PIB 2019 bajaría si cae reforma tributaria | El Nuevo Siglo
Foto archivo
Domingo, 18 de Noviembre de 2018
Redacción Economía

Si no se aprueba reforma tributaria el crecimiento de 2019 tendría un escenario menos favorable, de acuerdo con un análisis del Bancolombia.

Una de las muchas inquietudes que ha suscitado el proyecto es el impacto que podrían tener los cambios del IVA en el consumo privado. La preocupación se sustenta en la importancia del gasto de los hogares en la economía colombiana, ya que su participación en el PIB es cercana al 70%.

Es así como algunas voces argumentan que, para evitar una afectación de la actividad el próximo año, se tendría que reducir el recaudo extra proveniente de este impuesto.

“Ante la relevancia de la discusión, quisimos medir la forma en la que los cambios tributarios pueden incidir en el crecimiento del PIB en 2019 a la luz de diferentes escenarios. Además del mencionado impacto sobre los consumidores, creemos que también hay que tener presente las repercusiones sobre otros componentes de la demanda”, señalan los analistas.

De hecho, no puede perderse de vista que los ingresos tributarios adicionales permitirían un aumento del gasto público, particularmente en inversión, que podría compensar el efecto antes mencionado. Asimismo, es necesario incorporar la posible reacción de la inversión privada ante la reducción en la carga tributaria de las empresas.

Las tasas

Vale la pena recoger la manera en la que afectaría la demanda un alza más acentuada de las tasas de interés, que ocurriría si el Banco de la República reaccionara ante el choque inflacionario que traería la ampliación del IVA.

Así las cosas, haciendo uso tanto de los resultados del modelo FISCO del Banco de la República como de nuestras propias metodologías, definimos como estándar de comparación un escenario en el que no se aprobara la ley de financiamiento.

Dado el compromiso expresado por las autoridades de cumplir con la regla fiscal, en tales circunstancias se recortaría el presupuesto de la Nación en la porción desfinanciada de $14 billones. En este escenario no habría choque de precios, y por tanto no habría una respuesta de política monetaria.

Estimaciones

“Según nuestras estimaciones, tal perspectiva de austeridad implicaría una moderación del crecimiento de 0,3 puntos en relación con nuestro escenario base para 2019. La magnitud de esta desaceleración radica en que el gasto público que más se sacrificaría sería el de inversión, el cual tiene un efecto multiplicador mucho más acentuado que el de funcionamiento”, señala el estudio.

Teniendo en cuenta el proyecto inicial del gobierno, con una tarifa general de IVA del 18%, esto implicaría una desaceleración del consumo, que sería contrarrestada parcial pero no totalmente por el impacto positivo de la mayor inversión pública.

A su turno, el choque inflacionario (asumiendo que fuese de casi 190 puntos) forzaría al Banco de la República a subir la tasa repo desde comienzos de 2019 y llevarla hasta 5,25%. La suma de todo esto conduciría a una desaceleración en el crecimiento de 0,2 puntos.

Posteriormente planteamos escenarios alternativos en los que la tarifa de los bienes excluidos y exentos sería inferior a 18%. Resulta interesante advertir que, aunque en ellos el impacto sobre el consumo privado sería menor, el recorte en el gasto del gobierno que habría que adelantar para compensar el faltante de recaudo terminaría generando una moderación en el crecimiento más pronunciada que en el escenario de la propuesta inicial.

Ajustes

También habría necesidad de ajustes en la tasa de referencia que afectarían el gasto agregado. Por su parte, vale la pena mencionar que en ninguna de las alternativas consideradas la inversión privada produciría un cambio sustancial en la dinámica de crecimiento de 2019 frente al escenario base. Esto se debe a que la mayor parte de los beneficios tributarios a las empresas empezaría a materializarse en 2020.

A esto se suma que la evidencia empírica tanto en Colombia como en otros países sugiere que en el corto plazo la respuesta de la formación bruta de capital a los ajustes impositivos tiende a ser limitada.

En conclusión, el ejercicio muestra que en el comportamiento del PIB en el corto plazo no solo hay que ver la afectación del consumo por una mayor carga de IVA. Un recaudo tributario inferior al contemplado por las autoridades demandaría un ajuste fiscal que traería consigo impactos negativos sobre la demanda agregada.

Como resultado, e incorporando las eventuales repercusiones de la política monetaria, encontramos que para efectos del crecimiento de 2019 el escenario menos auspicioso sería la no aprobación de la ley de financiamiento.Otra visión

De otra parte Jaime Vargas de la firma EY de Colombia, señala que “en materia de impuesto de renta, la propuesta del Gobierno es, en términos generales, una buena noticia para las empresas; no porque esté planteando concederles beneficios, sino porque de aprobarse, empezaría a revertir las reformas pasadas, que han incrementado su carga tributaria a niveles que le han restado competitividad a ellas y al país. La reforma tributaria respeta la eliminación de la sobretasa de impuesto de renta establecida en la reforma de 2016, de manera que a partir del año 2019 la carga tributaria de las empresas se va a disminuir. En efecto, a partir de 2019 la tarifa será del 33%, reduciéndose en un punto porcentual por año a partir de 2020, hasta llegar a 30% en 2022. Otra propuesta importante es la de permitirle a los contribuyentes deducir la totalidad de los impuestos, tasas y contribuciones pagadas y, en el caso del GMF y del ICA, optar entre esta deducción o el acreditamiento del 50% del impuesto pagado”.

Señala que es “importante también la eliminación del impuesto sobre renta presuntiva, que se haría gradualmente entre 2019 y 2022, mediante la reducción año a año del porcentaje que se aplica sobre el patrimonio base de cálculo. Como medida para hacer menos gravosa la adquisición de activos, se propone permitir que el IVA pagado en su adquisición se pueda tomar como crédito contra el impuesto de renta. No es una medida perfecta, pero es mejor que la que hoy se tiene. También habrá una disminución gradual de la renta presuntiva. Por otra parte, se plantean nuevos incentivos para el sector agrícola (10 años de renta exenta) y para las empresas calificadas dentro de la economía naranja (5 años de renta exenta)”, añadió Jaime Vargas.