"Es una burla", se queja María. Un racionamiento para la venta de gasolina fue puesto en marcha en varias regiones de Venezuela ante una severa escasez, medida que arrancó con la muerte de un hombre por un infarto mientras hacía fila para abastecerse.
Desde el lunes, los conductores del estado Lara (oeste) solo pueden comprar 30 litros semanales de combustible, mientras que un plan de racionamiento según el número de placa de los vehículos empezó a aplicarse en los estados Bolívar (sur) y Monagas (oeste).
Las medidas entraron en vigor frente al desabastecimiento, crónico desde hace años en zonas fronterizas con Colombia como Zulia y Táchira y agravado en las últimas semanas tras sanciones financieras de Estados Unidos contra Venezuela y su estatal petrolera PDVSA.
"¡Es una burla!", insiste a la AFP, furiosa, María López tras quedarse sin llenar el tanque de su auto a pesar de hacer seis horas de cola en una estación de servicio de la capital de Lara, Barquisimeto, ciudad de un millón de habitantes.
Urgida del carro para buscar medicinas para su hermano, enfermo de meningitis, María cree que la situación "le quedó grande" al gobierno de Nicolás Maduro.
La gasolina en Venezuela es prácticamente regalada, pues con un dólar puede comprarse el absurdo de casi 600 millones de litros.
Aunque Maduro anunció en agosto pasado que las rezagadas tarifas serían aumentadas, el alza nunca se concretó.
Corrieron igual suerte Iván Herrera y Herry Gómez, después de peregrinar por tres gasolineras sin éxito. La gobernadora de Lara, la oficialista Carmen Meléndez, anunció la semana pasada el tope de 30 litros.
De acuerdo con fuentes del sector, 40% de las 104 estaciones de Barquisimeto están cerradas.
"No debería haber racionamiento en un país como el nuestro, un país petrolero (...), esto es un atraso", se lamenta Iván.
Según cifras oficiales citadas por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la oferta de petróleo venezolano, que fue de 3,2 millones de barriles por día hace una década, se ubicó en 1,03 millones en abril. Fuentes secundarias del cártel la cifraron en 768.000 barriles.
Las sanciones de Estados Unidos en su política de presión contra Maduro paralizaron las exportaciones de combustible desde ese país, vitales para cubrir la demanda; así como de diluyentes para procesar el crudo pesado de Venezuela.
Confusión
En la ciudad de Puerto Ordaz, en Bolívar, Yackson Salas amaneció el lunes haciendo fila a bordo de su vehículo.
"Dormí en la cola", declara a la AFP, quejándose de la confusión con el nuevo sistema: los conductores deben abastecerse según el número de placa, con días intercalados entre terminaciones pares e impares. "Muchos hicieron cola aun cuando no les correspondía".
Pese a la medida, las filas "son kilométricas", expresa a su vez John Velásquez. Su automóvil había sido marcado con el número 203, entre unos 300 que esperaban tener cupo.
Un usuario alteró con un rotulador negro el número de placa de su carro, pero fue descubierto y expulsado de la fila.
El presidente de PDVSA, Manuel Quevedo, dijo la semana pasada que el gobierno garantizaba el suministro, pero las fallas se mantienen. Por su parte, Maduro denunció un sabotaje contra diez buques petroleros, sin dar detalles.
Luto
En Mérida (oeste), donde no ha entrado en vigor un racionamiento, las filas son interminables.
Humberto Trejo, transportista de 60 años, falleció el lunes de un infarto después de permanecer en cola por cuatro días, informaron autoridades regionales.
Según la prensa local, Trejo sufrió el paro tras disgustarse al ver cómo algunos usuarios sobornaban con dólares y pesos colombianos a militares que custodiaban una gasolinera, para ser adelantados en la cola.
En el cercano Táchira, los habitantes de áreas fronterizas han empezado a pasar combustible desde Colombia, pese a que oficialmente los pasos limítrofes están cerrados, lo que ha generado aglomeraciones frente a estaciones en la ciudad colombiana de Cúcuta.
Hasta ahora el contrabando se realizaba desde Venezuela debido al enorme diferencial de precios.