo tan trascendental o si simplemente el grupo se ‘reventó’ físicamente, factor este último poco probable.

A partir del miércoles a las 5:35 de la tarde todo lo que se diga en torno a lo que pudo ser y no fue, es llorar sobre la leche derramada. Ahora lo que hay es que pensar a futuro y para ello hay poco menos de un mes, si es que se le quiere dar a Pinto una nómina de lujo y no esperar a ver qué sobre y qué se puede contratar.

Las decisiones son inmediatas. Una vez el técnico presente su informe a Serpa y Camacho, se debe establecer qué jugadores siguen (deberían ser pocos o muy pocos) y cuáles se van.

‘Poda’ azul

Si los directivos de Millonarios estuvieran convencidos de que no es suficiente tener un gran técnico sino que se requiere un plantel de calidad, sin renunciar a promover a los canteranos. A la lista de los que se van y en la que ya están Juan Guillermo ‘Carachito’ Domínguez (expresó su deseo de irse), y Cristián Marrugo, a quien se le venció el contrato y la opción de compra sin que los directivos le anunciaran si querían que se quedara, deberían sumarse mínimo 10 jugadores más.

Es más sencillo hacer la lista de los que deberían quedarse. Y se podrían contar con los dedos de una mano, aunque seguramente ello no va a ser así.

No obstante, se puede hacer una aproximación a los jugadores que deben irse por diferentes motivos, aunque reemplazarlos llevaría a una gran inversión.

En la zona defensiva deben salir Jair Palacios, quien perdió el puesto con el canterano Felipe Román, y tuvo un semestre para olvidar.

También lo debe acompañar Luis Payares, quien no participó de la debacle por estar incapacitado, pero en los partidos que jugó, cometió errores costosos. Además, un club como Millonarios necesita de un central de categoría, rápido y efectivo a ras de piso como en el juego aéreo y eso no es el que fuera suplente en el Deportes Tolima.

Otro que no se ganó la continuidad es Felipe Banguero. Los celestes no pueden depender de un lateral que en todo un semestre solo tire un buen centro y fue para un gol de Fabián González Lasso. A ello se puede agregar que cuando se va al ataque, muchas veces no regresa.

En el sector medular ya se anunció que se van Marrugo y Domínguez, pero no deben ser los únicos. Santiago Montoya no ha hecho ningún mérito para quedarse y lo mejor sería prestarlo a un club de mitad de tabla para ver si se recupera. Talento tiene, solo que con la casaca azul no lo mostró.

Y la zona ofensiva es la que más retoques requiere. Roberto Ovelar definitivamente no es ni la sombra de lo que fue en Junior; González Lasso es un gran emergente pero no el goleador que requiere un equipo que busca ser campeón, Elíser Quiñones a veces sí a veces no y Juan David Pérez jugó buenos partidos aunque cuando más se necesitó no apareció.

Entre los que se deben quedar están el portero Wuilker Faríñez, aunque la posibilidad de que se marche es muy grande; Matías de Los Santos si conserva el nivel que se le vio en un par de partidos; Jhon Duque, pero debe intentar volver a ser el jugador de hace seis meses, tranquilo, que quietaba balones y sabía qué hacer; Felipe Jaramillo, quien le hizo mucha falta al equipo en la instancia definitiva; César Carrillo pero si recupera su nivel, lo mismo que David Silva. A partir de ellos se puede armar un plantel de nivel, que juegue bien al fútbol y dé los resultados esperados.

Román, Omar Bertel, Breiner Paz, Alex Rambal, más los promovidos de la cantera se deben quedar para acabarlos de formar y, ya es hora de ir pensando en un arquero porque Sánchez tiene experiencia, es bueno, pero ya tiene sus años.