Contrario a lo que se creía, en Colombia el 52% de las mujeres vive en las áreas urbanas contra el 48% de los hombres. Así lo indica el último informe dado a conocer por el DANE sobre estadística sociodemográfica correspondiente a 2021.
En el mismo se destaca que el 77% de la población se concentra en el área urbana y el 23% restante en el área rural.
Tanto la encuesta general de hogares como la encuesta de calidad de vida coinciden en que es ligeramente superior la participación de población masculina en las áreas rurales, con cerca del 53%, frente a la población femenina, de aproximadamente el 47%.
Indican que la edad promedio de la población en las cabeceras municipales es de 33 años, mientras en las áreas rurales es de 35 años. Asimismo, la composición por grupos quinquenales de edad y sexo de la población para el periodo 2021 es similar entre las dos fuentes de las encuestas. En primer lugar, la disminución de los nacimientos estrechó la base de la pirámide, lo cual tiene un efecto de envejecimiento poblacional.
En segundo lugar, las dos fuentes confirman la participación contundentemente superior de población entre los 15 y 64 años, lo cual refleja el avance de Colombia en el proceso de transición demográfica y la relevante participación de la población en edad activa, también conocida como “bono demográfico”.
A este proceso se suma el aporte de la población inmigrante, que en su mayoría busca oportunidades de trabajo en las edades activas. El grupo entre 20 y 29 años es el más sobresaliente y participa en mayor medida dentro de la población inmigrante.
Transición
En tercer lugar, relativo al proceso de transición demográfica y el consecuente envejecimiento, las pirámides expuestas confirman el aumento proporcional de la población mayor de 65 años, y dentro de ella, de quienes tienen incluso más de 80 años, un efecto que la literatura reconoce como envejecimiento dentro del envejecimiento.
De otro lado, el indicador de relación de masculinidad por edades resulta útil para la composición por edad y sexo de la población.
En efecto, la pauta biológica indica que nacen proporcionalmente más hombres que mujeres.
De cualquier forma, es preciso aclarar que, si bien la disminución de la fecundidad es una tendencia mundial, no significa que la transición demográfica sea un proceso homogéneo.
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Demografía
En la complejidad del territorio colombiano coexisten formas diversas de organización económica, social y cultural que son determinantes en el comportamiento de los componentes demográficos y, por tanto, en el avance de la transición demográfica, los cuales no son posibles de capturar en indicadores promedio.
Además, es posible observar que las dos fuentes confirman una reducción contundente de la participación de población masculina frente a la femenina a partir de los 55 años. A esta edad varios factores pueden confluir para que el índice de masculinidad se reduzca progresivamente hasta alcanzar una relación de 70 hombres por cada 100 mujeres entre los mayores de 80 años.
La evidencia empírica muestra que en las áreas urbanas es mayor la proporción de población femenina que la masculina. Ligado al crecimiento del sector de servicios, en donde se localizan predominantemente trabajadoras mujeres, lo esperado es que las relaciones de masculinidad sean inferiores a 100.
Colombia concentra su población en más del 75% en las zonas urbanas. No es de extrañar que en la franja etaria de las edades activas el indicador revele una mayor presencia de mujeres frente a la de hombres.
A medida que avanza la edad, el perfil de morbimortalidad juega un rol determinante en tanto las tasas de mortalidad se tornan mayores para los hombres. La pirámide de población muestra de manera clara cómo el “envejecimiento dentro del envejecimiento” es protagonizado por mujeres, lo cual corresponde a índices de masculinidad cada vez más reducidos en las edades más avanzadas.