Alerta naranja en el Ruiz | El Nuevo Siglo
Martes, 11 de Abril de 2023

* Disminuir niveles de riesgo y daño colateral

* Todos los protocolos probados y activados

 

 

Si bien el riesgo de una erupción en el volcán nevado del Ruiz continúa vigente y podría concretarse en cuestión de días, semanas o incluso meses, lo que es claro es que nunca como hoy la capacidad institucional para afrontar una emergencia natural de estas características ha sido tan alta. De hecho, genera tranquilidad que desde las propias autoridades del orden nacional, regional y local se asegure que todas las medidas requeridas están ya implementadas o en proceso de serlo rápida y eficazmente.

Resulta innegable que la tempranera instalación del Puesto de Mando Unificado (PMU) ha permitido una coordinación hasta el momento muy funcional, con base en los reportes del Servicio Geológico Colombiano, las instrucciones de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres, las determinaciones ministeriales en distintas materias y su reflejo en las decisiones tomadas por las gobernaciones de Tolima y Caldas, así como por las alcaldías de alrededor de una veintena de municipios. Asimismo, debe resaltarse la proactividad con que las Fuerzas Militares y otras dependencias han rehabilitado la red vial más urgente en caso de tener que proceder a evacuaciones masivas.

Afortunadamente el país cuenta con equipos de monitoreo de última tecnología para vigilar y alertar con la suficiente antelación de cualquier cambio de fondo en las emisiones de ceniza, azufre y vapor de agua, la temperatura del cráter, la frecuencia sísmica y, sobre todo, la evolución de los flujos subterráneos de magma, entre otros elementos que ayudan a determinar la inminencia o no de una erupción.

En ese orden de ideas, sin desconocer que estamos ante un fenómeno natural cuya dimensión y capacidad destructiva es difícil de precaver de forma exacta, se puede asegurar que todo el operativo activado en los últimos días sí reduce de forma sustancial los niveles de riesgo para la vida humana en caso de un evento eruptivo. Frente a la tragedia ocurrida en 1985, cuando Armero fue arrasado por una avalancha derivada de la explosión del volcán, cobrando alrededor de 25 mil vidas, es evidente que se ha avanzado de manera superlativa y hoy el país está muy preparado para afrontar este tipo de emergencias.

La persistencia del estado de alerta naranja obliga a continuar con las evacuaciones preventivas puntuales, sobre todo en las veredas más cercanas al nevado y las áreas en donde el material volcánico podría empezar a fluir en caso de una erupción. Las autoridades deben ofrecer a los pobladores de esas zonas las suficientes garantías de que recibirán asistencia humanitaria adecuada y otros apoyos que amortigüen el duro impacto que significa tener que dejar atrás sus casas, sembrados y demás actividades agropecuarias. De hecho, en esta primera etapa hay muchos casos en que las familias no se movilizan completas, sino que algunos de sus integrantes se quedan en las casas y fincas para cuidar los bienes, los cultivos y animales. Frente a ello, la presencia de la Fuerza Pública en las zonas despejadas es vital ante el temor de los habitantes a ser blanco de robos si abandonan sus predios. También se puede avanzar en la estrategia de instalación de campamentos temporales para albergar a quienes se resisten a salir de las áreas. Es crucial, igualmente, acelerar los protocolos para el traslado de animales, elemento clave para disminuir la resistencia de algunos pobladores a ser evacuados.

Por lo informado hasta el momento por las autoridades, ya se tomaron las precauciones para disminuir al máximo el riesgo de avalanchas de lodo, tierra y otro tipo de material por las laderas del volcán. No solo se han limpiado muchas zonas, ríos y quebradas, sino que toda la red de alarmas está revisada y activada, al tiempo que, casa por casa, se ha ido instruyendo a las familias sobre los planes de contingencia y mecanismos de reacción en caso de una emergencia.

Es vital que todas las precauciones se tomen. Por ello, las formalidades legales e institucionales para la asignación de recursos y la financiación de procedimientos de emergencia tienen que ser rápidamente solventadas.

Como se ve, todo parece estar andando en cuanto a la preparación para una emergencia eruptiva en el Ruiz. Ya hay muchas lecciones aprendidas - algunas de ellas muy dolorosas - que deben aplicarse de forma decidida. No puede haber dilación alguna como tampoco excesos de confianza que lleven a bajar la guardia anticipadamente. Aunque desde 1985 se han declarado 18 alertas naranjas en el volcán y en ninguna se registró una erupción, la sismicidad, temperatura y nivel de emisiones de ceniza y vapor en los últimos días son atípicos y de allí que se hayan prendido todas las alarmas preventivas. El país debe estar listo a movilizarse.