México se convirtió este miércoles en el primer país en ratificar el nuevo acuerdo de libre comercio con Canadá y Estados Unidos (T-MEC), pese a que Washington aún amenaza con gravar las exportaciones mexicanas si continúa la migración masiva de centroamericanos.
La ratificación fue sancionada en el Senado con 114 votos a favor, 4 en contra y 3 abstenciones, y fue considerada una "muy buena noticia" por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Este tratado "significa inversión extranjera en México, empleos en México, tener garantizado el comercio de las mercancías que producimos en Estados Unidos", dijo el mandatario en un video difundido en Twitter.
Para la secretaría de Economía, "el T-MEC dota de certidumbre a inversionistas, consumidores y productores para seguir apostando por la economía mexicana integrada con una América del Norte económicamente vigorosa", añadió.
Por ser un acuerdo internacional, no necesita ser discutido en la Cámara de Diputados. Así, México se convirtió en el primero de los signatarios que ratificó el tratado, mientras Canadá espera hacer lo propio tras la ratificación de Estados Unidos.
El jueves, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, discutirá el tratado con el presidente estadounidense, Donald Trump, en Washington.
Por su parte, el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, celebró este miércoles la ratificación del acuerdo en México.
"La ratificación del T-MEC en México es un paso crucial hacia adelante y felicito al presidente López Obrador y al Senado mexicano por este logro histórico", dijo el funcionario en un comunicado.
El flamante tratado integra temas como derechos laborales, comercio digital, medidas contra la corrupción, pequeñas y medianas empresas y medio ambiente, defendió el senador Héctor Vasconcelos, del partido oficialista Morena, fundado por López Obrador.
Tensiones
La ratificación fue aprobada en medio de tensiones entre México y Estados Unidos.
A finales de mayo, Trump amenazó con imponer aranceles graduales del 5% al 25% a partir del 10 de junio a las exportaciones de México si no frenaba el creciente flujo de indocumentados -en su mayoría provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador- que llegan a través de su territorio hasta a la frontera sur de Estados Unidos.
El 7 de junio, ambos países alcanzaron un acuerdo para suspender la aplicación de los aranceles: Estados Unidos le dio a México un periodo de 45 días para poner en marcha medidas que ordenen y frenen el tránsito de migrantes.
Entre estas medidas figura el despliegue de 6.000 elementos de su Guardia Nacional a lo largo de la frontera con Guatemala y el refuerzo de más de 800 agentes migratorios.
La semana pasada, la oposición en el Senado aplazó la votación del T-MEC en comisiones hasta que el canciller Marcelo Ebrard explicara las negociaciones migratorias con Washington, temiendo que México se hubiera comprometido a ser "tercer país seguro", es decir, que los migrantes que lleguen a su territorio tuvieran que pedir asilo a México y no a Estados Unidos. El viernes, Ebrard negó ante el Congreso que ese fuera el caso.