Economía: en 12 meses desapareció el viento de cola | El Nuevo Siglo
EL MINISTRO de Hacienda, Ricardo Bonilla, le ha tocado maniobrar para no desbarajustar la economía.
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Domingo, 30 de Julio de 2023
Redacción Economía

HACE casi un año, el presidente Gustavo Petro recibía una economía que apenas se estaba recuperando de los efectos de la pandemia, y que comenzaba a verse entre la espada y la pared con el comienzo de la invasión rusa en Ucrania y su incidencia en la inflación.

Sin embargo, a nivel macro, la economía venía impulsada por la fortaleza que le permitió resistir el impacto de la pandemia y sacar al otro lado al país en medio de las peores crisis que ha vivido el mundo.

Sin duda el primero de los retos en materia económica que enfrentó el Gobierno fue la inflación, que se encontraba ad portas de pasar al doble dígito y que en junio de 2022 llegó a 9,67%. Desde ahí empezó a escalar hasta marzo de 2023 cuando tocó el techo de 13,34%. Desde entonces, los últimos dos meses registrados por el DANE, mostraron una corrección a la baja, y en mayo bajó a 12,36%.

Inflación

“La inflación es quizá la preocupación macroeconómica más importante del último año, precisamente por el efecto que ha tenido sobre el poder adquisitivo de los consumidores. En su incidencia ha tenido factores internos como externos, como la guerra de Ucrania, temas locales como la depreciación de la tasa de cambio y la indexación en servicios públicos”, explicó Juan Camilo Pardo, analista de Corficolombiana.

Este crecimiento constante de la inflación durante el segundo semestre de 2022 y el tercer trimestre de 2023, obligó al Banco de la República a tomar como medidas de política monetaria a subir los tipos de interés hasta un máximo de 13,75%, el último dato para junio de este año. Sin embargo, Petro recibía una tasa de interés del emisor que se ubicaba en 6%, y que no ha parado de tener una tendencia alcista.

Pero al mismo tiempo, durante este periodo, tal vez uno de los mayores éxitos del Gobierno fue sacar adelante una reforma tributaria que le permite tener mayores ingresos y adoptar paralelamente un presupuesto y un marco fiscal desafiante.

El desempleo

El desempleo es uno de los puntos verdes de las cifras macroeconómicas, ya que, durante el trimestre móvil entre mayo y julio de 2022, el indicador estuvo ubicado en 11,0%. Hoy, los datos del DANE más recientes muestran que, para el trimestre de febrero a abril de 2023, el dato se ubica en 10,7%.

Deuda externa

La deuda externa de junio de 2022 llegó a US$ 175.956 millones, que representaba 51,3% como porcentaje del PIB. De ese valor, US$ 75.029 millones era del sector privado y US$ 100.927 del público.

Según las cifras más recientes del emisor, que datan de marzo, la deuda es de US$ 187.371 millones, que equivale a 55,3% del PIB; US$ 80.903 millones son del sector privado y US$ 106.467 del público.

El PIB en números verdes

Durante el segundo trimestre de 2022, el PIB llegó a la cifra de $ 352,25 billones y esa tendencia alcista se ha mantenido hasta el primer trimestre de este año, cuando llegó a $ 384,2 billones.

“Mejoró el déficit fiscal como estaba contemplado en el Marco Fiscal de Mediano Plazo y en la proyección que ya se tenía por el presupuesto de 2023, mejoró el déficit de balanza en cuenta corriente. Dicho esto, las cifras macro van mejorando, pero las micro como comercio, industria, exportaciones e inversión extranjera están empeorando. Entonces hay que tener mucho cuidado con las cifras macro posteriores, porque a mediano plazo las cifras macro van a empezar a empeorar, explicó Restrepo.

Crecimiento

En efecto, los datos del PIB del primer trimestre mostraron un crecimiento anual de 3,0% que resultó superior a lo previsto, pero que parecía insostenible ante los desempeños negativos que arrastraban varios indicadores sectoriales desde comienzo de año.

Es el caso, por ejemplo, del sector de edificaciones, en donde las ventas de vivienda VIS están cayendo desde hace 15 meses y en el primer trimestre se comercializaron solo 21,7 mil unidades, uno de los registros más bajos de la última década (- 61% anual solo en marzo).

Del mismo modo, las ventas de vehículos en el país vienen cayendo de forma acelerada, al punto que en los primeros cinco meses de 2023 se registra una contracción anual de 24%, con apenas 76,2 mil vehículos matriculados.



En particular, el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) de abril evidenció un deterioro importante en algunos sectores asociados con el consumo privado, lo cual se suma al pobre desempeño que vienen registrando desde hace varios trimestres las actividades relacionadas con la inversión fija.

En términos mensuales, el ISE se contrajo 1,0% en abril y de forma trasversal a las actividades primarias, secundarias y terciarias.

Consumo

Asimismo, el consumo privado empieza a incorporar cada vez más los efectos de las altas tasas de interés y el alto endeudamiento de los hogares acumulado en el último año, lo cual está evidenciándose en una menor dinámica de gasto de bienes durables (como vehículos).

De todas formas, vale la pena señalar que el desempeño de la actividad económica en Colombia muestra un rezago respecto a otros países en la región, donde la desaceleración empezó antes que en nuestro país; de esta forma, Colombia sigue siendo la economía de mejor recuperación postpandemia en comparación con Brasil, Chile, México y Perú.

Además, la baja ejecución del presupuesto de gasto público y la incertidumbre política local, especialmente en lo relacionado con la agenda de reformas del primer semestre, están afectando las decisiones de consumo e inversión.

En particular, las cifras de ejecución del Presupuesto General de la Nación (PGN) sin deuda con corte a junio muestran que las apropiaciones ascendían al 34,7% de los compromisos.

Recuadro

Las reformas, en veremos

Por su parte, la falta de claridad sobre el proceso de reformas en temas claves como el mercado laboral, el sistema pensional y el sistema de salud, han creado un entorno menos favorable para las decisiones de las empresas y los consumidores y se reflejan en los bajos niveles de los indicadores de confianza.

También existen factores externos que explican la desaceleración económica, tales como la propia pérdida de impulso en las principales economías mundiales, que a su vez han permitido una reducción en los costos de las materias primas y de las presiones inflacionarias.

Aunque recientemente los temores de una recesión global fuerte han disminuido, impulsando la apreciación del peso colombiano y una reducción de la prima de riesgo país que puede favorecer el desempeño económico en los próximos meses, lo cierto es que las exportaciones de Colombia cayeron 31,5% y registran una tendencia de desaceleración importante en lo corrido de 2023.

Otro de los elementos que ha causado incertidumbre son las reformas y la política minero-energética, factores que no han favorecido el desempeño de la economía hasta ahora, pero últimamente se presentan señales positivas que pueden mejorar el panorama de la economía local, como ya se ha mencionado, la apreciación del peso colombiano, así como la valorización de los mercados de deuda pública, que deberían empezar a sentirse prontamente en un alivio sobre los costos financieros de las empresas.

Adicionalmente, aunque la ejecución del gasto público no viene bien, se espera que empiece a mejorar gradualmente durante este segundo semestre y permita un mayor impulso al aparato productivo. Del mismo modo, se espera que la inflación siga cediendo en los próximos meses, pero a la vez comience a mejorar la generación de empleo.