LA INDEPENDENCIA de los bancos centrales para llevar a cabo su mandato, resulta fundamental para ganar la lucha contra la inflación y lograr un crecimiento económico estable a largo plazo, según la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Gueorguieva, para quien las autoridades monetarias pueden verse presionadas en un 2024 cargado de convocatorias electorales, incluyendo las elecciones de Estados Unidos o Reino Unido.
“Cada vez son más las peticiones de recortes de los tipos de interés, aunque sean prematuros, y es probable que se intensifiquen cuando la mitad de la población mundial vote este año”, ha advertido la economista búlgara.
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En este sentido, Gueorguieva considera que los riesgos de interferencia política en la toma de decisiones de los bancos y en el nombramiento de personal “están aumentando” y que los responsables de determinar la política monetaria pueden sufrir presiones “en medio de una ola de elecciones este año”. “Los gobiernos y los banqueros centrales deben resistir estas presiones”, ha subrayado.
La directora del FMI sostiene que el éxito hasta ahora de los bancos centrales en domar la inflación se debe en gran medida a la independencia y credibilidad que muchas instituciones han construido en las últimas décadas.
Así, recuerda que esta situación “contrasta marcadamente” con la inestabilidad económica que prevaleció durante el periodo de alta inflación de los años 70, cuando los bancos centrales no tenían mandatos claros para priorizar la estabilidad de precios ni leyes claras que protegieran su autonomía y los políticos los presionaron a menudo para que bajaran las tasas de interés cuando la inflación era alta.
“La independencia del banco central es importante para la estabilidad de precios, y la estabilidad de precios es importante para un crecimiento consistente a largo plazo”, subraya Gueorguieva.
No obstante, la directora del FMI reconoce que, para ejercer este poder enorme en sociedades democráticas, la confianza es clave y los bancos centrales deben ganarse esa confianza a través de una gobernanza sólida, transparencia y rendición de cuentas, además de cumplir con sus responsabilidades fundamentales.