El comportamiento de la inflación siguió sorprendiendo y en julio el IPC se incrementó 0,22% frente a 0,13% registrada en el mismo mes del año pasado. Asimismo entre enero y julio de este año la cifra llegó a 2,94% contra un incremento de 2,3% de los primeros siete meses del año pasado.
De acuerdo con el director del Dane, Juan Daniel Oviedo, respecto a la inflación anualizada ésta llegó a 3,79% mientras en el mismo periodo del 2018 fue de 3,12%. 0,13 en 2018
Según los analistas del Bancolombia, la formación de expectativas ha girado principalmente alrededor de un tema: el impacto sobre los alimentos del cierre de la vía Bogotá–Villavicencio. Desde mediados de junio, la afectación de este corredor vial impacta el flujo normal de alimentos y otros bienes en estas dos ciudades, cuyo peso conjunto en el IPC alcanza el 43%. En parte como reflejo de esta situación, entre junio y julio la proyección de inflación de los analistas para cierre de 2019 pasó de 3,42% a 3,54%, el avance más pronunciado en lo corrido del año.
Vale la pena recordar que en junio los efectos de este evento fueron moderados. En esa línea se pronunció el DANE en la presentación de los resultados para dicho mes. Para corroborar lo anterior, efectuamos una descomposición de la inflación de alimentos en cada ciudad en sus componentes tendencial, estacional e irregular. Los resultados revelan que, de la lectura de inflación del grupo de alimentos para Bogotá y Villavicencio en junio (0,36% y 1,05%, respectivamente), hubo una variación irregular de 21 pbs y 28 pbs. Pese a que no es despreciable, la magnitud de este aporte no fue definitiva para el resultado total.
En todo caso, los efectos de las dificultades asociadas al transporte de alimentos persistieron durante el mes pasado. De acuerdo con el Sistema de Información de Precios (SIPSA), la inflación de alimentos en Bogotá habría alcanzado 1,16%, jalonada por el precio de productos como las frutas, cereales, hortalizas y la carne de res. En Villavicencio, el resultado se habría ubicado cerca de 0,26%, como consecuencia de un balance mixto entre el alza en el precio de cereales y carnes, en contraposición a una caída pronunciada en el precio de las hortalizas y tubérculos. Así pues, frente a junio hubo un traslado inflacionario hacia Bogotá que, al tener mayor relevancia, llevaría a la inflación de alimentos para consumo dentro del hogar hasta 1,65% (frente al 0,85% observado en junio).