De lo importante a lo urgente | El Nuevo Siglo
Miércoles, 23 de Noviembre de 2011

* Periplos del presidente Santos

* Enfrentar las dificultades nacionales

Como todo país en desarrollo, Colombia es uno de prioridades simultáneas. Es decir, que resulta difícil definir cuáles deben ser los elementos prioritarios de la acción de gobierno. Las necesidades suelen ser muchas y configurar una agenda para priorizar es uno de los actos de mayor dificultad.

Pero a su vez Colombia ha incrementado sus recursos sobremanera. Seguramente no tiene el mismo nivel de crecimiento de otras naciones suramericanas, que al respecto resultan envidiables. Está bien ilusionarse con el tema de que el país se ha puesto al lado de los Civets como una economía emergente. No está mal, desde luego, que podamos codearnos con Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica. Pese a ser la economía más pequeña de los anteriores, los colombianos por lo menos podemos ser reconocidos por estar haciendo algunas cosas bien.

Al mismo tiempo, sin embargo, otros países suramericanos tienen crecimientos entre 6 y 10 por ciento. No podemos contentarnos, por tanto, con cifras de 5 por ciento, mucho menos cuando el ingreso per cápita nacional es uno de los más pequeños de América del Sur. Y lo más grave, claro, es que en los índices de desigualdad mundial Colombia sea uno de los países más reprochables en la materia, al lado de Angola y Haití. Es decir, en tal sentido, que la redistribución del ingreso a través de los impuestos mantiene la población en el sótano. Esta sola cifra, que no ha tenido la repercusión y el estudio debidos en Colombia, debería ser motivo de grandes pronunciamientos, investigaciones de fondo y producir un estremecimiento en el Estado.

Por eso, precisamente, es que los recursos públicos deban ser verdaderamente sagrados en una nación que los necesita para romper las desigualdades. Y en esa dirección tiene, por desgracia, que separar lo urgente de lo importante.

Importantes, ciertamente, los viajes que adelanta el presidente Juan Manuel Santos alrededor del mundo, intentando presentar la nueva cara de Colombia, cara que existe y que merece ser publicitada. Posiblemente muchos colombianos verán estos periplos como materia inocua. En realidad declaraciones vagarosas, como la de la legalización de la droga, sin ningún contenido cierto, confunden a la población y la estrategia contra el narcotráfico. Crear lazos con Turquía, un país interesante del que poco se tiene conocimiento en Colombia, puede ser plausible, como firmar el TLC con ellos. Igual o más importante es el anuncio hecho por Estados Unidos de que mantendrá los recursos del Plan Colombia, formalizados sólo con la visita del ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.

Al otro lado está lo urgente. Y lo urgente para Colombia es su agenda interna, particularmente en referencia al invierno. Pero no sólo eso. Está demostrada la gigantesca debilidad de la infraestructura nacional, donde hay modorra para actualizarla. Fundamental también es el ataque a las ‘bacrim’, la nueva forma de narcotráfico organizado. Y hoy es igualmente urgente una clara definición en el tema de la educación, sólo para tocar algunos puntos.

El país debe acostumbrarse, sin duda, a una agenda internacional abigarrada. En un mundo globalizado, el futuro de las naciones se debe en muchas ocasiones más a sus lazos internacionales que a las situaciones internas. Esto suele ser así en los países que han logrado estabilidad plena. Pero Colombia, al mismo tiempo, está urgida de respuestas prontas y eficaces en una diversidad de asuntos que requieren concentración continua. El estilo de alta gerencia que ha impuesto el presidente Santos supone que la delegación y el seguimiento sean suficientes. Aun así, hay que decirlo, los niveles de ejecución del Presupuesto a este año, son bastante precarios. Esto demuestra, de un lado, que el dinero existe, pero de otro que falta mayor movilización del Estado para gastarlo debidamente en los ingentes requerimientos.