En una década, Colombia dejará de depender del petróleo | El Nuevo Siglo
EL USO eficiente de los hidrocarburos le permitirá al país disminuir la dependencia de los combustibles fósiles.
Foto AFP
Jueves, 9 de Febrero de 2023
Redacción Economía

Pese a que el país está incurso en un programa de transformación energética para depender menos de combustibles no renovables, solo hasta dentro de 10 años los colombianos dejarán de depender del petróleo.

Por lo menos esto es lo que indican las cifras sobre la incidencia que tiene el crudo y otros combustibles derivados en la economía del país. De acuerdo con una cita del exministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, en Caracol, “hoy el petróleo representa la tercera parte de la economía colombiana desde hace 10 años, pero sigue siendo crucial porque si no tuviéramos estas ganancias, el país se vería muy afectado. Pero, ¿hasta qué punto es posible que se disminuya la actividad petrolera sin que se afecten las ganancias?”.

Precisamente ante la falta de respuestas, los investigadores de la ANDI se dieron a la tarea de recordarle al país el aporte de este sector a la economía.

Señalan en un estudio que el sector minero-energético tiene grandes implicaciones en variables macroeconómicas claves para el desarrollo del país con una participación del 7% del PIB, el 21% de los ingresos recaudados por renta en las personas jurídicas, el 33% de las exportaciones del país y cerca del 55% de las exportaciones y se acaba de aprobar un presupuesto de regalías para 2023-2024 de $31,3 billones, lo que equivale a cerca de 2,1% del PIB.

“Por ello el sector es clave en la generación de divisas, para la balanza cambiaria, la balanza de pagos, la tasa de cambio e inflación, la generación de recursos para la nación y las regiones en los próximos años”, aseguran los analistas.

Competitividad

Indican que el sector minero energético genera encadenamientos a través de compras de bienes y servicios por cerca de otros 7 puntos del PIB y a su vez genera materias primas, bienes y servicios para el desarrollo de otros sectores por aproximadamente 6 puntos del PIB.

Pero, asimismo, indican las preocupaciones: el Gobierno ha enviado mensajes que apuntarían a un eventual marchitamiento, especialmente en cuanto a hidrocarburos y carbón, lo que desestimula la inversión y se comprometen los proyectos del sector.

Esto a causa de la generación de gases de efecto invernadero, el cambio climático y la visión de que en los próximos años no habrá demanda de estos energéticos en el mundo por la transición energética.


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“Sin embargo, hay que tener en cuenta el contexto, dado que Colombia emite aproximadamente el 0,6% de los gases de efecto invernadero del mundo, es decir, emite poco; adicionalmente, mientras en el mundo la cadena de energía es responsable por el 73% de las emisiones, en el caso de Colombia la cifra es del 31%, esto quiere decir que emitimos diferente. Además, para el caso de las emisiones causadas por la exploración y explotación de hidrocarburos y carbón, en el país representan menos del 3% del total de emisiones”, aseguran los investigadores.

Sostienen que “el gran reto en disminución de gases efecto invernadero de nuestro país está en el sector agropecuario y forestal, que representan el 59% de las emisiones, y por supuesto hay oportunidades en el sector minero-energético”.

Proyecciones

Recalca el informe que “respecto a la visión de que en pocos años no habrá demanda de hidrocarburos y carbón, todas las proyecciones de los diferentes organismos en materia de energía señalan que entre el 50% y el 55% del consumo de energía será eléctrico, pero aún seguirá existiendo un consumo de hidrocarburos y carbón; adicional, el avance de las renovables se dará en la energía eléctrica, en donde las renovables tendrán una participación de entre el 80% y el 90% del consumo de energía eléctrica”.

Es decir, explica, “que para un país como Colombia seguirán existiendo oportunidades en los recursos que estamos explotando y se generarían nuevas oportunidades en los recursos renovables, en donde por su posición geográfica hay buenos vientos, buena radiación, recursos hídricos y posibilidades importantes en hidrógeno”.

Tanto es así que el abastecimiento minero-energético es fundamental para que funcionen todas las actividades económicas y para la seguridad, soberanía y competitividad energética del país. La incertidumbre sobre abastecimiento energético compromete crecimiento e inversión en otros sectores.