Durante 15 meses consecutivos, el Emisor no modificó la tasa de intervención debido a que la inflación se mantiene por debajo de la meta del 3% aunque existen presiones al alza por el incremento de los precios de los alimentos
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El Banco de la República decidió extender por 15 meses consecutivos la estabilidad en las tasas de interés en 4,25%. La junta directiva señaló que se tuvo en consideración principalmente que en junio el promedio de las medidas de inflación básica (2,96%) se mantuvo por debajo de la meta del 3%. La inflación se incrementó a 3,43%, debido al comportamiento del precio de los alimentos. Este y otros choques de oferta podrían elevar la inflación en los próximos meses, pero se espera que retome su convergencia a la meta posteriormente.
El gerente del Emisor, Juan José Echavarría, dijo que las nuevas cifras de actividad económica sugieren que el crecimiento del producto del segundo trimestre será más alto que el del primero, cercano al 2,8%, sustentado por el dinamismo del consumo y la inversión en maquinaria y equipo, y por alguna recuperación del crecimiento del consumo público. No obstante lo anterior, se estima que la economía mantendrá excesos de capacidad productiva.
El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, indicó que en estos momentos es inconveniente bajar los tipos por sus potenciales efectos en los mercados financieros. “La economía está creciendo por debajo de su potencial, estamos en medio de un rebote. En estos momentos, no es conveniente rebajar la tasa. La tasa de interés está en línea con ese periodo de recuperación”, indicó.
Por su parte, Echavarría indicó que dentro de la Junta se está discutiendo la posibilidad de reactivar el programa de acumulación de reservas, aunque dijo que todavía no está nada claro.
Frente al Presupuesto General de la Nación 2020 que se presentará este lunes, Carrasquilla volvió a declarar que los flujos de inversión no caerán sino que se mantendrán. “El presupuesto lleva a que el déficit fiscal llegue a 2,1% del PIB, es decir, vamos a tener un ajuste en línea con la trayectoria que se planeta en la regla fiscal. Es un presupuesto austero pero vamos a presentar como los recaudos tributarios y los ingresos de capital son utilizados en usos que tienen una rigidez muy grande”, explicó.
Perspectivas
Señalaron los directivos que las perspectivas de crecimiento global se siguen moderando y en los Estados Unidos aumentó la probabilidad de que se reduzca la tasa de interés de política de la Reserva Federal, lo cual ha aminorado las presiones al alza sobre la tasa de cambio.
Asimismo, la proyección del déficit de cuenta corriente para 2019 sigue siendo superior al 4% del PIB, pero continuará siendo financiado mayoritariamente por la inversión extranjera directa.
Con base en esta información, la Junta ponderó los siguientes factores en su decisión: las desviaciones transitorias de la inflación respecto a la meta y la persistencia de las mismas, la incertidumbre sobre el tamaño de los excesos de capacidad productiva y la velocidad con que se reduzcan y los efectos sobre la economía colombiana derivados de las cambiantes condiciones externas.
En este entorno, al evaluar el estado de la economía y el balance de riesgos, la Junta decidió por unanimidad mantener la tasa de interés de referencia en 4,25%.
Por su parte los analistas del Bancolombia señalan que las expectativas en materia de tasas de interés para cierre de año (y en particular para 2020) han empezado a divergir entre los participantes del mercado, la discusión y evaluación que haga la Junta alrededor de los últimos acontecimientos económicos será determinante para determinar el curso de acción más probable.
La tendencia
“Los desarrollos económicos recientes mostraron señales mixtas para la postura de política monetaria vigente, lo cual soporta nuestra visión de estabilidad hasta el primer trimestre del 2020. En particular, el factor más relevante es la tendencia alcista de la inflación, que en junio alcanzó una variación de 3,42%. A pesar de que las presiones recientes han sido explicadas principalmente por la canasta de alimentos (afectada por factores de oferta estructurales y también transitorios), las expectativas de inflación han reaccionado a este choque. En las últimas encuestas, estas se incrementaron hasta 3,54% para cierre de 2019, y la proyección 12 meses adelante subió a 3,31%. A nuestro juicio, el comportamiento de los precios quitaría espacio para que el Emisor realice un recorte en el corto plazo”, aseguran los expertos.
Señalan de otra parte que “el mercado laboral y la dinámica económica continuaron mostrando desafíos. El desempleo de las 13 principales urbes del país aumentó hasta 11,2% en mayo, el nivel más elevado desde 2012, profundizando así una tendencia de deterioro que tiene lugar desde 2015. Por su parte, los indicadores líderes revelaron que la recuperación económica ha sido más pausada: nuestro indicador propietario de actividad económica, Nowcast Bancolombia, apunta a que el crecimiento del PIB en el segundo trimestre se habría desacelerado hasta 2,4%. Además, los indicadores del sector constructor se mantuvieron en números rojos, y las importaciones de materia prima para la industria y la agricultura disminuyeron en los últimos dos meses. En su conjunto, este contexto, y la realización de crecimiento del primer trimestre (2,8%), nos llevó a revisar a la baja nuestra proyección de crecimiento del PIB para todo el año a 2,9% (desde 3,2%)”, sostienen los investigadores.
La balanza
Aunque las condiciones del sector real inclinan la balanza hacia un recorte en la tasa de intervención a mediano plazo, tanto las expectativas de inflación como el deterioro en la cuenta corriente le restan fuerza a dicho escenario. En primer lugar, el aumento en las expectativas de variación de precios hace que, en términos reales, la tasa de política actual transite hacia una zona más expansiva, asegurando así que las condiciones monetarias permanezcan apropiadas para el contexto del crecimiento.
Por otro lado, los resultados de la balanza de pagos del primer trimestre describieron un deterioro de la vulnerabilidad externa del país con una ampliación del déficit en cuenta corriente (4,6% del PIB). Como consecuencia, revisamos nuestra estimación de este desbalance hasta 4,3% del PIB para todo el año, para el cual consideramos que es apropiado mantener un diferencial de tasas de interés más elevado.
Sostienen los expertos de la entidad financiera que “nuestros análisis del comportamiento de la comunicación del Emisor concluyen que, por ahora, la evaluación económica de la autoridad económica apunta a estabilidad en la tasa de intervención en lo que resta del año. El siguiente movimiento sugerido por esta investigación, en contraste con algunas expectativas del mercado, es un alza de 25 puntos básicos en el 1 primer trimestre del 2020. De este modo, reafirmamos nuestro escenario base para la tasa repo de 4,25% en 2019, y 4,75% para 2020.