Falta de claridad en la regulación frena nuevas inversiones en el país | El Nuevo Siglo
EL SECTOR minero fue uno de los grandes sacrificados con la disminución de la IED este año. /AFP
Martes, 15 de Octubre de 2024
Redacción Economía

UNA DE las principales razones para que la inversión extranjera directa cayera 27% en el segundo trimestre, fue el poco convencimiento de los nuevos inversores para entrar al país, debido a la incertidumbre política y económica, y a las dudas regulatorias sobre lo que va a pasar con el petróleo y la minería.

De hecho, según el informe de Radar del Bancolombia, conocido por EL NUEVO SIGLO, el petrolero fue uno de los que más cayó en la IED con 41%, seguida por la minería con una disminución de 65,7%.

Sostiene el reporte, que “los datos históricos y recientes revelan que la principal causa de la disminución de la inversión extranjera directa en Colombia es un retroceso de las inversiones nuevas. Al comparar el primer semestre de 2024 con el mismo periodo de 2023, se observa una caída anual de 22,7% en este tipo de inversiones. De hecho, el deterioro de las inversiones nuevas explica el 45,7% de la disminución total de la IED. El ligero crecimiento de la reinversión de utilidades (+1,4% anual) no ha sido suficiente para compensar la falta de nuevas inversiones”.

Influencia

Destacan los analistas que “estos datos exponen la influencia del contexto de incertidumbre idiosincrática reciente en la confianza de los inversores extranjeros respecto a Colombia. Los datos revelan una situación desafiante: la ausencia de nuevas inversiones refleja un apetito modesto por incursionar en el país, en donde elementos como los retos crecientes para las finanzas públicas o la incertidumbre regulatoria jugarían un papel importante. Entre tanto, aunque la reinversión de utilidades creció frente a 2023, el nivel que ha exhibido este rubro se mantiene por debajo de las referencias de prepandemia”.

Señalan los investigadores que a esto “se suma a las evidencias de una modesta disposición de los inversionistas a mantener sus apuestas en Colombia. Por supuesto, es valioso tener en consideración que el escaso crecimiento económico experimentado en 2023 se tradujo en una reducción de las ganancias de los inversores que, a su vez, limitó su capacidad de reinvertir, lo que contribuyó parcialmente con esta dinámica”.

Consideran los economistas que “las crecientes dudas en el frente fiscal estarían generando externalidades negativas para la economía, en contraposición a un entorno de estabilización de tasas de interés, inflación, tasa de cambio y crecimiento económico. En este entorno, ha sido bajo el apetito de IED en Colombia, tanto de nuevas inversiones como de la reinversión de utilidades”.

Sector minero

Por otra parte, históricamente, el sector minero ha sido un pilar fundamental para la atracción de la IED. Sin embargo, en el segundo trimestre de 2024, los flujos hacia el sector experimentaron una contracción significativa. La inversión directa en el sector petrolero se redujo 41,8% anual, mientras en el segmento de otra minería retrocedió 65,7%; estos dos rubros tienen una participación de 0,5% y 0,7% en el PIB, respectivamente. Estas cifras son relevantes, si se considera que a estas actividades se suele dirigir entre el 15% y el 20% del total de la IED neta que entra al país.

Por otro lado, la incertidumbre regulatoria está entre las claves del bajo apetito reciente por invertir en actividades mineras. La suspensión de nuevos contratos mineros de carbón, el segundo producto con mayor peso en la canasta de exportaciones de Colombia, junto con la ausencia de nuevas licencias de exploración de hidrocarburos, ha generado un entorno de desincentivo a la inversión. Además, los retrasos en los procesos de consultas y licencias ambientales, especialmente para proyectos de inversión extranjera, se suman como retos para el sector.

Los demás macrosectores han tenido un comportamiento heterogéneo, lo que genera dudas sobre el futuro. Por un lado, un grupo grande de actividades productivas del sector privado continuaban creciendo a un ritmo modesto hasta el segundo trimestre, lo que ha mermado la inversión en estas. Entre tanto, la industria manufacturera ha mostrado signos de recuperación. Además, el macrosector de comercio, restaurantes y hotelería ha experimentado una recuperación tras un periodo de contracción de tres trimestres. Este resultado positivo podría estar asociado a un incremento de la inversión en este sector, lo cual sugiere un mayor dinamismo económico.