En sus más recientes proyecciones, el Fondo Monetario Internacional (FMI) desplegó las alarmas sobre el rumbo de la economía colombiana para este año. No en vano el organismo estima que, en Latinoamérica, Colombia y otras tres naciones tuvieron bajas en sus proyecciones; sin embargo, el del país es el cambio más fuerte que hace la entidad.

El FMI estimó que el país crecerá en 2023 solo 1,1 %, esto, es 1,1 puntos porcentuales menos frente al 2,2 % que tenía en el documento de octubre.

Esto significa que entre 2022 y este año, el Producto Interior Bruto (PIB) caerá desde el 8 % proyectado el año pasado a 1,1 % en 2023, es decir, un desplome de 6,9 %. Pero esta caída también se va a presentar para la mayor parte de los países, teniendo en cuenta la reactivación de las economías luego de la pandemia y la estabilidad posterior.

En este mismo sentido, el Banco de la República en sus pronósticos apenas le da un crecimiento de 0,2 % a la economía nacional y del 1 % para 2024.

El Emisor

Estas estimaciones son menores que las que realizó el Emisor en el informe de octubre, cuando había manifestado que la economía colombiana crecería un 0,5 % en 2023 y un 1,3 % en 2024. Entre los motivos, el banco ha señalado que se deberá hacer frente a unos costos de financiación y una prima de riesgo elevados, una desaceleración entre los principales socios comerciales del país y unas condiciones financieras "menos holgadas". Asimismo, el desempleo podría crecer en 1,1 puntos a lo largo de 2023, tras cerrar el año 2022 con una tasa del 10,2 %. Para pronosticar esta cifra, el banco ha tenido en cuenta el comportamiento reciente del mercado laboral y la evolución de la actividad económica en Colombia.

Sin embargo, hace tres semanas el Banco Mundial también rebajó su apuesta y aseguró que la economía nacional retrocederá y crecerá solo 1,3 %, mientras que en octubre esperaba un dato de 2,1 %.

De acuerdo con la entidad, las menores proyecciones globales (que se ubican en 1,7 %) están vinculadas a una elevada inflación, tasas de interés más altas, reducción de la inversión e interrupciones causadas por la invasión rusa a Ucrania.

De otra parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) espera que el PIB de Colombia crezca 1,2 % en 2023.

Intereses

Para Colombia, Christine Lumbar, analista para América Latina del organismo, explicó que “el FMI aún tiene su atención puesta en el efecto de las tasas de interés y la inflación, la presión de los alimentos en el Índice de Precios al Consumidor está resultando difícil de controlar y eso ya se siente, así que se espera que siga la línea de aumento de tipos; por eso no extraña que se vea una subida de la economía de poco más de 1 %. El problema con la categoría de alimentos es que el mercado ya está anticipando que puede haber un efecto del fenómeno de El Niño, el cual se sentiría a mediados de año, y hay que ver qué tanto golpea a la producción agropecuaria”.

En lo positivo el FMI resalta que el costo de vida podría salir de los dos dígitos, de hecho, ubica al país con IPC en 7,3 % una vez termine diciembre. La previsión es aún más optimista que las lanzadas esta semana por el Banco de la República, pues el Emisor estima que la inflación estaría en 10,79 % para el tercer trimestre y solo para el periodo de octubre a diciembre bajaría a 8,71 %.

“Aunque el FMI no lo aclara, no sería raro que Colombia vea un cambio en la proyección de inflación, pues falta que se desarrolle con más claridad lo que puede pasar en la vía Panamericana, que seguramente será un factor disparador del IPC de alimentos en enero y febrero”, agregó Lumbar.

