Luego de casi dos meses de haber radicado el proyecto de reforma tributaria o ley de financiamiento en el Congreso, al Gobierno se le acabó el tiempo para cuadrar las cuentas para tapar el faltante de $14 billones que dejó el Presupuesto.
Tras múltiples reuniones con gremios, empresarios, sindicatos, grupos políticos y bancadas el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, sigue perfilando el proyecto sobre qué quita y qué pone para que mañana se radique en definitiva la ponencia.
El descuadre viene desde que los partidos rechazaron extender el IVA a la canasta familiar y con la que el Gobierno pensaba recaudar $11,4 billones, es decir cerca del 90% del objetivo inicial.
Esfuerzos
Desde ese momento, Carrasquilla ha hecho ingentes esfuerzos para acordar un proyecto con los ponentes que no cause rechazo en el Legislativo. Sin ir más lejos, el viernes pasado el Ministerio de Hacienda tuvo que salir al paso y sostener que no está contemplando un aumento del impuesto a los licores, ni a las maderas, y considera que un cambio en el régimen monofásico del IVA de cervezas y gaseosas requiere de un análisis técnico muy riguroso sobre sus posibles efectos.
Reiteró que en el marco de las sesiones de trabajo entabladas entre el Gobierno y el Congreso para el trámite del proyecto, se han discutido y analizado distintas propuestas, con miras a la ponencia definitiva para la aprobación, en primer debate, de la iniciativa.
Señala que en el caso específico de una propuesta del cambio del régimen monofásico del IVA de cervezas y gaseosas, el Ministerio aclaró que ha sido una de las muchas ideas surgidas en las mesas de trabajo, la cual debe tener un riguroso análisis técnico sobre sus posibles efectos.
Dijo que no se está contemplando aumento alguno en los impuestos a los licores, así como tampoco en la tarifa aplicable a las maderas.
“Tiro al pie”
Precisamente sobre la idea del impuesto a las cervezas y gaseosas, el presidente de Fenalco, Pedro Marúm Meyer lo calificó como “un tiro en el pie la posibilidad de cambiar el régimen de IVA que hoy se aplica tanto a la cerveza como a las bebidas no alcohólicas (gaseosas, jugos, tés, yogures, leches saborizadas, entre otras). Hoy tanto las cervezas, como las gaseosas son gravadas con el IVA pero bajo el régimen monofásico, es decir, lo paga el productor antes de su distribución”.
Sostuvo el directivo que “la propuesta consiste en volverlo plurifásico y los tenderos serían responsables de IVA, con todo lo que esto implica: inversiones en tecnología, obligación de facturar, contratación de un contador, más los riesgos sancionatorios que corren por no declarar y pagar. El pequeño comercio no tiene los medios para implementar la medida”.
Indica Meyer Marúm que “el ajuste propuesto en el régimen de IVA impactaría gravemente en las de por sí débiles finanzas de los tenderos, si se tiene en cuenta que un tendero gana en promedio al mes unos $832.000”.
"Hemos sido enfáticos desde el gremio, en que es necesario tener cuidado con las medidas que afecten al pequeño comercio y que no permitan su formalización. Esta iniciativa afectaría de manera directa a los más de 700 mil tenderos que atienden al consumidor en todo el territorio nacional y a las más de 1 millón de familias que dependen de ellos", afirmó.
Aclaró el dirigente gremial que “de aprobarse semejante propuesta, interesante desde el punto de vista técnico, pero casi que impracticable en la vida real, olvidémonos de la posibilidad de vincular a la corriente tributaria y a la formalización a miles y miles de pequeños comerciantes y de microempresarios de diversos sectores como peluqueros, talleres de reparación, cafeterías, restaurantes populares tipo corrientazo. Si el monotributo contemplado en la reforma tributaria anterior fracasó estruendosamente, pues con esta propuesta de extender el cobro del IVA a toda la cadena que interviene en el proceso de llevarle al consumidor la cerveza y los refrescos, lograr que los tenderos ingresen al universo tributario será imposible".
Otra alternativa
Ante los inconvenientes que han venido surgiendo para establecer el recaudo, todo parece indicar que las alternativas estarán en cobrar a las personas con muchos más ingresos, a dividendos, a las remesas corporativas y a los patrimonios de más de $5.000 millones.
Con estos gravámenes el Gobierno podría recoger alrededor de $8,3 billones, pero a esto se sumaría un nuevo impuesto ligado al IVA, denominado sobretasa al IVA o IVA presuntivo, aplicado al 10% de la población con mayores ingresos. Por esta vía ingresarían $3,1 billones.
Según la más reciente encuesta de ingresos y gastos del DANE, serían 394.000 los hogares que perciben ingresos superiores a $8,8 millones al mes, los involucrados en la propuesta.
Asimismo, se lograrían mayores recursos con las modificaciones del impuesto de renta de las personas naturales, en el cual se agregaron dos tarifas que se aplicarían a altos ingresos y se tumbó el sistema cedular, que gravaba de forma diferente a los dividendos, las rentas de trabajo, las pensiones y las rentas de capital. Con esta unificación se aspira a recaudar $1,2 billones, $6 billones menos que en el documento inicial del Gobierno. Pero también se cobraría un impuesto a las pensiones a partir de $4,8 millones.
Empresas
De otro lado y según analistas del equipo económico del Banco de Bogotá, una de las premisas del Gobierno ha sido la reducción del impuesto de renta para las empresas, buscando una mejor distribución entre estas y las personas (hoy de 83% y 17%). La iniciativa confirma que la tarifa del impuesto de renta en 2019 será 33%, tal como ya está en la reforma tributaria de 2016, y reducciones adicionales en la tasa hasta llegar al 30% a partir del año gravable 2022.
Además de ello, las empresas recibirán otros beneficios como deducción del ciento por ciento del IVA pagado en la importación, formación, construcción o adquisición de activos fijos; disminución gradual de la tarifa de renta presuntiva de 3,5% a 3% en 2019, 1,5% en 2020 y cero en 2021; también, descuento de 50% del cobro de ICA contra el impuesto de renta a partir de 2020, y descuento similar del gravamen a los movimientos financieros (4 x 1.000) contra el impuesto de renta a partir de 2019.
De todos modos se le acabó el tiempo al Gobierno para perfilar la reforma tributaria y lo cierto es que no logrará tapar el hueco de los $14 billones.