Economía habría crecido 1,2% en 2023 | El Nuevo Siglo
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, se mostró optimista con el crecimiento del PIB en 2023. / Archivo
Viernes, 9 de Febrero de 2024
Redacción Economía

De acuerdo con el índice de seguimiento a la economía para noviembre, cuando alcanzó 1,01 % en comparación con el mismo lapso del 2022, y   algunos datos que se conocen de diciembre, tales como la demanda de energía, el movimiento de carga por carretera y las transacciones de bancos comerciales, se considera un crecimiento anual cercano al 0,9 % para el cuarto trimestre, con lo que se estima un resultado de 1,2 % 2023.

Sin embargo, el  ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, estima que el PIB colombiano avance 1,3 %.

Cabe recordar que en el tercer trimestre de 2023 la economía cayó en un 0,3 % con respecto al mismo periodo de 2022. A propósito de estos datos, los economistas recordaron que, por el lado de la oferta, las ramas secundarias continuarían presentando un débil desempeño, con caídas consecutivas de la industria manufacturera y un sector de la construcción que mantendría niveles de actividad muy bajos, tanto por edificaciones como por obras civiles.

En contraste, la información disponible sugiere crecimientos anuales positivos para las ramas primarias y terciarias. Esto último a raíz de un mayor dinamismo de las actividades asociadas con cultivos agrícolas, incluido el café, y con la ganadería, así como por el posible impulso que la realización de conciertos masivos y eventos (como el Salón del Automóvil en Bogotá) le habría dado a los servicios de comercio, alojamiento y a las actividades artísticas y de entretenimiento.

Con todo lo anterior, se estima que durante todo 2023 la economía colombiana habría registrado un crecimiento anual del entre 1,0 % y 1,2%.

Asimismo, el debilitamiento de la actividad económica habría continuado, principalmente por un deterioro importante de la inversión. Durante el cuarto trimestre, la formación bruta de capital fijo habría retrocedido una vez más en términos anuales y trimestrales.

Inversiones

Dentro de ella, la inversión en maquinaria y equipo habría registrado la mayor disminución anual y trimestral. La caída de este segmento habría estado concentrada en el rubro de equipo de transporte. Cabe señalar que la inversión en maquinaria y equipo alcanzó niveles históricamente altos en 2022 y que, pese a la reducción que se registró en 2023, incluido el cuarto trimestre, sus niveles siguen siendo superiores a los alcanzados antes de la pandemia.

Respecto a la inversión en construcción, tampoco se espera un desempeño destacable al cierre del 2023, con un débil crecimiento anual en el segmento de vivienda y una contracción anual persistente en el de obras civiles y otras estructuras, cuyos niveles siguen siendo muy inferiores a los registrados antes de la pandemia.

Nuevamente, para el cuarto trimestre se prevé una caída anual de la formación bruta de capital considerablemente mayor que la de la inversión fija, dado el comportamiento reciente del componente de variación de existencias (junto con su discrepancia estadística). Con lo anterior, este componente habría contribuido con el mayor aporte al retroceso anual de la demanda interna.

Además, el consumo privado habría continuado desacelerándose gradualmente en el cuarto trimestre, pero se espera que esta tendencia sea compensada por un mejor desempeño del consumo público. Para dicho trimestre se prevé una variación anual casi nula y un ligero retroceso en los niveles del consumo privado.

Comercio exterior

Por otra parte, la demanda externa neta habría seguido contribuyendo positivamente al crecimiento anual del PIB. Para el cuarto trimestre de 2023, se estima que las exportaciones en pesos constantes se hayan situado en niveles similares a los del trimestre anterior, lo que les habría permitido crecer anualmente.

Tanto las ventas externas de bienes como las de servicios se habrían mantenido relativamente estables en el margen. Estas últimas habrían continuado favorecidas por el turismo de no residentes, como lo sugiere la información de pasajeros entrantes al país.

Asimismo, las cifras preliminares de la DIAN a diciembre sugieren que las importaciones habrían registrado niveles cercanos a los del tercer trimestre, aunque habrían presentado un nuevo retroceso anual significativo, dada una elevada base de comparación.

Para el cuarto trimestre se estima un descenso de las compras de bienes de consumo durable y de capital frente al trimestre anterior y un aumento de las importaciones de bienes intermedios frente al mismo periodo.

