En su última reunión de política monetaria, la Junta Directiva del Banco de la República decidió reducir a 1,75% su tasa de referencia, la más baja de la historia. Desde febrero de este año, cuando la tasa era de 4,25%, la entidad ha reducido el costo del dinero en 2,50%, rebajas que, a su vez, el sistema financiero ha demorado en trasladar a los usuarios.
Basta con decir que la tasa de intervención de política monetaria es la tarifa de interés mínima que el Banco de la República cobra a las entidades financieras por los préstamos que les hace mediante las operaciones de mercado abierto (OMA) que se otorgan en las subastas de expansión monetaria a un día. Esta tasa es el principal mecanismo de intervención de política monetaria usado por el Banco de la República para afectar la cantidad de dinero que circula en la economía.
De acuerdo con el Banco de la República, el efecto de las bajas tasas de interés se ve en mayores reducciones en tasas interbancarias, CDT y créditos comerciales. Mientras que las menores reducciones se han visto en tasas de interés de consumo, las hipotecarias se mantienen estables.
“Este comportamiento de las tasas de interés se ha dado en un contexto en que la cartera ha continuado desacelerándose, en particular para crédito de consumo”, complementó la Junta.
Juan José Echavarría, gerente del Emisor aseguró que para el caso de Colombia, el espacio para bajar tasas se está limitando. Hasta ahora, el Banco de la República ha recortado siete veces el costo de su instrumento de intervención en un total de 175 puntos porcentuales para estimular a la economía, pero muchos se quejan de que las tasas de las entidades todavía no asumen esas rebajas.
Las demoras
Aunque algunos expertos consideraban que por lo menos esta transferencia al mercado se demorará 3 meses, otros analistas explican que la transmisión de la política del Banco Central tarda hasta 18 meses en reflejarse en disminución del costo del crédito y que un elemento clave es la percepción de riesgo que los bancos perciben sobre personas y empresas en problemas, y a las que no les prestan por no tener capacidad de pago.
Para Asobancaria, en lo que va de pandemia, los créditos del segmento comercial “son los que han evidenciado una mayor reducción en el interés, especialmente las asociadas a los preferenciales y ordinarios”.
El gremio dice que también han bajado las de tarjetas de crédito empresarial, microcrédito y las asociadas a vivienda, aunque las tarjetas de crédito de consumo, para personas naturales, han seguido estables.
En este sentido, Asobancaria indica que “conforme la percepción de riesgo disminuya para la mayoría de los sectores económicos, se garantizará una transmisión más pronta de la política monetaria hacia las tasas de interés del mercado”.
Sin embargo, los comerciantes se quejan. El presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, reseñaba en días pasados en la Bitácora Económica su queja por las altas tasas, pues “el crédito de consumo se ha encarecido notoriamente, como quiera que los intereses reales por compras con tarjetas de crédito hoy superan el 25% del efectivo anual”.
Los costos
Para el usuario de a pie, no es comprensible que si el Emisor le cobra a los establecimientos de crédito apenas 1,75% por las tasas de referencia a ellos por un crédito de consumo le estén cobrando 17,31% en el consumo y hasta 22,16% en las tarjetas de crédito.
Sin embargo se debe anotar que el sistema financiero incluye dentro de los cobros de intereses, el margen de intermediación que en promedio es de 7,5% (uno de los más altos de Latinoamérica), la administración, servicios y el riesgo.
Las tasas de interés de las operaciones de crédito responden al comportamiento de diversos factores como el riesgo de crédito de las operaciones a financiar, la liquidez del mercado y la estrategia comercial definida por cada entidad vigilada. En esta coyuntura estos factores han presentado simultáneamente comportamientos diferenciales de manera tal que, ante una mayor percepción de riesgo, la dinámica de la liquidez en el mercado y la necesidad de los agentes en mantener la calidad de la cartera de créditos, las tasas varían.
La economista y expresidenta de Asobancaria, María Mercedes Cuéllar, explicó que, a pesar de las medidas adoptadas por el Gobierno y el Banco de la República, el mayor problema actual para el acceso a créditos es la falta de liquidez y las afectaciones económicas para los usuarios del sistema, por lo que a la Banca le corresponde facilitar la obtención de préstamos.
Advirtió que el índice de 7,5% podría aumentar si la cartera del sistema se ve afectada por la crisis económica “porque los bancos cobrarían más debido a mayores riesgos”.
El economista Jorge Iván González aseguró que debería existir mayor facilidad de acceso al crédito porque las tasas de interés de referencia son bajas, pero los bancos mantienen sus intereses para créditos de consumo cerca a la tasa de usura (27,14%).
“Sí debería ser más fácil, con las medidas del Emisor, que los bancos bajen las tasas de sus créditos porque a pesar que el costo del dinero ahora es más barato, no las bajan”, dijo.
Riesgos
Entre tanto, el experto en banca de la Universidad de los Andes Alfredo Barragán dijo que la cartera no presentaría riesgos considerables porque el Gobierno sí está respaldando el acceso a financiación a través del Fondo Nacional de Garantías (FNG), lo que, en teoría debe ser la razón principal para que los bancos “faciliten el otorgamiento de créditos y frenen la restricción y acceso a financiación”.
Referente a la percepción de riesgo, la Asobancaria señala que “a pesar de la alta percepción de riesgo asociada a la crisis económica, cabe anotar que se ha venido dando una reducción de las tasas de interés en diferentes modalidades de crédito. Al respecto, desde finales de febrero hasta la segunda semana de septiembre las tasas del segmento comercial han sido las que han evidenciado una mayor corrección, beneficiando así tanto a grandes como medianas y pequeñas empresas”.
Sostiene el gremio que es presidido por Santiago Castro, que “por un lado, las tasas de las tarjetas de crédito empresarial cayeron en 1.117 puntos básicos, hasta bordear el 12,99%, al mismo tiempo que las tasas del crédito comercial preferencial y ordinario se redujeron en 201 puntos y 140 puntos, hasta ubicarse en 5,20% y 8,19, respectivamente. En los próximos meses, conforme la economía se recupere, la transmisión de la política monetaria terminará de completarse en aquellas modalidades que, como el consumo, presentan mayores riesgos de impago”.
La Superintendencia Financiera dio a conocer que la tasa de usura para octubre será de 27,14%. Con lo que hay una reducción de 39 puntos básicos en comparación con septiembre.
La entidad también dio a conocer que para la modalidad de microcrédito, el porcentaje llega a ser del 56,58%, efectivo anual, lo que evidencia un aumento de 534 puntos básicos con respecto al periodo anterior.
Sobre la modalidad de consumo de bajo monto el indicador llega a ser del 48,63 %; es decir, hay una reducción de 264 puntos básicos.
Recuerda la Superfinanciera que incurre en delito el que reciba o cobre, directa o indirectamente, a cambio de préstamo de dinero o por concepto de venta de bienes o servicios a plazo, “utilidad o ventaja que exceda en la mitad del Interés Bancario Corriente que para los periodos correspondientes estén cobrando los bancos”.
Así mismo, el interés bancario corriente efectivo anual para crédito de consumo y ordinario queda en 18,09 %, que se reduce en 26 puntos básicos en relación con la anterior certificación.
Finalmente, para la modalidad de microcrédito queda en 37,72%, lo cual representa un aumento de 356 puntos básicos en relación con la anterior certificación (34,16%).