Descongestión judicial indispensable | El Nuevo Siglo
Sábado, 25 de Octubre de 2014

En  cualquier país y, con mayor razón en aquellos donde rige la democracia, y hay división de poderes, el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, este último sin duda es el más importante, puesto que nada funciona bien si no hay un aparato de justicia ágil y eficiente.

A la Rama Judicial corresponde la misión más trascendental en un Estado de derecho, como es la de que la gente tenga certeza de que los delitos no queden impunes, ni que inocentes vayan a la cárcel y esperen meses, aun años para que les definan el problema que, en muchos casos termina en la libertad luego de largo tiempo confinados. Por eso las miles de demandas contra el Estado debidas a decisiones erradas de jueces.

Siempre se ha dicho que aquí la justicia es lenta, y no se trata de una mera frase. La realidad lo corrobora. Los procesos se prolongan durante años, en todas las especialidades, penales, civiles y otros. Diversas reformas se han intentado, no obstante casi todas no apuntan al meollo, que es la lentitud, que cada vez va a ser mayor por la acumulación de trabajo en juzgados y tribunales.

La justicia es un servicio público y como tal no debiera haber  huelgas, como la que ahora se cumple por funcionarios de la Rama Judicial, que en el fondo tiene algún sentido, aunque no justificable para utilizar vías de hecho. La inconformidad se deriva en que se agotaron los recursos para los juzgados de descongestión y esta circunstancia va a incrementar el número de expedientes. Seguramente para un observador extranjero sorprenderían las imágenes de un noticiero de televisión donde se muestran monumentales arrumes de expedientes en despachos de juzgados, donde literalmente no se puede caminar en medio de tal cúmulo de paquetes que contienen procesos sin resolver y que van a tardar quien sabe cuánto para que les den curso.

Es algo insólito pero pareciera normal aquí donde se instauran miles y miles de tutelas, ya que este es el único instrumento con que cuentan muchas personas para reclamar derechos que se les desconocen. La prioridad debiera ser superar este hacinamiento de procesos. La descongestión judicial es indispensable.