¿Y el fútbol femenino qué? | El Nuevo Siglo
LA LIGA femenina de este año será corta, pero es la única forma de mantenerla vigente ante la falta de patrocinios.
/Dimayor
Sábado, 6 de Febrero de 2021
Redacción Deportes

La voluntad de hacer un torneo femenino que se codee en todos los aspectos con la Liga Betplay existe, pero las circunstancias han jugado en su contra, especialmente el año pasado y en este 2021.



La Dimayor, a través de su presidente Fernando Jaramillo, el Ministerio del Deporte en cabeza de Ernesto Lucena y la mayoría de los clubes tenían proyectado que el campeonato fuera creciendo de la mano con el interés de la hinchada y los patrocinadores.

Sin embargo, después de un arranque en el que los partidos se disputaron en la antesala de los del rentado y durante un periodo de tiempo razonable, la falta de dinero y de patrocinados dieron al traste con los planes.

A hoy, la realidad es que los equipos no tienen recursos suficientes para sostener un semestre o más un plantel de 20 jugadoras y mucho menos la Dimayor tiene el dinero para asumir esa carga.

La decisión de hacer un torneo de menos de dos meses este año no ha sido de buen recibo por parte de algunos sectores, empezando por las protagonistas, entre otras razones porque la posibilidad de entregarse de lleno a la práctica del fútbol, ser profesionales y vivir de él, se les está esfumando.

Es claro que el aporte del Ministerio del Deporte no es suficiente para planear un campeonato de largo aliento y las empresas no están dispuestas a invertir en publicidad en este tipo de actividades.

“Esto suena como retroceso pero hay que atender a las circunstancias. Lo que tenemos en este momento es lo mejor que podemos hacer, las inquietudes son válidas, estamos tratando de lograr recursos pero no es fácil”, dijo el presidente de la Dimayor, Fernando Jaramillo.

Explicó que “hay que tener en cuenta que tenemos Copa Libertadores en marzo y otra vez en septiembre, por eso se debe hacer tan corto. Quiero que entiendan la situación que estamos viviendo, sé que es limitado y esperamos que esto se pueda normalizar en los próximos años”.

La reflexión del dirigente tiene que ver con la crisis generada por el coronavirus y que ha llevado a todos los sectores a ser austeros y recortar, especialmente, patrocinios, publicidad y gastos considerados no prioritarios.

El esfuerzo, así no lo parezca, es monumental y exige comprensión de parte de todos los involucrados, es decir los directivos de los oncenos, de la Dimayor, de los aficionados y sobre todo, de las jugadoras.

Los dos meses que durará la liga por lo menos les permitirá tener actividad y mostrarse. No hay que olvidar que los equipos de otras partes del mundo tienen los ojos puestos sobre el material humano colombiano por el rendimiento que han tenido las deportistas que hoy integran planteles como el Atlético de Madrid y el Nápoles de Italia, por solo citar dos.

Jaramillo tiene claro que su trabajo no es otro que convencer a los clubes que entiendan que el fútbol femenino agrega valor. “El compromiso claro de Dimayor es insistir en una liga femenina, que las jugadoras tengan garantías, salarios dignos, la idea es llegar allá pero no hemos llegado todavía”, dijo.

Recordó que “escasamente se sostienen los clubes para el fútbol masculino y es una lástima que el fútbol femenino sea la cenicienta pero esa es la situación. Saqué el comunicado para no crear espejismos”.

Persistir

Aunque en el momento las circunstancias no están dadas para que se haga una liga femenina al nivel de la profesional, el tener un torneo así sea corto, permite soñar con que en la medida en que se supere la crisis económica generada por la pandemia, se logre el objetivo de jugarla a lo largo de ocho o más meses, como sería lo ideal.

Para ello se requiere un compromiso serio de parte de los clubes, que se comprometas a conseguir patrocinadores, a con un presupuesto que les permita hacer contratos que les permitan dedicarse únicamente a entrenar y a jugar al fútbol.

La claridad de Jaramillo al planear una liga corta y decirlo públicamente para no crear falsas expectativas, la deberían tener todos los directivos y las mismas jugadoras.

Es mejor proyectar un campeonato de dos meses y hacerlo, que planear un torneo de seis meses y al final cancelarlo. Se requiere mantener activas a las jugadoras, que se muestren y con el espectáculo que den, convencer a alguna empresa de que el fútbol femenino es una gran vitrina para promocionar su producto.

El Ministerio del Deporte, como lo dice su titular, Ernesto Lucena, lo que hace por el fútbol femenino es bastante, “ni siquiera cuando era Coldeportes había tanto apoyo… Este año pretendemos hacer un apoyo económico como lo hemos venido haciendo. El problema está en la parte dirigencial, que las jugadoras estén vinculadas con los clubes, la parte contractual”, indicó.

“El patrocinador de la liga es clarísimo que se necesita. Desde el año pasado lo estamos pidiendo, y hay que salir a buscarlo. Aquí todo depende ya es de los clubes… Nosotros respetamos los recursos que tenemos asignados. No bajarán los recursos, esperamos tener rápidamente una definición del tipo de torneo que se va a hacer”, agregó.

Al Ministro no le gusta el formato propuesto por la Dimayor, como tampoco a las jugadoras, pero con el dinero que hay, no da para más y se debe entender que lo importante es que se juegue.

Que las jugadoras requieren más actividad, es cierto, que necesitan contratos a un año, también lo es, pero mientras se consolida la liga femenina, hay que hacer sacrificios como el de este año en el que solo habrá actividad dos meses. Ya para el 2022, si la situación económica mejora, se podría pensar en un torneo de seis o más meses.

Ahora, lo realmente importante es que de un torneo de dos meses no se pase a uno de un mes o que se deje desaparecer la liga femenina. Hay que persistir en la búsqueda de patrocinadores por parte de los clubes, de la Dimayor, para así pensar en un campeonato en grande, el que las jugadoras se sientan profesionales y cuenten con motivaciones como la de no tener que pensar en qué hago mientras no tengo contrato.

Se requiere trabajo para alcanzar los niveles de Estados Unidos, Brasil, España u otros países en donde el fútbol femenino está desarrollado, pero con persistencia y voluntad se puede lograr.

Por el momento hay que dejar de lado los reclamos, el rechazo a la idea de un certamen corto y pensar en que es la única forma de mantener el fútbol femenino vigente.