
Uno de los mayores cuellos de botella en la conquista de nuevos mercados para los productos colombianos es la debilidad de las empresas para desarrollar capacidades que les permitan fortalecer su competitividad y valor agregado. Si bien es cierto que los sucesivos gobiernos han implementado políticas y programas para contrarrestar esa falencia, los resultados del proceso de internacionalización de las unidades productivas no han sido los mejores.
Una prueba de lo anterior, es la advertencia que esta semana hiciera la Asociación Nacional de Exportadores (Analdex) en torno a que el número de empresas que vendieron sus productos al exterior solo aumentó 1,5% en 2024.
Las cifras de la DIAN son muy dicientes al respecto: solo 9.370 compañías nacionales llegaron a los mercados internacionales el año pasado, con ventas superiores a los mil dólares, esto quiere decir que solo hubo 140 nuevas empresas exportadores en 2024, un número, sin duda, que deja mucho que desear. Más aún cuando las ventas al exterior en general tuvieron una leve caída del 0,4% en cuanto a su valor, registrando 49.551 millones de dólares.
Según Analdex, cuyo presidente es Javier Díaz, la concentración exportadora es uno de los lunares en la estrategia de internacionalización, esto porque 450 empresas fueron las responsables del 90% de las ventas al exterior (cerca de 44.560 millones de dólares) durante 2024.
El propio Díaz advierte que “siguen siendo muy poquitas” las compañías exportadoras. Más aún porque el total del tejido empresarial colombiano ronda los 1,5 millones de empresas. Un global muy amplio frente a solo 9.370 compañías vendiendo sus productos al extranjero.
Es imperativo, entonces, que se revisen las políticas de fortalecimiento empresarial en Colombia con miras a su proceso de internacionalización, más aún en un país en donde el 95% de las unidades productivas son microempresas.