Si al analizar el comportamiento de la economía se tienen en cuenta todos los pronósticos que actualmente salen a relucir por parte de los expertos y analistas, el común denominador es que el Producto Interno Bruto, PIB, que mide ese indicador, va por buen camino.

Al crecimiento de 4,5 por ciento en el tercer trimestre del año pasado se le debe sumar que, en los últimos meses, algunos indicadores líderes han mostrado una mejor dinámica y con ello están arrastrando al PIB hacia una escala sostenida de mayor fortaleza.

Una muestra de ello al comenzar este año es que se esperaba que la economía presentara ya algunos efectos del impacto del contexto externo y de la crisis que ha soportado tanto Estados Unidos como Europa. Aunque desde luego las exportaciones han bajado ligeramente y el comercio ha mostrado señales de algún resentimiento, la inversión extranjera sigue su camino sostenido similar al del 2012.

Si este hecho de coyuntura económica mundial no desestabilizó la situación interna del país  se prevé que ahora, en que las cosas están mejorando en el país del norte y en la Eurozona, la situación sea positiva para Colombia. No en vano se espera una mayor demanda del comercio, lo que hará cambiar las perspectivas de la producción industrial. A los requerimientos de productos nacionales, la industria debe responder con una mayor oferta para revertir la situación negativa de las manufacturas.

Eso, sin duda, será un factor positivo para el empleo, porque habrá una mayor generación de puestos para sostener el aumento de los pedidos tanto internos como externos. Asimismo, los expertos están previendo un cambio en el panorama de las tasas de interés, con un ligero incremento en los tipos principalmente para la cartera de consumo.

Así, con estos ingredientes a favor, sin duda este año será el de una mayor fortaleza en el PIB, lo que debe redundar en mejor desarrollo para la población.