Banrepública prevé una inflación superior a 3% | El Nuevo Siglo
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Martes, 30 de Julio de 2019
Redacción Economía
 Todas las previsiones señalan que para finales de 2019 existe el 64,2% de probabilidades que el IPC esté en el rango de entre 2% y 4%

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A finales de 2019 la inflación se situará por encima del 3%, pero en 2020 debe descender para cerrar en dicho año ligeramente por debajo de esta cifra. Así lo señala el Banco de la República en su último informe sobre inflación.

Indica el Emisor que la inflación total aumentará en los próximos meses de manera transitoria por cuenta de choques de oferta, los cuales comenzarán a revertirse a finales del año. En el segundo trimestre la inflación anual al consumidor se situó un poco por encima de la meta del 3,0%, siendo mayor que la prevista en el informe anterior.

Asimismo, durante el tercer trimestre, la economía tendrá que hacer frente a las presiones en los precios de los alimentos debido el cierre de la vía que comunica a Bogotá con Villavicencio. Todas estas alzas, sin embargo, son de naturaleza transitoria y comenzarían a diluirse a partir del cuarto trimestre del año. El pronóstico central sugiere que en 2020 la inflación convergerá gradualmente hacia la meta.

Sostiene el Banco que esto ocurrirá en un contexto donde el traspaso de la tasa de cambio seguiría siendo moderado, la brecha del producto se cerraría de manera gradual, aunque se mantendría en terreno negativo, y en un panorama donde no se anticipan presiones significativas en los costos salariales. De acuerdo con dicho intervalo, la probabilidad de que la inflación total al consumidor se sitúe entre 2% y 4% para finales de 2019 es de 64,2%.

La canasta

El ejercicio de pronóstico muestra que la inflación básica (sin alimentos ni regulados) aumentará en los próximos meses, pero se mantendrá por debajo de la meta en el horizonte de pronóstico. Para la canasta de transables, los ajustes en los precios de los licores por cuenta del aumento del impuesto ad valorem, junto con una depreciación más alta en lo corrido del segundo trimestre, llevaron a una revisión al alza en la senda esperada para lo que resta de 2019.

El efecto del impuesto deberá empezar a diluirse a partir del tercer trimestre de este año, teniendo en cuenta que la reversión parcial de esta medida opera a partir de julio. Aun así, la variación anual de esta canasta continuará aumentando lentamente en el horizonte de pronóstico, impulsada por presiones moderadas en la tasa de cambio. Con respecto al índice de precios al consumidor (IPC) de no transables, en lo que resta de 2019 y en 2020 no deberán observarse cambios en el comportamiento de este rubro, en parte, por factores de indexación y en un entorno de brecha negativa.

Dado lo anterior, el IPC sin alimentos ni regulados se aceleraría lentamente desde la segunda mitad de 2019, pero se ajustaría a tasas por debajo de la meta en todo el horizonte de pronóstico.

Los alimentos

Durante el segundo trimestre de 2019 la inflación al consumidor se mantuvo en niveles cercanos a la meta, aunque con una tendencia ascendente más pronunciada que lo esperado por el equipo técnico. En junio la inflación anual fue del 3,43%.

Durante los últimos tres meses las presiones alcistas se originaron principalmente en los precios de los alimentos y en menor magnitud en los transables, canastas que estuvieron sometidas a choques de oferta, en principio transitorios, los cuales no fueron plenamente contemplados en los informes anteriores.

El promedio de los cuatro indicadores de inflación básica monitoreados por el Banco de la República se situó en 2,96% en junio, lo que representó un aumento frente al dato de marzo (2,82%). El IPC sin alimentos ni regulados aumentó de 2,38% en marzo a 2,54% en junio, lo que se atribuye en gran parte al comportamiento del segmento transable.

Además del ciclo agrícola normal, la aceleración en el precio de los alimentos (de 2,43% en diciembre a 4,46% en junio) se explica por efectos asociados con el fenómeno de El Niño, por mayores impuestos indirectos y por cierres de carreteras.

El evento climático de El Niño, pese a estar clasificado como débil o moderado, habría afectado de manera significativa (y mayor a la esperada) los precios de los perecederos y las carnes, con particular fuerza en las ciudades de la costa Atlántica.