China aumentó su producción de carbón debido al calor extremo de este verano, la escasez de energía y el incremento de los precios del gas y el petróleo, decisión que genera preocupación por las consecuencias climáticas.
Sin embargo, el presidente Xi Jinping se comprometió a reducir el uso del carbón a partir de 2026, como parte de una serie de objetivos para disminuir las emisiones chinas de CO2 antes de 2030 y alcanzar la neutralidad de carbono en 2060.
China, el mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero, redujo sus emisiones de CO2 durante cuatro trimestres consecutivos debido a la desaceleración de su crecimiento económico, según un estudio publicado a principios de septiembre por el observatorio climático Carbon Brief.
Pero para reactivar su economía, las autoridades se apoyan en un aumento de la producción de carbón, una fuente de energía particularmente nociva para el clima.
Esta política de apoyo a este sector, que representa la mayor parte de su producción de electricidad, preocupa a los expertos, que temen que esto complique una posible transición hacia las energías renovables.
El otoño pasado, temiendo una escasez energética, las autoridades ordenaron a los productores de carbón aumentar en 2022 su capacidad de extracción en 300 millones de toneladas, lo que equivale a un mes más de producción de carbón para el país.
Le puede interesar: Implicaciones y riesgos del fortalecimiento del dólar
En el primer trimestre de 2022, los reguladores chinos autorizaron minas de carbón con una capacidad total de 8,63 gigavatios, según Greenpeace. Esto representa casi la mitad de la capacidad aprobada en todo el año 2021.
En las últimas semanas, debido a una ola de calor sin precedentes, se quemaron y se extrajeron mayores cantidades de carbón para hacer funcionar los aires acondicionados y compensar la disminución de la producción de presas hidráulicas debido a la desecación de los ríos.
En junio, el primer ministro Li Keqiang pidió "aumentar al máximo la capacidad de producción de carbón y establecer un suministro a largo plazo".
Según el organismo independiente Climate Action Tracker, incluso los objetivos más vinculantes fijados por Pekín en materia de lucha contra el cambio climático conducirían a un calentamiento global de 3 a 4 ºC antes de finales de siglo, más allá del objetivo del acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC.
Para alcanzar este objetivo, China deberá reducir sus emisiones mucho antes de 2030 y disminuir el consumo de carbón y otros combustibles fósiles a un ritmo más acelerado de lo previsto.