Presiones de inflación

Precisamente, Gustavo Adleres, jefe de División en el Departamento del hemisferio occidental del FMI, recordó que las presiones inflacionarias están retrocediendo en muchos países debido a los tempranos y decididos esfuerzos de los bancos centrales, “así como al menor precio global de los alimentos y la energía. Sin embargo, la inflación subyacente (es decir, excluyendo alimentos y energía) se mantiene alta en alrededor del 8 % en Brasil, México y Chile (y algo más arriba en Colombia, pero más baja en Perú).

“Es probable que 2023 sea un año desafiante para la región, en medio de tasas de interés más altas y la caída de los precios de las materias primas. La creación de empleo y el gasto de los consumidores en bienes y servicios se están desacelerando, y la confianza de los consumidores y las empresas se está debilitando”, advierten en el blog y agregan que otro factor en contra del crecimiento será la desaceleración de socios comerciales como Estados Unidos y la zona euro, junto con condiciones financieras más estrictas de lo previsto y la guerra de Rusia en Ucrania.

Los economistas del FMI creen que hacer que la inflación vuelva a los objetivos de los bancos centrales probablemente será un proceso prolongado en medio de riesgos, como el aumento de las presiones salariales.

Panorama

Otra advertencia de los expertos del organismo multilateral es que el menor crecimiento, la alta inflación y la incertidumbre global harán que muchos colombianos sientan una desmejora en su estilo de vida este año y probablemente enfrentarán una mayor ansiedad sobre su futuro.

“El creciente descontento social y la disminución de la confianza en las instituciones públicas han sido una tendencia importante en la región desde hace algún tiempo. Las tensiones sociales ciertamente se exacerbaron durante la pandemia. Las personas más pobres, en particular las que trabajaban en servicios presenciales, fueron las más afectadas. Si bien el apoyo del Gobierno ayudó, muchos no pudieron aislarse por completo del impacto negativo, como lo demuestra el notable aumento de la pobreza. El alza de la inseguridad alimentaria también es un síntoma clave de los efectos socioeconómicos duraderos de la pandemia”, sostienen los expertos en el blog.

Clase media

Alertan igualmente que la clase media también enfrenta una situación económica más inestable, pues muchas pequeñas empresas tuvieron problemas durante los cierres y los salarios de los trabajadores de ingresos medios se vieron erosionados por la inflación. Su recomendación para revertir esas tendencias consiste en restaurar la estabilidad macroeconómica e impulsar el crecimiento de manera duradera a través de reformas estructurales.

“Sin embargo, encontrar un terreno común para llevar a cabo reformas económicas sensatas en un entorno de importantes tensiones sociales será una batalla cuesta arriba. Al mismo tiempo, la posibilidad continua de disturbios y parálisis política tiene el potencial de erosionar la confianza y pesar sobre la actividad económica”, alertan en el blog.

Recuadro

Cautela del Banco de la República

En la primera reunión este año de la junta directiva del Banco de la República, el gerente del Emisor, Leonardo Villar, dio a conocer que el equipo técnico de la entidad hizo un nuevo recorte a su pronóstico para este año y lo ubicó en 0,2 %.

“El equipo técnico es cauteloso y recoge los riesgos hacia la baja de una manera que puede ser más conservadora o pesimista que otros analistas. Me atrevería a decir que espero que el equipo técnico esté equivocado y al final del año podamos tener un crecimiento mucho mayor, cercano al que plantea el Ministerio de Hacienda u otros analistas”, indicó Villar, quien reiteró que esta proyección es la que el banco encuentra consistente con el proceso de ajuste de la inflación.

En este mismo espacio, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, destacó que el Gobierno es “un poco más optimista” que el Banco de la República en cuanto al crecimiento económico y que está esperando un crecimiento del 1,3 % en 2023 “y el nivel de actividad económica seguirá siendo positivo”.

<FOTO>EL GERENTE del Banco de la República, Leonardo Villar, ya ha advertido que “hay riesgos a la baja” con la economía colombiana este año.

<DESTACADO>La clase media también enfrenta una situación económica más inestable, pues muchas pequeñas empresas tuvieron problemas