La falta de planeación y la carencia de autocrítica suelen ser el comienzo del fin de cualquier proyecto, por más que cuente con el apoyo férreo de la directiva o inclusive de los jugadores. Las inseguridades y la soberbia terminan por llevar al barranco cualquier proceso, ese es el caso de Guillermo Sanguinetti, técnico de Santa Fe, quien tendría las horas contadas como timonel del cuadro ‘Cardenal’.
A comienzo de año el técnico uruguayo recibió la bendición y el apoyo de la Junta Directiva santafereña para continuar al frente del equipo, pues según algunos miembros de la misma era un trabajador incansable, inclusive en entrevista con EL NUEVO SIGLO, el presidente Juan Andrés Carreño sostuvo que era injusto juzgar a un cuerpo técnico serio, trabajador y con gran conocimiento y vocación. Sin embargo el mundo del fútbol es dinámico y se rige por los resultados, especialmente en un equipo grande como lo es el Santa Fe, y desgraciadamente para Sanguinetti su gestión no ha sido avalada con victorias, lo que habría llevado a la Junta Directiva a darle un ultimátum, ya no hay más espacio para improvisar, tiene que ganar o ganar.
Lo cierto es que a pesar del descontento de la parcial con Sanguinetti, la directiva pensaba que era el hombre “ideal” para llevar las riendas del plantel hacia la victoria, pensamiento discutible, sí, pero al fin y al cabo el fútbol le ha venido dando la razón a los hinchas.
En 2019 Santa Fe no disputará ningún torneo internacional, sin embargo, armaron un plantel de calidad, como si lo fueran a hacer, se reforzaron para pelearlo todo, Liga y Copa, llegaron al equipo jugadores con habilidades suficientes como para que el esquema defensivo que había venido planteando el técnico cambiará, pero no fue así y el timonel uruguayo no solo no dio un revulsivo al plantel, ni cambió el esquema de juego que venía presentando el equipo, tampoco ha sabido manejar el camerino.
Las cosas no están bien, desde ningún punto de vista, no es admisible que un equipo con mayor rodaje, deje escapar dos puntos ante el Deportivo Pasto, que con todo el respeto por los nariñenses es un plantel que no mantiene ninguna regularidad, cada seis meses la nómina cambia prácticamente en su totalidad y no puede perder ante el Cúcuta, el recién ascendido. Precisamente la derrota ante el equipo de la frontera en El Campín hizo que la parcial se sublevara y pidiera a gritos la cabeza del técnico ante la impávida mirada de los dirigentes.
Resistido
Si bien no es la primera vez que la parcial santafereña eleva gritos de protesta en contra de un técnico o inclusive de un dirigente, recordemos que al expresidente César Pastrana en más de una oportunidad lo chiflaron y pidieron su cabeza en el estadio, nunca la situación había sido tan álgida como para que sucediera en el segundo partido del rentado nacional, quizá en épocas de Alexis García, quien fue resistido desde el primer momento sucedió pero la calma siempre reino al interior de la directiva, cosa que no pasó con Sanguinetti, de hecho fue por el levantamiento popular que se encendieron las alarmas y con toda razón pues Santa Fe mostraba poco y nada.
Bien reza el dicho que bordado está en la bandera del equipo “La Fuerza De Un Pueblo” fue la fuerza del pueblo lo que hizo que la directiva decidiera advertir de la situación al técnico Sanguinetti, demorados estuvieron, pues en 6 meses el uruguayo perdió 4 títulos, eliminados de la Suramericana en cuartos de final, eliminados de la Copa y de la Liga nacional y perdió la final del Torneo Fox ante Millonarios, lo que generó en la hinchada el repudio por ser ante su máximo rival de patio lo que terminó de romper algo que ya no tenía arreglo.
Para la parcial el momento de dar un golpe de autoridad y buscar otro timonel que maneje el rumbo del barco es ahora: Las directivas, encabezadas por el presidente Carreño, son lo suficientemente capaces como para darse cuenta de que no puede durar muchas más fechas esta situación, a la crisis que puede generar la falta de un patrocinador principal no se le puede sumar una deportiva. Sorpresivamente la hinchada está respondiendo de manera excepcional para lo que normalmente es Santa Fe, por ejemplo ante el Cúcuta siendo un partido entre semana los seguidores respondieron. Cerca de 10.000 personas estuvieron en el estadio.
Por ahora las cosas están tan difíciles que el equipo no tiene un gran patrocinio, el acuerdo con Huawei terminó y la falta de participación en un torneo internacional complicó cualquier posibilidad de renovación con la marca asiática, de igual forma las empresas han recortado el presupuesto por la situación financiera del país y si se le agrega la crisis deportiva que vive el equipo en lo técnico. La consecución de un patrocinador es cada vez más difícil y la situación económica es apremiante, por eso es importante que el equipo empiece a dar buenos resultados.
En harás de buscar algo de liquidez el cuadro rojo aceptó una invitación de ir a jugar un partido amistoso en Ecuador (a propósito del resultado ante la Liga de Quito fue 2-2), desde el inicio de la liga el rojo cardenal no sabe lo que es ganar. Por ahora la única salvación que tiene el equipo es mejorar sus niveles de juego para que la hinchada regrese al estadio.
Y debe hacerlo empezando por hoy frente a Alianza Petrolera en cumplimiento de la tercera jornada de la Liga Águila.
Al final del día Santa Fe es grande por su historia y por su gente, los directivos se pueden ir, los jugadores se van, algunos mal llamados ídolos cuando reciben una oferta aparentemente mejor de otro equipo olvidan que fue Santa Fe él que creyó en ellos cuando nadie los quería, los patrocinadores van y vienen, pero los únicos que quedan son los hinchas, la fuerza del pueblo, como dijo algún día Luis Manuel Seijas el hoy capitán del equipo “lo importante es que este el escudo, después el que quiera estar estará