NINGUNA SE llama Margarida, como la líder asesinada hace 40 años en Brasil, pero las tres mujeres colombianas Magaly, Rita y Nancy enarbolaron con orgullo la bandera de las Margaridas del mundo que luchan por una vida digna para las campesinas, indígenas, afrodescendientes y raizales.
La historia de las Margaridas colombianas se gestó hace menos de dos meses cuando invitadas por FAO Colombia y FAO Brasil asistieron a la 7ª Marcha de Las Margaridas que se realizó en Brasilia donde se citaron a más de 100.000 mujeres de la región de Latinoamérica en la mayor acción política de la región.
Magaly es una líder del Caquetá que lleva más de 20 años promocionando la agroecología, Rita representa otro paisaje del país, Nariño, lideresa de Asociación Nacional de Mujeres Campesinas, Negras e Indígenas de Colombia, y Nancy Moreno Lozano es la directora de Mujer Rural del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (Madr) quien tiene una historia destacada de liderazgo social.
A la tierra
En el mes de las Mujeres Rurales estas líderes sobresalieron por su experiencia y vivencias. Magaly con tono pausado, pero con la experiencia del que sabe de lo que habla dijo: “Necesitamos volver la tierra con la vida y la vida a la tierra” y de esa manera le dio la introducción a su tema favorito la agroecología, “volver a la tierra es sembrar, cimentar y cosechar una política de agroecología que transforme la vida”.
Le hace ilusión la apuesta que tiene el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, con la cooperación técnica de FAO en el marco del Convenio “Fortalecimiento de Políticas para la Comercialización y Generación de Ingresos de la Agricultura Familiar”, para construir una política que tenga como tema central la agroecología.
De eso habló en Brasilia con las otras Margaridas que conoció, de los huertos integrales amazónicos, de la agricultura y de las luchas femeninas para visibilizar los aportes que realizan al trabajo productivo y las condiciones que requieren para tener un desarrollo rural integral.
Pero también fue en Brasil donde conoció otros procesos como el de las mujeres de Uruguay y su proyecto de algodón y de turismo ecológico, le llamó la atención que nunca se escuchó la voz de un hombre liderando ningún tema del evento, se maravilló con la movilización de la marcha que impactó a todo el país y se sintió en comunión con las mujeres rurales de todas las latitudes a las que las unen las mismas historias de desigualdades.
“Para mi fueron confusas algunas cosas por el idioma, pero lo que tenía que entender, lo entendí”, dijo que eso lo sintió cuando lloró igual que todas las demás cuando hicieron la lectura del mandato de las Margaridas.
“Nuestro corazón siempre estará alrededor de la soberanía alimentaria y la agroecología, fue maravilloso compartir con muchísimas mujeres”. Comentó Magaly emocionada al terminar su relato sobre sus vivencias en Brasil.
La economía del cuidado
Nancy Moreno del Ministerio coincidió con Magaly y Rita que este encuentro es un escenario de interrelación donde se discuten temas como la feminización de la pobreza y del trabajo digno rural, también señaló que las similitudes de los países y el intercambio cultural permitieron visionar que el reconocimiento de la economía del cuidado, en la que está trabajando el Gobierno nacional, también es un tema central en otras latitudes, sobre todo en las discusiones que permitan caracterizarla en ámbitos rurales, la cual, incluye procesos comunitarios.
La directora dijo que este tipo de encuentros fortalecen a las organizaciones de mujeres “no empoderarlas porque ellas ya están suficientemente empoderadas” y también coadyuva al gobierno para conocer procesos de intervención territorial que están bajo un liderazgo femenino y que se destacan por ser eficientes y con procesos sostenibles.
“Esta fue una gran oportunidad de intercambiar saberes, conocimientos y sentimientos que solo se logran en estos espacios y es necesario continuar generando caminos conjuntos para seguir transformando al país”, precisó la directora de mujer rural.
La definición que tenemos en Colombia de mujer rural señaló Nancy, requiere del trabajo de todas las instituciones para implementar acciones claras y concisas que incidan en la vida de las mujeres rurales.
Las Margaridas
Desde el año 2000 y cada cuatro años se celebra en Brasil la marcha de Las Margaridas a la que asisten líderes de organizaciones sociales de todos los Estados de Brasil y de países de la región latinoamericana.
Durante los cuatro años previos al encuentro, las mujeres rurales brasileras realizan caravanas y audiencias públicas para construir, movilizar o implementar políticas que apoyen a las mujeres campesinas. En la versión 2023, este ejercicio participativo permitió la construcción de un documento con 13 ejes temáticos que fue entregado oficialmente al Gobierno de Brasil. El nombre está inspirado en Margarida Alves la presidenta del Sindicato de Trabajadores Rural de Alagoa Grande quien fue asesinada en la puerta de su casa en 1983. Su nombre se convirtió en símbolo para las mujeres y hombres del campo, los bosques y las aguas.
La coordinadora general de la Marcha, Mazé Morais, señaló: “nos convertimos en semillas y nos guiamos por los principios del feminismo anticapitalista, antirracista y anti patriarcal. Un feminismo que valore la vida, vinculado a la defensa de la agroecología, los territorios, los bienes comunes y la soberanía y autodeterminación de los pueblos”.
El respaldo
En consonancia con la política de igualdad de género, la FAO facilitó la participación de las mujeres rurales de los gobiernos de los países invitados y de la sociedad civil en procesos de formación a través del intercambio de experiencias entre las mujeres de las diferentes naciones.
El encuentro promovió el fortalecimiento de la Agricultura Familiar y la Seguridad y Soberanía Alimentaria, con miras a garantizar la rehabilitación y/o mantenimiento de los procesos productivos, considerando sus modos de vida, costumbres y potencialidades.
La autonomía económica
Este tipo de experiencias aportan insumos para promover mejoras en las políticas públicas relacionadas con el género, así como en el desarrollo de capacidades para el empoderamiento de las mujeres orientado a promover la autonomía económica de las mujeres, reforzando así la importancia de esta agenda no solo en Brasil, sino también en los países del Corredor Seco Centroamericano, específicamente en El Salvador, Honduras y Guatemala, Colombia, México y representantes de Argentina, Paraguay y Ecuador, invitadas por el Proyecto + Algodón.
Esta iniciativa hace parte del programa de cooperación internacional Brasil-FAO, Proyecto Iniciativa América Latina y el Caribe Sin Hambre 2025 – Contribución de la República Federativa de Brasil, a través de la Cooperación Sur-Sur.