Los incrementos que se han presentado este año por el conflicto en el Medio Oriente no superan el precio establecido en el marco fiscal de mediano plazo
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Cuando se creía que ya Colombia debería estar recibiendo los beneficios del incremento de los precios del crudo que se han presentado por culpa del conflicto del Medio Oriente y la coyuntura global, esto no es así porque la cotización no ha superado la previsión establecida por el Gobierno en el marco fiscal de mediano plazo.
Un análisis del equipo económico del Bancolombia indica que “los eventos de seguridad que han afectado al Medio Oriente durante este mes no implicarán un cambio sustancial en el desempeño de los precios del petróleo. En ese sentido, y a diferencia de lo que podría suponerse en una primera instancia, creemos que este fenómeno no representará para nuestro país un choque positivo de términos de intercambio que favorezca de forma significativa el desempeño de la economía y los activos financieros, incluido el peso colombiano y la acción de Ecopetrol”.
Además de que el balance entre oferta y demanda de crudo a nivel mundial puede restaurarse en el corto plazo, los analistas señalan que “un evento de esta naturaleza afecta el apetito por riesgo e induce una mayor demanda por activos seguros, lo cual es un factor que afecta a los mercados emergentes, y por tanto contrarresta los eventuales beneficios que un productor de crudo como Colombia pueda llegar a experimentar”.
Implicaciones
Señalan que “una de las posibles implicaciones positivas para Colombia de los ataques en Arabia Saudita es que un incremento en los precios del petróleo puede aumentar los ingresos del Gobierno Nacional (GNC). Esto se debe a que los impuestos pagados por el sector petrolero y los dividendos que gira Ecopetrol a la Nación siguen jugando un rol importante en las cuentas de la Administración Central”.
“Vale la pena recordar que hemos estimado que cada dólar en la cotización promedio anual del Brent incide en el balance del GNC en una magnitud de 0,05% del PIB. También es necesario tener en cuenta que el grueso de este efecto tiene un rezago de un año. Esto quiere decir que los movimientos de precio que se presentan en 2019 se reflejarán en su mayoría en la situación fiscal de 2020. A nuestro juicio, para generar un efecto fiscal positivo para 2020 se requeriría que en el resto del año el petróleo mostrara un aumento adicional pronunciado”, explican los expertos.
Asimismo, el informe indica que “en estos momentos ya se ha observado casi el 72% del promedio que tendrá el precio del crudo en todo 2019. La media realizada desde enero para el Brent, que incluso recoge el repunte de precio causado por los ataques a Arabia Saudita, es de US$64,8 por barril. Teniendo en cuenta que el promedio del Brent proyectado en el último Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) es de US$65,5, lo ocurrido con los ataques de este mes sería tan solo suficiente para lograr que el precio total del año fuese equivalente al pronóstico oficial”.
El margen
Aseguran que “las probabilidades apuntan a confirmar que, desde el frente de los precios del crudo, el margen de sorpresas favorables en 2020 es escaso. En efecto, teniendo en cuenta la distribución de probabilidad que estimamos de aquí al cierre del año, hay un 59% de probabilidades de que el precio promedio del Brent para 2019 termine ubicándose en una zona que implicará en el mejor de los casos un efecto neutro sobre el déficit del GNC el próximo año”.
Los economistas prevén que para que se produjera un efecto positivo en el ingreso de recursos similar al provisto este año por la Ley de Financiamiento, sería necesario que el Brent superara en el último trimestre de 2019 los US$115 por barril, un evento al que asociamos una probabilidad de ocurrencia de 0,4%.
“En conclusión, desde el frente de las finanzas públicas no es razonable esperar que la coyuntura del mercado petrolero represente un alivio a los retos que enfrentarán las autoridades para cumplir con la meta de déficit del próximo año”, sostienen los analistas.
Respecto al efecto de los precios en la tasa de cambio, manifiesta el informe que la semana pasada al tiempo en que el crudo aumentó más de 7%, la tasa de cambio en Colombia superó nuevamente el nivel de $3.400. “Tal comportamiento contradice la lógica convencional, según la cual la moneda de un país exportador de crudo se aprecia cuando el precio de la materia prima experimenta alzas pronunciadas y súbitas”, se lee en el informe.
Al analizar los movimientos en el precio del petróleo relativos a la tasa de cambio, “encontramos que la cotización del crudo se vuelve un determinante relevante del dólar en pesos cuando está por encima de US$75 en su referencia Brent (e induce fortalecimiento de nuestra moneda) o cuando cae por debajo de US$55 (y propicia depreciación). Cuando se mantiene entre estos dos niveles –como ha sido el caso de los últimos meses, su incidencia sobre el peso colombiano es mínima y estadísticamente no significativa”.