LA CARTERA de vivienda que actualmente maneja el sector financiero sigue cayendo, de acuerdo con los datos del Banco de la República, un comportamiento que se presenta desde finales de 2022.
Esta situación se refleja en la disminución de los desembolsos, que también han ido decreciendo, a tal punto que el Emisor indicó que, con corte a mayo de 2023, los créditos destinados a la adquisición de vivienda tuvieron una contracción real anual de 26,3%, cifra que se traduce en la tasa de crecimiento más baja de los últimos 20 años.
Así, el panorama se muestra desalentador, en parte, por una caída en los recursos destinados a la obtención de vivienda no VIS, segmento en el cual los inmuebles son de mayor precio en comparación con el segmento VIS, y representan 71,2% de los desembolsos de adquisición de vivienda.
De igual forma, los desembolsos de crédito destinados a la adquisición de vivienda VIS también mostraron una contracción en términos reales, pero en menor magnitud en comparación con lo observado en vivienda no VIS.
Primer semestre
Sin embargo, con corte al primer semestre del año, la composición de la cartera de vivienda permanece estable en establecimientos de crédito, ascendiendo a $ 97,8 billones.
En lo que respecta a la cartera vencida, cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, (DANE), revelan que el sistema de financiación de vivienda contó con 1,28 millones de créditos de vivienda correspondientes a cartera vigente (95,1%) y 66.817 créditos de vivienda clasificados como cartera vencida (4,9%).
De hecho, en el análisis realizado por el DANE, se determinó cuáles son los departamentos que concentran mayor porcentaje de la cartera vencida.
Allí se encontró que, en el segundo trimestre del año, el capital de una o más cuotas vencidas se concentró principalmente en Bogotá, con $ 618.454 millones y una participación de 34,5%.
Le siguen los departamentos de Valle del Cauca, con $ 166.327 millones y una participación de 9,3%, y Atlántico, con $ 132.219 millones y una participación de 7,4%.
Este panorama hace pensar a los analistas en formas para mitigar el impacto que está teniendo el sector de vivienda. Ante esto, una de las alternativas es recurrir a programas del Gobierno que se habían implementado en el pasado.
“El Gobierno viene implementando planes de estímulo al sector vivienda, ajustes, subsidios, programas de incentivos a la demanda que se han aplicado en el pasado. Entonces, volver a revivir esos programas o darle continuidad a ese tipo de iniciativas puede tener un impacto en el mediano plazo”, explicó David Cubides, director de investigaciones económicas en Alianza Valores.
No obstante, hay quienes son más escépticos. “Los programas de subsidio a la tasa de interés del anterior Gobierno fueron muy exitosos, pero parece que este Gobierno no quiere repetirlos”, explicó Daniel Castellanos, analista financiero.
Las ventas
Muestra de ello es la rama de la vivienda que, según los datos más recientes, tuvo una fuerte caída en ventas, al pasar de 155.316 unidades habitacionales entre enero y julio de 2022, a solo 75.414 viviendas. Por supuesto, el segmento más golpeado es el de la vivienda de interés social (VIS), el cual ni con activación de subsidios ha levantado cabeza.
Un informe elaborado por el gremio de constructores (Camacol) llama la atención sobre la necesidad de reactivar la construcción, ya que el mercado hipotecario puede tener una fuerte incidencia en el desempeño económico y el bienestar de los hogares.
Aunque aún existen riesgos para que la inflación se devuelva desde el camino bajista que tomó hace unos meses, el gremio de la construcción calcula que, “de materializarse las reducciones en la tasa de referencia durante el segundo semestre del año, se esperaría que las tasas de interés hipotecarias promedio se reduzcan entre 0,5 y 1,0% finalizando 2023 y que se estabilicen en niveles cercanos al 11,5% en 2024″.