S&P Global Ratings mantiene la calificación crediticia de Colombia en BB+, pero la perspectiva fue modificada de estable a negativa. La decisión de la agencia refleja inquietudes sobre el crecimiento económico y la resiliencia financiera del país, en medio de desafíos económicos persistentes.
La perspectiva de S&P se basa en las expectativas de crecimiento económico por debajo de lo anticipado, planteando preocupaciones sobre la resiliencia económica de Colombia. La proyección gubernamental del PIB alrededor del 3% a mediano plazo no ha logrado disipar las inquietudes de la agencia de calificación.
S&P Global Ratings advierte sobre la posibilidad de una confianza débil y persistente de los inversionistas, afectando la inversión del sector privado y poniendo en peligro el retorno del PIB a su tasa tendencial del 3%. La agencia sugiere que esta falta de confianza podría contribuir a un deslizamiento fiscal o a mayores vulnerabilidades externas.
La estabilidad institucional y democrática, junto con el pragmatismo en la política económica, se señalan como aspectos positivos. Sin embargo, la agencia resalta que déficits mayores de lo esperado en la cuenta corriente, un perfil externo debilitado o un deslizamiento fiscal podrían llevar a una rebaja en la calificación en los próximos dos años.
S&P sugiere que medidas de política que mejoren la situación y un sector exportador más grande y diverso podrían estabilizar la calificación en los próximos 12 a 24 meses. La agencia destaca la necesidad de reducir las vulnerabilidades externas y fortalecer la resiliencia económica para mantener la calificación actual.
S&P pronostica que la deuda externa neta de Colombia se mantendrá alrededor del 110-120% de los ingresos en cuenta corriente, respaldada por una línea de crédito flexible del FMI. Las finanzas públicas podrían enfrentar déficits de ingresos debido a la volatilidad en los precios de las materias primas, a pesar de la reforma fiscal de 2022.