Con lo anterior, se espera que el déficit comercial en pesos constantes se mantenga en niveles cercanos a los del tercer trimestre, que en todo caso son inferiores a los de 2022 e incluso a los de la prepandemia.

Industria

Por el lado de la oferta, el ajuste de la economía se siguió concentrando en los sectores de la industria manufacturera, la construcción y el comercio, los cuales registraron nuevamente caídas anuales en sus niveles.

Durante este periodo, las ramas secundarias fueron las que más contribuyeron negativamente a la variación anual del PIB (-0,3 %), al retroceder un 6,7 % frente a lo observado un año atrás.

Este resultado habría sido producto de la desaceleración de la industria manufacturera, explicada en mayor medida por el segmento sin refinación de petróleo, y los bajos niveles que continúa exhibiendo el sector de la construcción, tanto por edificaciones como por obras civiles.

En contraste, las actividades terciarias mantuvieron su dinamismo, con una expansión anual del 1,1%, dado el buen desempeño que aún registran los servicios de administración pública, salud y educación (5,9 %) y las actividades artísticas y de entretenimiento (5,1 %).

Esto último a raíz de la alta demanda de servicios asociados a conciertos, juegos operados en línea y de apuestas deportivas. Cabe señalar que el comportamiento de las ramas terciaras fue parcialmente contrarrestado por los servicios de comercio, transporte y alojamiento que, con excepción del transporte aéreo, tuvieron una caída generalizada.

También se observaron retrocesos anuales en los servicios de información y comunicaciones, y las actividades profesionales, científicas y técnicas. Finalmente, las actividades primarias se expandieron en un 2,5 % anual, dado el aumento en la extracción de petróleo y carbón, así como por la recuperación en la producción de cultivos diferentes al café.

Desaceleración

Por otra parte, para los investigadores del BBVA, el crecimiento económico de Colombia se ubicará en el 1,2 % en 2023.

Señalan que, a lo largo del año, la desaceleración de la actividad se consolidó y se profundizó, explicada por la fuerte moderación de la demanda interna. Dentro de esta, tanto el consumo privado como la inversión fija redujeron su dinamismo, aunque en esta última fue más evidente porque pasó a números negativos de dos dígitos al tercer trimestre de este año.

Consideran los expertos que el gasto de los hogares en bienes se deterioró notablemente y, en cambio, el consumo de servicios siguió en terreno positivo.

Ahora bien, dentro de estos últimos, sobresalieron los servicios sociales, tales como la educación y la salud, que están atados al comportamiento del gasto público más que a las decisiones privadas de gasto.

Los hogares respondieron, sin duda, a los mayores costos financieros, pues las elevadas tasas de inflación e interés les restringieron su capacidad de compra y endeudamiento y les impulsaron las decisiones de ahorro. Esto último será importante hacia delante, pues en la nueva etapa del ciclo económico, que se espera sea de recuperación y posterior expansión moderada, serán importantes los recursos a disposición de los hogares, lo cual será una diferencia crucial respecto al ciclo de desaceleración que estamos cursando, el cual se caracterizó por unos niveles bajos (e incluso, negativos) del ahorro familiar.

Esto último se transformó, junto con la menor demanda de crédito, en unas fuertes caídas de las compras de bienes durables, semidurables y, también, en vivienda.

 

Mal sector de vivienda

De hecho, la menor dinámica de la vivienda, cuyas ventas empezaron a caer desde mediados de 2022, está condicionando la ejecución de las obras de edificación y, junto con el agotamiento del ciclo expansivo del gasto en maquinaria y equipo y la baja contribución de las obras civiles regionales y nacionales, determinó el notable deterioro de la inversión, la cual caerá un 10 %.

Finalmente, en línea con la menor demanda interna, las importaciones se redujeron profundamente y, dada la resiliencia de las exportaciones de servicios, la demanda externa neta contribuirá positivamente al crecimiento del 2023, lo cual no sucedía desde 2020.

La resiliencia también se ha venido dando en el mercado laboral, con altas tasas de creación de empleo y reducciones importantes en las tasas de desempleo. No obstante, su desempeño más reciente sí muestra señales de un cambio de tendencia, en línea con la desaceleración que están teniendo los sectores económicos intensivos en mano de obra, tales como el comercio minorista, la industria manufacturera o los hoteles y los restaurantes.