El centenario de Águila | El Nuevo Siglo
Jueves, 20 de Junio de 2013

La emblemática Cerveza Águila conmemora con diversos eventos el centenario de la aparición de la exitosa y longeva bebida de Barranquilla, la  que, inicialmente, prevalece en la Costa Caribe y luego compite en  las diversas regiones del país. No se trata de la primera cerveza que se produjo entre nosotros, entre las más antiguas y agradables se recuerda a mediados del siglo XIX la que fabricaban los distinguidos intelectuales y hermanos Cuervo, en su casona solariega del barrio de La Candelaria en Santa Fe de Bogotá; cuyas utilidades contribuyeron a financiar sus actividades como notables investigadores, gramáticos y escritores. Y hubo otras, en distintas regiones, algunas para consumo familiar, lo mismo que de tipo industrial como las que funda Leopold Siegfried  Kopp y su familia. Siendo la influencia de la producción al estilo alemán la que se impone. 

Las malas vías y la inseguridad dificultaban, inicialmente, la distribución de la cerveza por el país, lo que determinó que se concentrara la producción por zonas. Bavaria y Águila se disputaban el mercado y participaban en todos los procesos de producción, incluido el envase y otros aspectos importantes. En dura competencia con las otras compañías cerveceras, unas quedaron fuera del mercado y otras fueron absorbidas. Por un tiempo intervino en el mercado del aguardiente Pepe Sierra, que el famoso magnate puso a la venta con alto grado de alcohol, con la finalidad de competir con la chicha. La bebida popular se llamaba el Don Pepe y con un par de copas ponía en órbita al cliente.

Las ganancias en metálico de la venta de cerveza al contado hacen que  sea uno de los más prósperos negocios del país, como de los más complejos en cuanto a mantener la calidad, lo mismo que en el manejo de la cadena de producción y ventas. En alguna guerra civil el Gobierno, temeroso de que Bogotá fuese tomada por los insurrectos, llevó sus fondos a donde los Koop, para que los guardaran en su caja fuerte. El simple movimiento diario de tan cuantiosas sumas y la acumulación de efectivo, en un país en donde pocas empresas tenían tan eficiente infraestructura, determinó la expansión a otras actividades industriales y comerciales lucrativas, hasta formar un poderoso conglomerado. Ambas compañías en Bogotá y Barranquilla se beneficiaron al comprar los activos de la competencia en fusiones que en su momento destacaron los medios de comunicación, que veían el asunto como un fortalecimiento de la marca con la finalidad de avanzar dentro de los cánones de la libre competencia en el mercado nacional. Lo que, en la medida que las empresas prosperaban y se intensificaba la competencia, parecía conducir a un duelo implacable en el que sobreviviría la más fuerte. Bavaría consiguió con la cerveza Germania penetrar el mercado de Águila en la Costa, en tanto Águila intentaba con enormes dificultades  avanzar en Bogotá.

Según algunos expertos, la diversificación del Grupo Santo Domingo favoreció su crecimiento, en tanto que algunas inversiones de Bavaria en campos distintos a la cerveza no fueron tan exitosas. Julio Mario, tras ocupar  varios cargos directivos en la empresa de su padre, a mediados de los años cincuenta, asume la Presidencia de la Cervecería Águila, que el progenitor había comprado décadas antes en 150.000 pesos, lo que marca un hito en la historia empresarial colombiana. A diferencia de otros empresarios, Santo Domingo era un hombre talentoso y elegante, que se movía en los círculos sociales internacionales como pez en el agua de manera discreta; en cierta forma le parecía Bogotá un tanto provinciana; quizá por cuanto en su natal Barranquilla se había codeado desde joven con extranjeros que después de las dos guerras mundiales se establecieron en la cosmopolita ciudad y sus ancestros tenían lucrativos negocios en Panamá. Lo mismo que se diferenciaba de otros millonarios locales por su voluntad de poder, en el sentido de  participar en las grandes decisiones de Estado, razón por la que se interesó en la propiedad de medios de comunicación... Solía financiar a los aspirantes liberales de la Costa de sus preferencias al Congreso, lo mismo que acudir en auxilio del liberalismo cuando estaba por efectuar la convención encargada de elegir el candidato presidencial. Y ayudaba a otros sectores afines. Mantuvo una excelente relación con Álvaro Gómez, por cuanto comulgaba con su idea del desarrollismo, por lo que en su momento  le tiende la mano a El Siglo.

Como Águila era una empresa familiar, a diferencia de la competencia, una sociedad conformada por miles de pequeños inversionistas, al vender, Julio Mario Santo Domingo, la empresa de Barranquilla y aceptar las acciones de Bavaria, se convirtió en el más fuerte accionista de la misma y con el tiempo en el propietario mayoritario. Por sus continuos viajes se acostumbró a manejar sus negocios a distancia, por un tiempo se desempeña como embajador en China, después de vender algunas de sus empresas colombianas  se radica en Nueva York. Estando allí resuelve vender Bavaría por US$ 7.800 millones de la época, al grupo sudafricano SABMiller, para entrar a competir en las grandes ligas cerveceras mundiales. La fiesta por la alegría de Águila nos lleva a manifestar la solidaridad y felicitación de El Nuevo Siglo en el centenario de la famosa marca.