* Rajoy y el reto de superar la crisis
* Ejes del programa del Partido Popular
A lo largo de la historia política mundial son muchos los casos en donde a los gobiernos conservadores les corresponde poner la casa en orden y salvar a sus países de la crisis y el riesgo de inviabilidad generado por administraciones de izquierda o liberales que hicieron del populismo y erráticas medidas políticas, económicas, sociales y de Estado su hoja de ruta.
Ese escenario cae como anillo al dedo frente a lo que pasará hoy en España, en donde el Partido Popular, bajo el liderazgo de Mariano Rajoy, tiene asegurado su triunfo en el proceso electoral ante el candidato del Partido Socialista Obrero, Alfredo Pérez Rubalcaba, que no tiene mayor posibilidad de ganar pues arrastra todo el lastre de la accidentada y crítica gestión de Manuel Rodríguez Zapatero.
Bajo el lema “súmate al cambio”, el programa conservador ha calado en las mayorías ibéricas pues saben que sólo dando un giro político profundo España podrá dejar atrás el rampante desempleo, la subida de impuestos, los recortes de pensiones y sueldos, el despilfarro que encarnan las políticas socialistas, la disminución de las ayudas a la mujer, las falencias del sistema escolar, el cierre de miles de empresas, la inestabilidad del Estado de bienestar, la carestía de los servicios públicos, la desconfianza exterior en la viabilidad española, un sistema sanitario en número rojos y, sobre todo, un gobierno débil e incapaz que deja al país pesimista, desesperanzado y al borde de la quiebra y con todas las señales de alerta prendidas ante la inminencia de una acción de rescate como las que se implementaron ya con Grecia, Irlanda y Portugal.
Ante semejante panorama no causa ninguna sorpresa que hoy millones de españoles vayan en las urnas a apoyar un programa que denominado “100 propuestas para el cambio” se basa en seis ejes fundamentales para devolverle a la península ibérica la estabilidad que perdió en los últimos años.
Ese programa hace énfasis en un compendio de medidas centradas, prioritariamente, en volver al sendero del crecimiento económico y la generación de empleo, que aumente objetivamente la competitividad industrial, comercial y de otros nichos productivos, de forma tal que se recupere la confianza y el clima de inversión. Especial énfasis se hará en la población joven, sin duda la más golpeada por la crisis y el llamado “paro”.
El segundo eje fundamental se refiere a la mejora del sistema de educación. Para el Partido Popular esta es la clave de una sociedad de oportunidades y la única vía para no resignarse a dar por perdidas generaciones de españoles.
Otro de los puntos estructurales de la propuesta conservadora es una plataforma de reformas y programas que le den al Estado la capacidad de cumplir con la garantía de la sociedad del bienestar y de la protección social, mediante las modificaciones institucionales que aseguren las prestaciones a las futuras generaciones. Aquí el ajuste en tema de sanidad será punto prioritario.
El cuarto eje programático de la tarea que a partir del dictamen de las urnas pondrá en marcha el Partido Popular será la reforma y la modernización del sector público bajo los principios de austeridad, transparencia y eficacia.
No menos importante será -quinto eje- el plan integral de fortalecimiento institucional y la regeneración política. Para Rajoy es urgente que los españoles vuelvan a sentir que tienen instituciones fiables, previsibles, que inspiran el respeto a la ley y la seguridad jurídica.
Todo lo anterior debe llevar a que España no sólo vuelva al sendero de liderazgo y fortaleza al interior de la Unión Europea, sino que reposicionará la imagen del país, su credibilidad en los mercados internacionales y el ámbito geopolítico, sobre todo en un mundo cada vez más globalizado en el que la nación ibérica logró, bajo la acertada conducción de José María Aznar, un sitial de preeminencia mundial.
No es, pues, fácil el reto que asume hoy Rajoy y el Partido Popular. Sin embargo, como en otras ocasiones, seguro estará a la altura de las circunstancias para superar la crisis que deja el mandato socialista. España urge un cambio extremo y el electorado le girará hoy al conservatismo un cheque en blanco para abocarlo.