Si el año cafetero 2017-2018 fue muy regular para los productores nacionales, las noticias no son alentadoras para el próximo período de 2018-2019. Así lo por lo menos lo prevé un análisis de ANIF, en que señala que el sector cafetero colombiano ha tenido marcados altibajos por cuenta de la volatilidad en los precios internacionales del grano.
Los datos más recientes de la Federación Nacional de Cafeteros (Fedecafé) indican que: i) la producción sumó 13.8 millones de sacos al término del año cafetero 2017-2018 (reduciéndose un -3,3% anual); ii) el valor de la cosecha bordeó los $6.5 billones (0,7% del PIB); y iii) el precio interno repuntó a niveles de $800.000/carga en octubre de 2018 (vs. $735.000/carga promedio en lo corrido del año a octubre de 2018).
Indica el gremio financiero que “en materia de rentabilidad, la situación cafetera luce complicada al estar sujeta a la volatilidad de los precios internacionales. Cuando se creía que el mercado mundial estaría dando pie a precios internos de $800.000/carga, las abundantes cosechas de Brasil y Vietnam, junto con la depreciación acelerada del real brasilero, tumbaron el precio a mínimos de $687.000/carga en septiembre de 2018. Solo recientemente, con devaluaciones peso-dólar del 5% anual, los precios internos han vuelto a ubicarse por encima del precio mínimo de sustentación. En todo caso, luce poco probable que se puedan mantener los precios actuales, teniendo en cuenta los excesos de oferta que se proyectan en 2019”.
Contracciones
Colombia registró leves contracciones en su producción, situándose en 13.8 millones de sacos al final del año cafetero 2017-2018 (-3.3% anual). Esto como consecuencia de la menor productividad obtenida por el envejecimiento del parque cafetero.
A lo largo del año cafetero 2017-2018, el precio internacional del café exhibió una tendencia decreciente por los excesos de oferta, alcanzando su precio máximo de US$1.2/libra en octubre de 2017 y cotizándose en su precio mínimo de US$0.98/libra en septiembre de 2018. Así, el precio de los suaves colombianos se situó en US$1.26/libra frente a los US$1.44/libra de un año atrás. Sostiene Anif que para el año cafetero 2018-2019, las estimaciones más recientes indican que la producción a nivel global bordearía unos 171.2 millones de sacos (3,9% anual), liderada principalmente por una mayor producción en Brasil (4,3%). Vietnam (6,8%) e Indonesia (4,7%) también incrementarían su producción a 29,9 millones de sacos y 11,1 millones de sacos (respectivamente), favorecidos por las buenas condiciones climáticas previstas para el Sureste Asiático.
Indica el informe que Colombia podría ver reducida su producción hacia los 13,5 millones de sacos (-3,6%), considerando las afectaciones que podría llegar a generar el Fenómeno del Niño. Asegura que a nivel global, se tendría un consumo de 163.2 millones de sacos (+0,6% anual), con lo cual los inventarios mundiales crecerían en 8 millones de sacos.
“La mala noticia es que, de cara a 2018-2019, esa buena dinámica de la producción y relativa estabilidad del consumo estarían presionando nuevamente los precios internacionales a la baja. En buena medida, la cotización del grano dependerá del desempeño de la producción en Brasil y de la intensidad climática del Fenómeno del Niño durante 2019”, dice el estudio.
En el año cafetero pasado, la producción pasó de 18.7 sacos/hectárea en 2017 a seguramente 18.4 sacos/hectárea en 2018. Así, 166.000 hectáreas alcanzarían su madurez productiva (3-5 años), mientras que 179.000 hectáreas se estarían considerando envejecidas (más de nueve años), con lo cual en el neto el área cultivada con mayor productividad disminuiría.
Anif ha venido alertando, desde hace ya tiempo, del declive en la productividad cafetera, asociada al envejecimiento del parque cafetero. Afortunadamente, las 737.000 hectáreas intervenidas por Fedecafé en 2010-2017 estarían garantizando un parque cafetero todavía joven (84% del total) y con reducida exposición a plagas (70%).
Pero es importante continuar con las buenas prácticas cafeteras de apoyos al programa de renovación cafetera y de subsidios a fertilizantes por cafeto renovado, lo cual estará impulsando la renovación de otras 31.000 hectáreas en el mediano plazo. Lo que va quedando claro es que esto deberá hacerse cada vez más con los recursos propios que deja la retención cafetera de los 6 centavos y no pensando que el gobierno estará apoyando este tipo de actividades desde el Presupuesto Nacional, dada la precariedad de las finanzas públicas.
En el caso específico de la caficultura, el flete continúa siendo el costo más alto. Ello obedece a las escasas alternativas de transporte que existen en el país, estando recargado casi en su totalidad en el transporte terrestre. Por esta razón se ha puesto en marcha un plan piloto para transportar las primeras cargas de café por vía férrea (cubriendo el trayecto La Dorada- Santa Marta), en un intento por articular multimodalmente el transporte del grano de las trilladoras a los puertos.