Familias desconfían más de la política que de la economía | El Nuevo Siglo
LAS SITUACIONES sociales y políticas están influyendo más en las compras de las familias.
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Lunes, 24 de Julio de 2023
Redacción Economía

LA INCERTIDUMBRE por la situación política del país con las propuestas de reformas sociales, causa mayor desconfianza en las familias que incluso el mismo rumbo de la economía.

De acuerdo con un análisis del Bancolombia, “en Colombia, hemos observado cómo la resiliencia de la actividad económica reciente no ha correspondido con el retorno de la confianza de los hogares colombianos a los niveles evidenciados antes de la pandemia”.

Para los expertos, “este sentimiento de mayor pesimismo ha sido resultado de lo que pareciera ser un distanciamiento entre la evolución de la economía y las condiciones financieras de los hogares; más aún cuando los sólidos registros de crecimiento del PIB de 11% en el 2021 y 7,3% en el 2022 estuvieron motivados, principalmente, por un notable fortalecimiento de la demanda agregada proveniente de un elevado consumo privado”.

Sostiene el informe que el factor clave detrás de la persistente desconfianza en niveles prepandémicos yace en que el componente de condiciones económicas evidencia una clara ruptura respecto al desempeño de la economía. Si bien el PIB se recuperó con creces tras la caída del 2020, este subindicador se mantiene consistentemente en niveles muy inferiores a los observados previos al choque por la pandemia. Lo que indicaría que la percepción de estas condiciones económicas por parte de los hogares estaría respondiendo, en mayor medida, a otras variables distintas al desempeño económico y el bienestar medido por los niveles de consumo.

Confianza

Así las cosas, el comportamiento reciente de la confianza de los hogares pareciera responder no solo a factores económicos, sino también a factores de otra índole, posiblemente del entorno político y social. Esta menor disposición de compra de dichos bienes, estarían haciendo palpable cómo se resiente la intención de compra como resultado de una depreciación del peso en los últimos años.

Además, a este panorama se añaden las recientes señales de desaceleración económica, enfriamiento del consumo privado y persistencia inflacionaria.

Señala el reporte, que los últimos resultados han reafirmado la ralentización en el ritmo de avance de la actividad productiva, lo que pone de manifiesto el debilitamiento de la demanda, sobre todo, ante el menor consumo privado.

“Así mismo, aunque la inflación se ha venido moderando, particularmente en el rubro de alimentos, prevemos que esta se mantenga elevada durante buena parte de 2023”, sostienen los investigadores.

En el corto plazo la confianza de los hogares se mantendrá baja, ante un crecimiento del PIB de solo 1,2% para el 2023, en un entorno en el que, a pesar de que la inflación cedería, se espera que el mercado laboral se afecte.

Sin embargo, más allá de lo que es usual en medio del ciclo económico, la evolución de los últimos años pone de manifiesto una situación en la que el sentimiento ha sido estructuralmente pesimista. En la medida en que esto puede tener impactos desafiantes de mediano plazo sobre el crecimiento económico y el bienestar de los hogares, será clave profundizar en el entendimiento y la solución de los detonantes de esta situación.



Consumo

Por otra parte, y referente al consumo, indica la entidad financiera que durante la semana del 6 al 12 de julio, el consumo registró un incremento nominal del 2%, un leve crecimiento en el valor de las compras en comparación con la misma semana del año anterior.

Pese a que el desempeño nominal fue favorable, las cifras señalan que gran parte del avance es atribuible a la inflación. De esta forma, en términos reales se presentó una contracción de 9%, de modo que el número de productos y servicios que consumen los hogares retrocedió.

El balance en lo corrido de julio evidencia un escenario similar, con una disminución en términos reales del 8%. La tendencia bajista observada en el consumo se mantendría, en la medida que prevemos que durante el segundo semestre del año la economía profundice su desaceleración, al tiempo que la dinámica de disminución en los precios y tasas de interés sea lenta, pues persisten las presiones en bienes regulados y por el fenómeno de ‘El Niño’.

El valor promedio de las transacciones es una medida importante para comprender los efectos de la inflación en la capacidad de compra de los hogares. Un incremento significativo en este indicador podría obedecer a un aumento en los precios, lo que afecta negativamente la capacidad de compra de los consumidores. En lo corrido de julio, la medición se ubicó 6% por encima de los niveles observados en el mismo mes del año pasado. No obstante, es importante tener en cuenta que los altos niveles de precios que se mantienen en el país siguen afectando negativamente el poder adquisitivo de los consumidores, de modo que en términos reales el balance es negativo, con una disminución anual del 5%.