La celebración de la Semana Santa, el incremento del déficit comercial y la debilidad de la demanda del consumo interno serán los principales factores que pueden llevar a que la economía no supere el crecimiento del 3% para el segundo trimestre del año.
El gerente del Emisor, Juan José Echavarría, dijo que las nuevas cifras de actividad económica sugieren que el crecimiento del producto del segundo trimestre será más alto que el del primero, cercano al 2,8%, sustentado por el dinamismo del consumo y la inversión en maquinaria y equipo, y por alguna recuperación del crecimiento del consumo público. No obstante lo anterior, se estima que la economía mantendrá excesos de capacidad productiva.
El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, indicó que en estos momentos es inconveniente bajar los tipos por sus potenciales efectos en los mercados financieros. “La economía está creciendo por debajo de su potencial, estamos en medio de un rebote”, dijo.
Sin embargo, el Ministro no se comprometió a establecer un crecimiento para el segundo trimestre del año.
La meta del Gobierno para 2019 es que el PIB aumente 3,6%. De otro lado, el equipo técnico del emisor revisará la próxima semana su proyección actual de crecimiento que es de 3,5 %.
A la baja
Luego de conocerse el dato de crecimiento del primer trimestre, y posterior a la presentación del Marco Fiscal de Mediano Plazo 2019, la mayoría de analistas y entidades financieras rebajó su proyección de crecimiento del PIB de Colombia para el presente año.
Sin embargo, para la demanda interna será clave para que el crecimiento de la economía colombiana se ubique en 3% en 2019 y se mantenga en el mismo nivel para 2020, según se desprende del último informe Situación Colombia elaborado por BBVA Research que contiene las últimas proyecciones para la economía colombiana.
“La demanda interna será el principal soporte de esta estimación, pues el entorno externo, un poco más débil, no ayudará a que las exportaciones se comporten dinámicamente. De este modo, esperamos que la inversión crezca en 2019, en buena medida gracias al aporte de las obras civiles y la maquinaria y equipo, mientras que en 2020 será clave de la recuperación de la inversión en vivienda y edificaciones no residenciales”, afirmó Juana Téllez, economista jefe para BBVA Research en Colombia.
En este sentido, el informe señala que, para 2020, se estima una mayor construcción de vivienda, especialmente de carácter social (VIS) y la recuperación gradual de la edificación de vivienda de mayor valor y de las edificaciones no residenciales, lo cual ayudaría a que el sector de las edificaciones empiece a aportarle positivamente al crecimiento y de este modo, logre compensar la menor contribución de las obras civiles y la inversión en maquinaria y equipo, además de una desaceleración que registraría el consumo final.
El ISE
Para mayo de 2019 el Índice de Seguimiento a la Economía (ISE en su serie original), presentó un crecimiento de 3,09% respecto a mayo de 2018.
De otra parte los analistas del Bancolombia consideran que la economía viene perdiendo ímpetu en los frentes que lideraban la recuperación, mientras persiste la debilidad en otros. Así pues, en los últimos meses se ha visto cómo la confianza de los agentes, el crecimiento de las ventas del comercio al por menor y la industria manufacturera han perdido tracción, a pesar de una producción del 2,2% en junio.
Entre tanto, la cartera, las exportaciones, el sector construcción y el mercado laboral continúan evidenciando resultados de sostenida debilidad.
“Nuestro Índice Nowcast Bancolombia señala un crecimiento de 2,4% en el trimestre móvil abril a junio. Así pues, nuestro indicador adelantado de la actividad económica sorprendió a la baja nuestra visión de la recuperación durante el segundo trimestre, al punto que incluso implica una desaceleración frente a los resultados de los trimestres previos. No obstante, esta dinámica se alinea con las recientes revisiones a la baja que han hecho analistas internacionales sobre las perspectivas de crecimiento de Colombia”, señalan los investigadores.
Sostienen que “parte de este resultado lo atribuimos al efecto que implica la Semana Santa sobre la producción, ya que en 2018 tuvo lugar en marzo. Ahora bien, el resultado también podría estar relacionado con las consecuencias de la minga indígena que tuvo lugar en el sur occidente del país en marzo/abril y que afectó el transporte de los productos agrícolas. Este evento habría impactado la agroindustria azucarera, que fue el subsector manufacturero que más se contrajo (35,8%) en el cuarto mes del año”.
Desempleo
De otro lado los resultados del mercado laboral, contrario a las expectativas de los agentes, describen un contexto lento del mercado de trabajo que parece continuar en senda de deterioro. A día de hoy, predominan las presiones alcistas sobre nuestras proyecciones vigentes de desocupación para el año completo, por la persistencia de las peores cifras de los últimos siete años.
Después del crecimiento favorable durante marzo, las licencias de construcción se volvieron a ralentizar. Entre tanto, las cifras del subsector de obras civiles mantienen su dinamismo del primer trimestre.
Incluso la recuperación del crecimiento de la cartera estaría pasando por un periodo de moderación. La cartera hipotecaria, en línea con los lentos resultados del subsector edificaciones, ha seguido perdiendo tracción, mientras la orientada al segmento comercial vio una pausa en su aceleración.
Los analistas privados señalan que “consideramos que en el segundo semestre se observarán resultados que permitan acercar el crecimiento de año completo a un nivel cercano al 3%”.
Por otro lado, entre los empresarios hubo una evolución encontrada en la confianza. Por un lado, el sentimiento entre los industriales continuó en senda alcista, tal que alcanzó un balance de 7,1%. La evolución fue liderada por un menor nivel de existencias y una mejora de las expectativas. Entre tanto, entre los comerciales el índice se ubicó en 26,3%, en lo que implicó un deterioro tanto mensual (-3,4 puntos) como anual (-0,7 puntos). En su caso, lideró un crecimiento en los niveles de existencias y a la variación mensual aportó, además, una baja en las expectativas de los próximos seis meses.
Por otro lado, se redujo la percepción de las condiciones para invertir entre los empresarios industriales. Al respecto, hubo un deterioro trimestral generalizado, donde dominó la baja en el sentimiento frente al contexto sociopolítico frente al del contexto económico. Esto podría implicar un llamado de atención de la necesidad de estabilizar las disputas políticas en el país, con el objetivo de evitar que esto represente un lastre al dinamismo de la inversión privadas en los próximos meses.